
Un potaje de Cuaresma (Imagen de archivo) iStock
Con un bote de garbanzos y en solo 20 minutos: la receta de potaje de vigilia riquísimo y más fácil que he probado nunca
Las tradiciones también se pueden adaptar a los tiempos. Ya no es necesario tener el potaje de Cuaresma al fuego durante horas.
Más información: La receta típica de Cuaresma que mi abuela cocinaba siempre: fácil, con mucha proteína y deliciosa
- Total: 20 min
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Nos encanta romantizar los pucheros de antaño, la cocina a fuego lento de nuestras abuelas, pero no tendríamos que olvidar que, si lo hacían así, era porque no les quedaba otra opción. Seguro que todas, en algún momento, habrán pensado por qué no inventaban una máquina que hiciera tal o cual cosa. Esas comodidades que ellas anhelaban, ahora las tenemos a nuestro alcance y nos permiten ahorrar tiempo y energía, no solo eléctrica, sino también mental.
Yo estoy segura de que si nuestras abuelas cuando eran jóvenes hubieran podido acercarse a un supermercado a llenar la despensa de botes de garbanzos ya cocidos, la receta tradicional del potaje de vigilia, el plato más icónico de la Cuaresma en España, seguramente, se contaría de otra manera. Y esa es la receta que veremos hoy, un potaje riquísimo y muy saludable, que se puede hacer en unos 20 minutos, sin tener que esperar a que los garbanzos se ablanden con el remojo y a que la olla a presión expulse el vapor para poder abrirla. Sí, a mí también me parece que tarda una eternidad.
Una receta tradicional, saludable... y proteica
Cuando hablamos de recetas proteicas y equilibradas, casi nunca pensamos en un plato de cuchara de los de toda la vida, pero el potaje de Semana Santa es la pura definición de receta equilibrada que aporta una cantidad suficiente de proteínas, fibra, grasas saludables, minerales y vitaminas.
Su base de garbanzos, el ingrediente principal, es una excelente fuente de proteínas vegetales, fibra y carbohidratos complejos, que ayudan a una digestión lenta que mantiene la saciedad durante más tiempo. Además, según la Fundación Española de la Nutrición, esta legumbre es rica en hierro,calcio, potasio, fósforo y magnesio, minerales esenciales para el buen funcionamiento del sistema nervioso y muscular. Es destacable también el aporte de folatos, pues una ración cubre el 31 % de la ingesta diaria recomendada de esta vitamina del grupo B.
Las espinacas, otro ingrediente característico de esta receta, son una gran fuente de vitaminas y minerales. Destacan por su alto contenido en hierro, aunque es importante combinarlas con una fuente de vitamina C para mejorar su absorción, por ejemplo, tomando una naranja de postre. También aportan ácido fólico, fundamental en la producción de glóbulos rojos y para prevenir la anemia, así como antioxidantes que ayudan a reducir el estrés oxidativo en el organismo.
El bacalao, el pescado de la Cuaresma por excelencia, es una excelente fuente de proteínas de alto valor biológico de origen animal, además de ser rico en ácidos grasos omega-3, que favorecen la salud cardiovascular y ayudan a prevenir la inflamación. Al ser un pescado blanco, es bajo en grasas y una opción ideal para dietas equilibradas o de control de peso. También es una fuente natural de selenio y fósforo.
Otro aspecto positivo de este potaje es el uso de especias como el pimentón y el comino, que no solo aportan sabor, sino que también tienen propiedades beneficiosas. El comino, por ejemplo, es carminativo y facilita la digestión ayudadando a prevenir los temidos gases y a reducir la hinchazón abdominal, mientras que el pimentón es rico en antioxidantes como los carotenoides.
Receta más rápida y fácil de hacer, pero igual de rica
Esta versión del potaje de Cuaresma es mucho más rápida y sencilla de preparar en comparación con la receta tradicional. Mientras que para preparar la versión tradicional necesitaríamos tener los garbanzos toda una noche en remojo y tardaríamos más de dos horas en cocerlos, esta receta "moderna" la podemos tener lista en unos 15-20 minutos.
Usando garbanzos en conserva, reducimos significativamente el tiempo de preparación sin comprometer apenas el sabor, la textura y los nutrientes. Otro truco que se utiliza en esta versión es el uso de migas de bacalao desaladas o al punto de sal, en vez de bacalao seco, que requiere un proceso de desalado de al menos 24 horas cambiando el agua periódicamente. Este paso es imprescindible en la receta tradicional para evitar un exceso de sal, pero puede que sea uno de los motivos por los que muchos no se animan a prepararlo. Con el bacalao ya desalado, el tiempo de cocción se reduce a solo unos minutos, lo que facilita la gestión del tiempo en la cocina y en la vida.
Con estos cambios, conseguimos que el potaje sea más accesible para quienes disponen de menos tiempo o cuentan con menos experiencia en la cocina, pero echan de menos el potaje de vigilia de la abuela. A pesar de todos los trucos y simplificaciones, el resultado final sigue siendo un guiso lleno de sabor, ideal para mantener la esencia de la cocina tradicional con una receta más práctica y eficiente.
Ingredientes para hacer un potaje de vigilia rápido y riquísimo
- Garbanzos cocidos de bote, 400 g (1 bote de los grandes)
- Espinacas frescas, 150 g
- Migas de bacalao desaladas, 200 g
- Aceite de oliva virgen extra, 2 cucharadas
- Cebolla, 1 unidad
- Ajo, 2 dientes
- Pimentón dulce, 1 cucharadita
- Comino molido, 1 cucharadita
- Azafrán, 10 o 12 hebras
- Huevos duros, 4 ud
- Caldo de verduras o de pescado, 750 ml (aproximadamente)
- Sal, al gusto
Paso 1
En una olla, calentamos el aceite de oliva virgen extra a fuego medio. Añadimos la cebolla y los ajos finamente picados junto con una pizca de sal. Sofreímos hasta que la cebolla esté ligeramente dorada, pero sin llegar a tostarse. Incorporamos el pimentón dulce y el comino molido, mezclamos bien y apartamos del fuego para evitar que el pimentón se queme. Reservamos.
Paso 2
Vertemos el caldo de verduras o de pescado en la olla y subimos el fuego hasta que rompa a hervir. Añadimos los garbanzos previamente lavados y escurridos, junto con las espinacas frescas bien lavadas. Removemos para mezclar los ingredientes.
Paso 3
Trituramos las hebras de azafrán en un mortero para deshacerlas y las incorporamos al potaje. Mezclamos bien para distribuirlas de manera homogénea.
Paso 4
Tapamos la olla y dejamos cocinar a fuego lento durante aproximadamente 10 minutos para que los sabores se integren y el caldo adquiera consistencia.
Paso 5
Incorporamos las migas de bacalao cortadas en trozos de bocado y cocinamos durante 5 minutos más a fuego lento, esta vez con la olla destapada. Si observamos que el potaje se ha espesado demasiado, añadimos un poco más de caldo hasta que nuestro potaje tenga la textura que nos guste. Probamos de sal y rectificamos si es necesario.
Paso 6
Picamos los huevos duros en trozos pequeños y los agregamos al potaje justo antes de servir. Mezclamos suavemente y llevamos a la mesa bien caliente. También podemos reservar la mitad de los huevos para cortarlos en cuartos o en mitades y ponerlo a modo de decoración.