
Xi Jinping, durante el último congreso comunista.
China impondrá aranceles del 34% a todos los productos de EEUU como respuesta a la guerra declarada por Trump
Los ataques económicos de ida y vuelta entrarán en vigor, si nada cambia, la próxima semana.
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El ministro de Finanzas chino ha anunciado este viernes la primera respuesta de su país a los aranceles impuestos por Donald Trump, con Pekín como principal objetivo de la guerra económica. Xi Jinping cargará con un 34% adicional a los productos americanos como contramedida al 54% anunciado por la Casa Blanca el pasado miércoles. Ambos entrarán en vigor, si no hay sobresaltos, la semana que viene: el 9 y el 10 de abril, respectivamente.
"El propósito de la implementación de controles de exportación por parte del gobierno chino", ha añadido el Ministerio de Comercio en un comunicado, "es proteger mejor la seguridad y los intereses nacionales".
La noticia ha caído como un rayo en los inversores. Los futuros de las acciones estadounidenses han caído bruscamente y anticipan más pérdidas en Wall Street. El daño para la economía del país ahondará en los 2.400 millones de dólares del valor accionarial perdido ayer. Conviene recordar que el índice de referencia S&P 500 cayó un 4,8%, su mayor descenso porcentual en un solo día desde junio de 2020, y cerró en 5.396,52 puntos, su nivel más bajo en más de siete meses.
"Si la incertidumbre sobre los aranceles persiste o las negociaciones con los socios comerciales no avanzan bien, el riesgo de que caiga por debajo de los 5.000 será muy real", señalaron los estrategas de UBS Global Research. "La probabilidad de que las acciones estadounidenses entren en un mercado bajista ganan enteros".
En la misma línea, el Ministerio de Comercio chino ha anunciado la inclusión de once empresas estadounidenses en su lista de "entidades no fiables", lo que, en esencia, les prohíbe operar en China o colaborar con compañías chinas. Además, ha impuesto severas restricciones a la exportación de ciertos elementos de tierras raras, los cuales se extraen casi exclusivamente en China y son fundamentales en productos que van desde vehículos eléctricos hasta armamento avanzado.
La agencia de aduanas del país suspenderá, por otra parte, las importaciones de pollo provenientes de algunos exportadores agrícolas de Estados Unidos. En conjunto, estas medidas, anunciadas por tres organismos gubernamentales en cuestión de minutos, dejan claro que Xi no tiene intención de ceder en la guerra comercial que el presidente Trump llevó un paso más lejos el pasado miércoles.
Europa, deseada
El viceministro de Comercio de China ha afirmado, en una reunión con sus homólogos húngaros, que están dispuestos a trabajar con la Unión Europea para mantener un sistema de comercio multilateral basado en normas y aportar certidumbre al comercio global. Es decir, trata de seducir a los aliados tradicionales de Estados Unidos con el viento de cola de los ataques de Washington a sus economías.
La Unión Europea, en cualquier caso, está dividida sobre cómo responder, incluso si recurrir a su "instrumento anticoerción", que permite al bloque tomar represalias contra terceros países que ejerzan presión económica sobre sus miembros para que modifiquen sus políticas. Los países más cautos son Irlanda, Italia, Polonia y los escandinavos.
Aun así, la Comisión Europea está intentando finalizar una lista de importaciones estadounidenses por un valor de hasta 26.000 millones de euros para contragolpear. Si fuese por Francia, todo iría más rápido. El presidente Emmanuel Macron llegó a pedir ayer a las empresas europeas que congelen sus inversiones en Estados Unidos "hasta que la situación se aclare".