Aunque parezca mentira, en medio de tanto ruido mediático y bombardeo de imágenes, en pequeñas dosis ARCO tiene algo de pausa. Ya lo decía su anterior director, Carlos Urroz, cuando lo describía como una gran plaza, un lugar de encuentro anual ineludible. Y es que tiene también algo de centro comercial. A todos nos gusta la intimidad de las tiendas de barrio, o de las galerías, pero ¡es tan cómodo encontrar todo junto en un mismo lugar!
Echando un vistazo a los stands del Programa general podemos volver a casa con un buen aperitivo de lo que muchas están mostrando en sus sedes principales. En 1 Mira Madrid presentan por primera vez la obra del argentino Víctor Grippo, que supo combinar lo conceptual y la alquimia, conectando arte, ciencia y vida con esas patatas llenas de cables y electrodos. Alarcón Criado trae a la feria una instalación de Alegría y Piñero en la que la voz, apenas comprensible y sin lenguaje, sigue siendo el tema fundamental.
Conecta con Aliento, del artista colombiano Oscar Muñoz en carlier | gebauer (también con individual a partir del 18 de febrero), que reflexiona sobre la fragilidad del ser humano. Y en Espacio Mínimo se estrena Elena Blasco con su personal imaginario en el que combina alta y baja cultura, técnicas y texturas para hablar de injusticias sociales y violencia de género.
Grandes citas
La selección de artistas habla mucho de lo que ha dado de sí el último año, fértil en citas internacionales. Como recuerdo de la Bienal de Venecia nos queda la pieza de Ignasi Aballí en Elba Benítez, un mural de horizontes que hace un guiño al pabellón de España. Mientras que los dibujos de Vera Molnar en Casado Santapau, Teresa Solar en Travesía Cuatro y las esculturas de June Crespo en Carreras Múgica nos permiten viajar a la sección de Cecilia Alemani. Carreras Múgica hace hincapié, además, en los trabajos de Jon Mikel Euba y Xabier Salaberria, que exponen ahora en el CA2M. Y directamente de la Bienal de Lyon se trae Bombon Projects una de las esculturas textiles con forma de gusano de Eva Fàbregas, con la que la artista apela al tacto y al cuerpo.
Cuerpo a cuerpo
Este tema, el del cuerpo, será otro de los leitmotiv, en un momento en el que cada vez somos más conscientes de sus limitaciones. La propuesta de Nogueras Blanchard está marcada por sus rastros. Lo vemos en los moldes de Juliana Cerqueira Leite, las piezas hechas con ropa usada de Mercedes Azpilicueta y, cómo no, en las fotografías de Ana Mendieta. Y el dúo Fuentesal Arenillas – en Luis Adelantado, en los Premios Alhambra y en La Casa Encendida– continúa con su línea de puesta en valor de la artesanía, tomando sus propias vivencias como punto de partida.
El cuerpo será uno de los 'leitmotiv', en un momento en el que cada vez somos más conscientes de sus limitaciones
El cuerpo humano convive hoy con la máquina, hasta el punto de que los límites llegan a desdibujarse. Rafael Lozano-Hemmer muestra en Max Estrella Thermal Drift una obra interactiva que refleja la dispersión del calor de nuestro organismo. E Hisae Ikenaga confronta en Industrial Visceral la idea de la industria y lo racional con la de las vísceras y las emociones. Se acercan también a lo carnal las obras de Ana Laura Aláez, en Pelaires, y a la pulsión sexual en el arte. Algo sobre lo que vuelve María Carbonell con más matices en My body belongs to me en T20.
Son varias las artistas que abordan esta temática desde una perspectiva feminista que incita a una necesaria relectura de la historia del arte. En La Rabbia di Proserpina María María Acha-Kutscher reúne en un políptico fotográfico en ADN rostros femeninos de pinturas del Renacimiento y el Barroco. Representan pasajes de la Biblia y de la mitología clásica donde las mujeres son sorprendidas en actos violentos. Se podría conectar con Dánae, de Inmaculada Salinas, en Rafael Ortiz, que relata el modo en que Zeus consigue materializar su encaprichamiento por la princesa a través de la lluvia de oro.
Hay galerías a las que aplaudiremos, como a Àngels Barcelona, que este año muestra el trabajo de 7 mujeres y 3 hombres, una excepción en la feria, y si no que se lo digan a la asociación de Mujeres de las Artes Visuales que siempre nos dejan la sonrisa congelada con sus números. Se suma con un 100% femenino Freijo, con obra de Concha Jerez, Elena Asins, Maribel Domènech, Marisa González y Ángela García Codoñer y un programa simultáneo en su espacio madrileño. Y en Maisterravalbuena, que estrena nuevo espacio junto al Museo Reina Sofía, se podrá ver pintura de Sarah Grilo, una de las artistas participantes en Action, Gesture, Paint. Women Artists and Global Abstraction 1940-1970, en la Whitechapel de Londres.
Pintura, aún
No faltarán los clásicos, no se preocupen, y habrá pintura, y mucha. F2 dedica su stand al uso de la imagen en la pintura y su relación con la fotografía, con obras de Pere Llobera, Federico Miró, Álvaro Negro, Simeón Saiz y Miki Leal, entre otros. En Helga de Alvear encontrarán piezas rotundas de José Pedro Croft, Ángela de la Cruz, Prudencio Irazabal, Gerardo Delgado y Manolo Quejido, y una instalación fílmica de M+M que nos obligará a detener el paso.
Nombres más jóvenes como Belén Rodríguez e Irene Grau no faltan en Juan Silió, que está haciendo un estupendo programa en su espacio de Madrid. Y atentos también a Juana de Aizpuru que nos trae una sorpresa: las pinturas de Shirley Villavicencio: retratos, muchos de ellos de personas de color, en vivos colores con una estética en la que se cruzan sus raíces peruanas con su vida en Bélgica, lo cotidiano y lo que creemos exótico.
Jean Dubuffet estaría encantado de saber que se suma a la feria una galería especializada en 'art brut', Christian Berst
En Leandro Navarro, como siempre, Lucio Fontana, Juan Gris, Antonio López –con un delicado dibujo de un Hombre operado (1969)–, Carmen Laffón, Millares, Miró, Tàpies y un largo etcétera dentro del que incluyo un acrílico y collage de Jean Dubuffet, que estaría muy contento de saber que este año se suma a la feria una galería especializada en art brut, Christian Berst. En Marlborough, Soledad Sevilla, que prepara retrospectiva para el Reina Sofía para 2024, rinde un homenaje a su querido Eusebio Sempere en su centenario (ahora con exposición en Guillermo de Osma). Le acompañan en el stand Luis Gordillo, con individual en la galería, y Laura Anderson Barbata y sus símbolos ancestrales.
'Queer' y decolonial
Elvira Amor, Victoria Civera, Guillermo Mora, Nico Munuera y Juan Uslé, por mencionar solo a los pintores (con permiso de Muntadas y Miralda) colgarán de las paredes de Moisés Pérez de Albéniz. En Nordés, Rosendo Cid desentraña los distintos tipos de amarillo e Irene Grau y Alberto Odériz construyen juntos una “galería plenairista”. Fernández-Braso abre un diálogo entre artistas de distintas generaciones con un bonito guiño de Rosa Brun a Carmen Laffón, de quien acaba de heredar sillón en la Real Academia de San Fernando. Y la obra de Joan Hernández Pijuan dialoga con la de Cristina Almodóvar sobre la naturaleza.
El paisaje es el tema en torno al que gravita el stand de NF / Nieves Fernández, del natural al urbano, con nombres como Moris o Tamara Arroyo. Y entre uno y otro está Tania Blanco, en Formato Cómodo, que llama a la recuperación del paisaje en su estado virgen, previo a la huella humana.
Se nos quedan muchos temas fuera que están ahora en el candelero. Lo queer (las decanas Cabello/Carceller en Joan Prats junto a Tadaskia, o Gori Mora en Pelaires), lo decolonial (Rosa Amorós en Rocío Santa Cruz, Daniela Ortiz en Àngels Barcelona, o Hyanchaco en Espacio Valverde, con ramalazos, también, de psicoanálisis). Y, cómo no, Picasso que, con el permiso del lector, resumiré en la obra de Eugenio Merino en ADN: un retrato hiperrealista del malagueño como escultura yacente.