'Coppertone': por qué la II Guerra Mundial sirvió para crear la primera crema de protección solar

La temporada de verano es, sin duda, una de las épocas favoritas de los ciudadanos de todo el mundo. Las altas temperaturas, los días de descanso y los viajes a las zonas de playa y de montaña hacen que, cada año, millones de personas disfruten de sus ansiadas vacaciones. Independientemente del lugar escogido para disfrutar de estos días de descanso, si hay un elemento que no puede faltar en toda maleta es la crema de protección solar. Y es que, a pesar de que la Vitamina D que aporta el sol tiene muchos beneficios para el cuerpo, la realidad es que hay que tener en cuenta una serie de precauciones. 

En la actualidad, existen multitud de tipos de cremas del sol. Pueden dividirse por tipos de piel, por factor de protección o incluso por nivel de bronceado. A día de hoy, se tratan de unos elementos indispensables en nuestro día a día, sobre todo en la temporada de verano. Pero lo cierto es que hubo que esperar hasta principios del siglo XX para descubrir este invento que cambió por completo la forma de exponerse al sol de las personas. 

La primera crema solar tuvo su origen en la II Guerra Mundial, un conflicto militar global que se desarrolló entre 1939 y 1945. Por aquel entonces, los soldados sufrían graves quemaduras en la piel al no haber todavía ningún producto que protegiera su cuerpo de la exposición al sol. Por ello, en 1944 y con esta situación como pretexto, el farmacéutico Benjamin Green descubrió un elemento que cambiaría radicalmente la exposición al sol de las personas. 

Coppertone, la primera crema solar que se comercializó en el mercado.

En este sentido, este farmacéutico estadounidense se percató de la existencia de la parafina, un aceite mineral que se extraía del petróleo y que tenía la capacidad de crear una fina capa que, al aplicarse sobre la piel, evitaba la incidencia de los rayos UVA sobre ella. El descubrimiento supuso el fin de las quemaduras que hasta ese momento habían sufrido los soldados. 

Poco tiempo después, la patente de este protector solar cayó en las manos de una de las principales empresas farmacéuticas de aquella época. Se trató de Merck & Co, una de las más importantes del momento. Fue dicha empresa la encargada de comercializar con éxito esta crema solar, que empezó a llegar a manos del público a partir de la década de los años 50. 

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Una de las técnicas que utilizó la empresa fue crear un nombre comercial. En este caso fue Coppertone y se popularizó por la imagen que le representaba: una niña y su perrito intentando quitarle la parte de abajo del bañador. En un primer momento, se trataba de una loción de color rojo y con una textura muy parecida a la del petróleo. Sin embargo, con el tiempo, fue mejorando la fórmula hasta dar con una loción de color blanca y perfumada de jazmín. 

A pesar de que, oficialmente, Coppertone se considera la primera crema de protección solar de la historia, lo cierto es que antes de su existencia surgieron otros métodos. Los egipcios, por ejemplo, recurrían a arcilla y cremas de barro del Nilo para proteger su piel. Desde entonces, han sido muchos los cambios que ha habido hasta llegar a la crema que se conoce en la actualidad. 

Campaña publicitaria de una de las primeras cremas solares.

En 1962, el doctor Greiter fue el encargado de introducir un elemento básico en las cremas solares a día de hoy: el factor de protección solar (FPS). Este indicador hace referencia al nivel estándar mundial que determina la efectividad de los protectores solares y el tiempo de exposición indicado para no sufrir quemaduras.

A pesar de que Benjamin Green fue el pionero, lo cierto es que, debido al éxito de la primera crema que creó, fueron uniéndose otras empresas. Fue el caso de L´Oréal y su fundador Eugene Schueller, que creó posteriormente la loción Ambré Solaire.

Han pasado ya más de 80 años desde el surgimiento del primer protector solar de la historia. Sin embargo, hay algunas cosas que no han cambiado después de tantas décadas. En los años 40, cuando se descubrió la crema solar, llevar una piel bronceada era para la alta sociedad un símbolo de poder. En este sentido, se consideraba que aquellas personas morenas tenían más poder adquisitivo, mientras que tener una piel más blanca era sinónimo de pobreza.

Poco a poco, a medida que fueron llegando más avances científicos, diversos expertos descubrieron lo perjudicial que podía ser el sol, pudiendo ser incluso la causa de muchos de los cánceres de piel que surgían en la época. En este sentido, las lociones se fueron mejorando hasta el punto de que en los años 90 se lanzó al mercado una crema que protegía la piel de los rayos UVA y UVB.