Uno de los detenidos del clan de Los Makas, el grupo asentado en la provincia de Cáceres.

Uno de los detenidos del clan de "Los Makas", el grupo asentado en la provincia de Cáceres. E. E.

Reportajes

Golpe al clan de "Los Makas": cierra el mayor laboratorio de cocaína en Extremadura que producía 100 kgs de droga al día

Los detenidos transportaban la droga camuflada, destino Madrid, en botes de pintura. También se halló un criadero de gallos de pelea y perros de caza.

Más información: Desmantelado en Valladolid un laboratorio que distribuía cocaína para toda España: así era su sofisticada forma de actuar

Publicada

Madrigal de la Vera, municipio cacereño colindante con otras dos provincias: Ávila y Toledo. La localidad reunía las condiciones óptimas para que un conjunto de fincas de la zona albergara el mayor laboratorio de cocaína que ha sido desmantelado, hasta la fecha, en Extremadura. Un hecho inaudito a ojos de los agentes, quienes han truncado la actividad criminal de una banda que era capaz de producir hasta 100 kilogramos de cocaína al día, cosechando unos beneficios que podrían alcanzar hasta los 5.000.000 de euros.

Agentes de la Policía Nacional han desarticulado en Cáceres un laboratorio dedicado a la fabricación de sustancias estupefacientes. Más concretamente, cocaína, droga que se distribuía por la geografía nacional a través de botes de pintura. "Investigar laboratorios requiere gente y conocimientos. Es una tarea compleja y además Extremadura es una comunidad autónoma extensa donde hay muchísimo espacio para esconderlos". Quien pronuncia estas palabras a EL ESPAÑOL es el inspector jefe al mando de este dispositivo, denominado operación "Gredos", de la Unidad Central de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de la Comisaría General de Policía Judicial.

Los detenidos simulaban ser pintores y transportaban la cocaína en furgonetas bajo una aparente empresa de pinturas. En la finca principal del registro, trabajaban cinco cocineros (fabricantes de droga)quienes desarrollaban su labor delictiva en jornadas maratonianas. También se hallaba un aguador, una figura común en este tipo de entramados criminales, cuya función es avisar de la presencia policial en la zona.

La cocaína aprehendida se la encontraron los agentes en distintos formatos, ya sea en su fase de elaboración o lista para su consumo. Lograron incautar 450 litros de cocaína base disuelta en una sustancia líquida pendiente de analizar. Además, se hallaron seis kilos de clorhidrato de cocaína prensados en forma de ladrillo, 55 kilos en proceso de secado y 40 kilos de cocaína base en estado sólido, así como 7000 euros, una escopeta y diversa munición.

La operación, iniciada a principios de este año, se ha saldado con 11 detenidos, de entre 30 y 40 años, casi todos de nacionalidad colombiana a excepción de varios miembros españoles pertenecientes al clan "Los Makas", un grupo extremeño que opera, principalmente, en el barrio de San Lázaro, situado en Plasencia (Cáceres). "Nutren esta zona de droga", insisten fuentes del caso. El clan ya fue investigado en 2017 por delitos similares.

Tal y como ha podido conocer este diario, los agentes uniformados pudieron localizar el laboratorio porque "Los Makas" son unos viejos conocidos. Tienen antecedentes por delitos como el robo con violencia y contra la salud pública. Asimismo, el patriarca se encuentra en prisión. Fruto de la cooperación con la Comisaría Provincial de Cáceres y varias policías locales, se pudo atrapar a los presuntos delincuentes. "La finca reunía las condiciones óptimas", señalan fuentes policiales consultadas.

Control desde un bar de Humanes (Madrid)

El clan cacereño tenía como objetivo "instalar un laboratorio de cocaína a gran escala". Y así fue. "Los Makas" se dedicaban a las labores de logística e infraestructuras, como pueden ser las gestiones de la finca, de los vehículos que transportaban la droga o la vigilancia de la zona. "Cuando un cártel quiere establecer un laboratorio en España, estos lo gestionan", aseguran estas fuentes.

Pero estos sujetos eran meros peones de la organización criminal. Quien componía el eje vertebral delictivo era un matrimonio colombiano que regentaba un bar de un polígono industrial situado en Humanes de Madrid, localidad situada al sur de la región. Su alto tren de vida, como una vivienda en Boadilla del Monte -municipio con una de las rentas más altas en España- o coches de lujo levantaron las sospechas en los investigadores. Al varón de esta pareja se le conocía en los círculos más cercanos como Copito, caracterizado por un mechón blanco en el cabello.

Uno de los supuestos pintores se trasladaba de Cáceres a Madrid para mantener informada a esta pareja de delincuentes. "Ellos no se manchaban las manos", confirman fuentes de la investigación. Además, los agentes sostienen que los cocineros "venían enseñados" desde Colombia, dada la minuciosidad que requieren estas tareas. "Si tienes que producir 1.000 kilos, son 1.000 kilos, no 999. El kilo de coca en el mercado es bastante elevado", agregan.

Con todas las pesquisas reunidas por los agentes, se solicitó la participación del Grupo Especial de Operaciones (GEO) para la entrada y registro del laboratorio y minimizar así los riesgos, ya que los sospechosos disponían de varias armas. Por otro lado, mientras que los cocineros o fabricantes de droga realizaban turnos de hasta 24 horas durante los siete días de la semana, los animales de la finca se encontraban en condiciones ideales.

"Los gallos y los perros estaban a cuerpo de rey", consideran fuentes de la investigación. Uno de los detenidos, de origen colombiano, era quien se ocupaba de que a los animales no les faltara nada. Los criaba y estaba pendiente de ellos las 24 horas del día para sus posteriores labores de caza o peleas.

Los detenidos han sido acusados de un delito de organización criminal y otro contra la salud pública. La autoridad judicial decretó su ingreso en prisión provisional. Las autoridades no descartan que se produzcan más detenciones, dado que la investigación continúa abierta.