Imagen | En vivo y en directo, ocho coleccionistas en ARCO

Imagen | En vivo y en directo, ocho coleccionistas en ARCO

Arte

En vivo y en directo, ocho coleccionistas en ARCO

Particulares y corporativas, especializadas en vídeo, pintura o en artistas vivos, reunimos a 8 coleccionistas que nunca fallan a la cita y se barren concienzudamente los pabellones 7 y 9 de Ifema

9 julio, 2021 17:51

Unos se mueven por impulsos y otros llevan la feria bien estudiada de antemano. Algunos se han lanzado en este último año a las compras online y todos coinciden en que la experiencia presencial es insustituible. Particulares y corporativas, especializadas en vídeo, pintura o en obras de artistas vivos, reunimos a ocho coleccionistas que nunca fallan a la cita anual, aunque sea en verano, y se barren concienzudamente los pabellones 7 y 9 de Ifema.

Eulogio Sánchez

Eulogio Sánchez junto a dos pinturas de Miriam Cahn

Es el Premio "A" al coleccionismo de este ARCO en la categoría de colección privada nacional, un reconocimiento que coincide, además, con un divertido libro en el que ha invitado a artistas, galeristas, comisarios y críticos a escribir "a ciegas" -sólo con una imagen y las medidas- sobre una pieza de su colección. Eulogio Sánchez la describe como una "autobiografía en imágenes" que sigue un único criterio: "reunir a artistas vivos". Hoy tiene más de 150 obras pero la inició buscando "llenar los espacios vacíos" de su casa de Santander. Así entró de lleno en este "mundo apasionante" que le llevó, años más tarde, a comprar la primera obra que Julian Rosefeldt vendía en España, un vídeo de una casa consumiéndose. Tiene también joyas de Miriam Cahn (en la imagen) Kara Walker, Olafur Eliasson, Pierre Huyghe, Frank West, Palazuelo, Irijalba o Miguel Ángel Tornero. "No están todas a la vista en mi casa. Adquirir una obra va más allá de tenerla colgada en la pared". 

Alicia Aza

Alicia Aza sosteniendo un dibujo de Miriam Cahn

Alicia Aza entrelaza su colección, en Madrid, con su obra poética. "Coleccionar es una forma de crear, una herramienta de expresión". Compró su primera obra en 1992, en ARCO, en un momento en el que lo que le interesaba era la pintura asturiana y sus verdes paisajes. Con el paso del tiempo, la fotografía y el vídeo fueron adquiriendo mayor peso. "Convivir con los vídeos me permite relacionarme con la idea de ruido (vídeos encendidos) y silencio (vídeos apagados y paredes en blanco) y también con la perspectiva del transcurso del tiempo". Siempre le ha interesado la mirada de la mujer sobre temas universales, la maternidad, la memoria... "Voy incorporando obras que tienen que ver con lo poético, lo literario, lo gestual, el lenguaje". Le gusta que las piezas le produzcan asombro y algo de dificultad. Solo compra en galerías españolas y Carlos León, José Díaz, Diana Larrea y Marta de Gonzalo y Publio Pérez Prieto, son algunas de sus últimas adquisiciones.

Javier Quilis

Javier Quilis junto a la instalación de Jorge Peris 'Olmo, Juan Ulpiano' (2017-2019)

259 obras de 81 artistas pueden verse actualmente en la nave de 4.000 m2 de la Colección Inelcom en la Ciudad de la Imagen de Pozuelo (Madrid), una buena representación de las 338 totales que componen sus fondos. Premio "A" al Coleccionismo Corporativo en 2016, su caso es muy particular: son las propias líneas de trabajo de la compañía –las telecomunicaciones, la eficiencia energética, el medioambiente y la seguridad– las que marcan los ejes que dibujan su colección de fotografía, pintura, instalación, dibujo, vídeo y escultura. Les asesora Vicente Todolí desde 2011 y colaboran con artistas en la producción de sus obras, de Carsten Höller a la iluminación del Hondalea de Cristina Iglesias en San Sebastián. 

"Empezamos trabajando sobre el concepto de comunicación / incomunicación –explica Javier Quillis, director general de la empresa– relacionando las redes y comunicaciones con el arte. Después vino la segunda temática, la energía, entendida como objeto y sujeto. En tercer lugar tenemos la memoria, la recuperación del patrimonio histórico y el arte como forma de conocimiento frente al olvido. Y, por último, incorporamos el medioambiente y el agua". Entre sus fondos no podían faltar, claro, las esculturas de luz de Anthony McCall, las fotografías de Bleda y Rosa sobre la historia o nombres como Sophie Calle, Fernando Bryce, Ernesto Neto, Olafur Eliasson, Sandra Gamarra, Juan Muñoz o Jorge Peris (en la foto) y sus instalaciones de sal, agua, cuerdas y sulfato de cobre.

Jaime Colsa

Jaime Colsa con una pintura de Ana Barriga: ‘Tocar y después comer’, 2017

"Con 16 años adquirí mi primera obra en ARCO. Me gasté diez mil pesetas –una cantidad muy alta para mí entonces– en una serigrafía sobre lienzo de un artista checo”. Esa fue la mecha que encendió la pasión coleccionista de Jaime Colsa, que hasta hoy ha reunido más de 100 obras distribuidas entre Madrid y Santander, las dos ciudades en las que vive. "Son de una generación parecida a la mía y la gran mayoría españoles. Profesional de los transportes, se considera más mecenas que coleccionista: "prefiero promover nuevos proyectos y ayudar a los artistas para que sigan creando que almacenar las piezas para mi contemplación personal". De ahí los dos proyectos que tiene en marcha desde Palibex, su empresa, Truck Art Project y PBX Creativa, con los que persigue sacar el arte a la calle. Para el primero de ellos invita a artistas a que intervengan sobre los camiones que después realizan rutas comerciales por todo el país. La segunda propuesta tiene lugar en varias naves logísticas de la empresa en distintos puntos de España, el principal en Villaverde (Madrid). 

Un vistazo a su colección da buena idea de sus gustos y de cómo la huella de lo pictórico, teñido de resonancias de arte urbano, está muy presente. Juan Uslé, Rafa Macarrón, Abraham Lacalle, Ana Barriga, Juan López, Santiago Ydáñez, Marina Vargas, Javier Arce, Clara Sánchez, Belén Rodríguez, Matías Sánchez, Gorka Mohamed, Cristina Lama o Eugenio Merino, son algunos de los nombres que encontramos.

Francisco Cantos Baquedano

Francisco Cantos Baquedano

"Un enfermo de coleccionismo nunca deja de comprar", dice Francisco Cantos mientras repasa sus adquisiciones del último año: Sarah Grilo, Elena Asins, Sonia Navarro… "Sigo también con mi compromiso autoimpuesto de ayudar a las jóvenes generaciones de artistas. Descubrir nuevos talentos es la parte más divertida y emocionante de coleccionar"

De casta le viene al galgo. Su primera obra salió del estudio de su tía, la pintora Isabel Baquedano. Hace más de 25 años de aquello y está ahora muy bien acompañada por otras 400, la mayoría de ellas en un almacén especializado en obras de arte: Garaicoa, Susana Solano, Arroyo, Marina Abramovic, Candida Höfer, Kimsooja, Txomin Badiola, Sergio Prego, García Alix... "Nunca he comprado sujetándome a un determinado patrón de técnica, nacionalidad o temática. No me gusta encorsetarme. Mi interés en el arte contemporáneo abarca tantas obras y artistas diferentes que no he sido capaz de limitarme a una en concreto". 

Natalia Yera

Natalia Yera junto a las 'Pinturas habitables' de FOD

Natalia Yera es extremadamente minuciosa con la colección de pintura que inició su padre en 1999. Llegó a sus manos con más de 140 obras de artistas españoles de la segunda mitad del siglo XX, de Tàpies a Saura, Gordillo, Pérez Villalta o Barceló. Hoy, sin contar con las nuevas adquisiciones de esta edición de ARCO, tiene exactamente 171 obras, la mayoría de ellas de gran formato, como una de las últimas compras, Puerta I de Jacobo Castellano, 3,57 x 4,77 m de tela, o estas Pinturas habitables de FOD que vemos bajo el texto. Tiene dos momentos claramente diferenciados: las obras que adquirió Mariano Yera entre 1999 y 2013 y la "segunda fase", que inició Natalia, acompañada de Rosina Gómez de Baeza y Lucía Ybarra, mirando hacia la "pintura expandida" de este siglo. Cuenta con un presupuesto anual, al que le viene mejor un ARCO a comienzos de año, en febrero, que ahora, y tiene como uno de sus motores, con la complicidad de artistas y comisarios, ser mostrada al público. En 2022 podrá verse en San Esteban, en Murcia. 

Alejandro Lázaro y Alejandra Gómez

Alejandro Lázaro y Alejandra Gómez en su casa con obras de Chillida, Rafael Barrios y Santiago Parra

Alejandro Lázaro y Alejandra González comenzaron su colección en Madrid en 2013, coincidiendo con el nacimiento de su hija mayor. La "pieza cero" –y hoy van ya más de 100– fue un Günther Förg aunque, cuenta Alejandro, él ya se había estrenado con dos litografías de Tàpies y Chillida con 16 años. Comenzaron mirando hacia la pintura centroeuropea, una idea que se ha ido desdibujando con el tiempo. "Alejandra es más proclive a la estética y lo pictórico, a mí me interesa la investigación con el sonido, las obras de denuncia… ya no hacemos distinción por nacionalidad ni técnica". 

Las obras están repartidas entre su casa (ahora con piezas de Lawrence Abu Hamdan, André Butzer, Ignacio Uriarte o Aballí), la oficina (con Secundino Hernández) y un almacén, y se muestran al completo en la cuenta de Instagram de Colección Lázaro. Cada ARCO cuelgan piezas nuevas haciendo cómplices a un grupo amigos.

@LuisaEspino4