El Gobierno tendrá que pedir el apoyo del PP para salvar su decreto ómnibus si Puigdemont cumple su amenaza de votar 'no'
El Comité de Dirección del PP disfrutó este martes de la incertidumbre en el PSOE. "Tenemos argumentos para defender tanto el voto a favor como el voto en contra", explicaba un portavoz a este periódico.
Más información: El Gobierno asegura que avanza con Junts para aprobar el decreto ómnibus, tras su reunión en Bruselas.
"Es un error lo que acabas de hacer", le dijo cuando, ya investido, cruzó el hemiciclo para felicitarle. Pero antes, durante el debate, Alberto Núñez Feijóo le había dado la explicación a Pedro Sánchez: "Cuando el independentismo le falle, cuando hasta a usted le supere la legislatura, y ocurrirá, no me busque", le advirtió.
Sin embargo, al presidente del Gobierno no le quedará este miércoles otro remedio que pedirle al Partido Popular sus votos si quiere salvar su decreto ómnibus.
El texto legal, de 140 páginas, incluye medidas tan sensibles como la revalorización de las pensiones o las ayudas al transporte. Pero los siete diputados de Junts per Catalunya mantienen su posición de "votar en contra", dado que Sánchez sigue sin aceptar someterse a la cuestión de confianza.
"El independentismo", pues, ya le ha "fallado" al jefe del Ejecutivo. Aunque la versión de Carles Puigdemont es la opuesta: es Sánchez quien ha fallado. Primero, "engañando" a Junts con una amnistía que no funciona; segundo, con la "indolencia" para hacer oficial el catalán en la Unión Europea; y tercero, con el "incumplimiento" del traspaso de las competencias "integrales" en inmigración.
Ahora, el PP se ve en la tesitura de elegir.
Puede ser el partido que "salve" el decreto más importante del Gobierno, pero darle combustible a quien le acusa de "derechita cobarde". O puede mostrarle al PSOE que su "debilidad ya no va a ninguna parte", a cambio de enfadar a los pensionistas, a los usuarios de tren y autocar, o a su propio Gobierno valenciano, que no podría endeudarse a largo plazo para financiar la reconstrucción de las zonas afectadas por la dana.
Aunque también bloquearía la "indecente" cesión de un palacete en París al PNV, actual sede del Instituto Cervantes, con cuya renta el Gobierno pretendía pagar, "esta vez en el sentido literal del término, aunque con el dinero de los españoles", el sostén parlamentario de los nacionalistas vascos.
"El PSOE ni ha llamado"
Sin embargo, en el Comité de Dirección celebrado este martes, Feijóo estaba todo menos nervioso. De hecho, en su entorno se podía decir incluso que se disfrutaba de la incertidumbre. "Nosotros tenemos argumentos para defender tanto el voto a favor como el voto en contra", explicaba un portavoz a este periódico. "El que va a acudir a la votación inquieto porque se le puede caer su castillo de naipes es Sánchez".
La debilidad de Sánchez no sólo fue augurada por el presidente del PP, según lo que se discutió en la reunión de la cúpula popular, sino que "ya es cuestión de Estado". Porque como el Gobierno es incapaz de aprobar unos Presupuestos, explican las fuentes, "coló medidas muy importantes en un decreto sin apoyo parlamentario".
En la misma reunión de la dirección del PP se reconocía que el real decreto-ley 9/2024 incluye medidas que estarían dispuestos a votar. Pero "no sólo sería absurdo que nosotros salváramos al Gobierno", explica una de las fuentes consultadas, "es que ni siquiera ha llamado nadie para pedirnos el voto".
Feijóo, según afirma su entorno, estaría dispuesto a negociar. "Pero si el candidato que perdió las elecciones no consensúa ninguna medida con los socios que aun así le hicieron presidente, qué mínimo que aceptar nuestras condiciones si quiere el voto del primer partido de España".
A menos de 12 horas de que inicie el pleno extraordinario del Congreso, el Gobierno no había establecido ninguna comunicación "ni con el presidente Feijóo ni con la secretaria general, Cuca Gamarra". Tampoco Patxi López se había puesto en contacto con su homólogo, el portavoz Miguel Tellado, "ni había llamado nadie al vicesecretario de Economía, Juan Bravo".
Aun así, los populares mantienen que su decisión la tomarán en función de si los contenidos del decreto les encajan ideológicamente. No como consecuencia de ninguna presión, ni a izquierda ni a derecha. "Entendemos que Sánchez no nos dará las gracias si votamos sí pero nos llamará de todo si votamos no. Eso sí, se ha olvidado de pedirnos negociar, centrado en convencer a su socio de investidura que reside en Waterloo".
La llave real, en Waterloo
En todo caso, del mismo modo que en la sesión de investidura de noviembre de 2023, la verdadera llave de la situación la tiene Puigdemont. Los siete votos de Junts a favor del decreto neutralizarían cualquier decisión que se tomara en la sede del PP. De hecho, los populares tenían pensado votar en contra con toda seguridad hasta que este diario informó de la disposición del líder independentista a romper con Sánchez.
Entonces, empezaron los cálculos políticos.
Un día después de que la Mesa del Congreso aplazara, una vez más, la decisión de tramitar la proposición no de ley del partido de derecha independentista, el pasado viernes, Puigdemont advirtió de que suspendía "todas las negociaciones sectoriales" con el PSOE.
El expresident fugado justificó su exigencia de una cuestión de confianza en "el nivel de incumplimiento sobre lo pactado en el Acuerdo de Bruselas y la falta de fiabilidad demostrada por el señor Sánchez".
Puigdemont ya había advertido, como informó este diario, de que "rompería" el viernes con el PSOE si el órgano de gobierno del Congreso no calificaba la PNL. Y como consecuencia de ello, los socialistas no la rechazaron, pero decidieron no decidir y "darse tiempo" para negociar con los independentistas.
Pero un portavoz del presidente de Junts lo dejó claro, en conversación con este diario: "Sin catalán en la UE, sin amnistía y sin inmigración, tocaba cuestión de confianza. Sin cuestión de confianza, no hay más que hablar, votaremos en contra".