Vista aérea del yacimiento de Arucci-Turóbriga.

Vista aérea del yacimiento de Arucci-Turóbriga. Ayuntamiento de Aroche

Historia

La olvidada ciudad romana de Huelva con una impresionante domus señorial, murallas y un gimnasio

Las investigaciones ponen de manifiesto el prestigio de este enclave, dotado de todos los componentes del urbanismo clásico romano.

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Jesús Vegazo Palacios
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La provincia de Huelva es célebre, entre otros reclamos, por las bellas playas, por la faja pirítica de Riotinto, por el exquisito jamón ibérico de bellota de Jabugo o por la deliciosa gamba blanca de Isla Cristina. Pero es mucho más. Esconde tentaciones que hechizan al turista decidido a emprender una aventura iniciática por su territorio. A dos kilómetros al norte del término municipal de Aroche, asoma el perdido y seductor enclave arqueológico romano de Arucci-Turóbriga, allá en las postreras estribaciones de Sierra Morena, dentro del idílico parque natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche.

Las investigaciones desarrolladas desde hace más de dos décadas ponen de manifiesto el prestigio de esta ciudad, dotada de todos los componentes del urbanismo clásico: foro, termas, necrópolis, campus, muralla y el área doméstica residencial con tres viviendas excavadas (la casa norte, de la columna y del peristilo). El reconocimiento de una treinta de villas rústicas evidencia la intensa explotación agrícola y ganadera de esta circunscripción bajo administración romana.

Las recientes excavaciones avalan la hipótesis de que se trata de una única ciudad, resultado de la evolución y transformación del núcleo primitivo (Arucci) al que se le había agregado otro enclave secundario (Turóbriga). Parece que la gradual romanización de esta región se fue consolidando a lo largo siglo II a.C. en el contexto de la guerra civil entre Julio César y Pompeyo. Este proceso será culminado por Octaviano entre los años 15-10 a.C. mediante la implantación de un castrato agrario y la construcción de una urbe de nueva planta (Arucci), en el paraje conocido como los Llanos de la Belleza.

Recreación de las termas de la ciudad romana.

Recreación de las termas de la ciudad romana. ARQUESIA

Su glorioso pasado ha dejado indelebles cicatrices arqueológicas. A partir del segundo tercio del siglo I d.C., la urbe comienza a extenderse con las termas y con el campus a raíz de un fastuoso programa de edificaciones públicas que alcanzará su plenitud bajo la dinastía Flavia. No obstante, desde mediados del siglo III d.C., tras el ocaso de la estirpe de los Severos, Arucci emprende un inexorable declive, evidenciando indicios de despoblamiento y colapso de la vida urbana y municipal. Entre los siglos IV y V d.C., se verá relegada a un asentamiento marginal, cuya población se dispersa en torno a las villas rústicas que germinarán en el Valle del Chanza.

El foro es el centro neurálgico de la ciudad, construido en tiempos del divino emperador Claudio (41-54 d.C.). Se vertebra en torno a una plaza porticada, con estancias reservadas a funciones judiciales y burocráticas sin desdeñar los preceptivos cultos religiosos. Vestigio de esta sacralidad son los templos consagrados a Diana (diosa de la naturaleza y la caza), mandado levantar por la sacerdotisa Baebia Crinita con coste de doscientos mil sestercios, y a Apolo (dios de la luz y del sol, de la belleza masculina, de la música, poesía y de los oráculos) junto a varias capillas de veneración.

La administración consistorial se centra en el recibidor de los ediles o aula aedilium y en la sede del gobierno local (la curia y el tesoro o aerarium). Mientras que las competencias corporativas estaban reservadas a la basílica y al tribunal, actualmente bajo el ábside de la ermita de San Mamés.

Juegos atléticos

A unos pocos pasos de allí, se extiende el mercado o macellum gracias al surgimiento de tabernas alrededor de un patio central porticado con seis columnas. Se encuentra cerca de la sala de los regidores con la que se comunica mediante una pequeña ventana o fenestra. Según la interpretación de la arqueóloga municipal, la doctora Dª Nieves Medina Rosales, este vano facilitaba la consulta de los pesos y las posibles reclamaciones en las transacciones comerciales.

Las termas se exhiben parcialmente excavadas sobre una superficie de más de mil metros cuadrados. Atrapa al visitante la gran sala abovedada que hacía funciones de vestuario (apodyterium). A través de estrechos pasillos se alcanza la cámara de baños de agua fría, flanqueado por una piscina al aire libre o natatio.

Reconstrucción virtual de la ciudad de Arucci.

Reconstrucción virtual de la ciudad de Arucci. VIPAT

Otro de los grandes hechizos de Arucci es la flamante casa del peristilo, la domus señorial de mayor superficie de la urbe con sus 900 metros cuadrados. Es una vivienda aristocrática mandada edificar por una de las grandes familias de la época, concebida como escenario de representación de su dominio y prestigio político, social y económico.

Su planta está organizada en 18 habitaciones con dos cuerpos diferenciados. Emerge el patio o atrium a modo de distribuidor y el jardín porticado con 20 columnas (peristilum). El acceso al edificio se realiza por medio del vestíbulo que se comunica con un coqueto atrio toscano. En el centro, aún perduran restos del impluvium, que desagua por una canalización de ladrillos. Anexa a la construcción, las intervenciones arqueológicas han sacado a la superficie un establecimiento comercial o taberna, que se abría a la calle y un almacén de granos (horreum). En la parte trasera se diponen cuartos destinados a la cocina (culina), despensa de aceite (cella olearia) y bodega de vino (cella vinaria).

Vista panorámica del campus.

Vista panorámica del campus.

A las afueras, emergen secciones del lienzo de muralla que blindaba el perímetro urbano y revelan intervenciones con distintos sistemas de reconstrucción. Junto al a puerta norte, se abre la necrópolis que responde al ritual exclusivo de la cremación del cadáver. Parece que se articula alrededor de una gran vía sepulcral que corre en paralelo al Campo de Marte. Medina Rosales aclara que los resultados de las prospecciones geofísicas han detectado una docena de monumentos, de los que solo ha sido desenterrado un recinto.

El campus ha sido recientemente descubierto al norte de la ciudad, fuera de las murallas (extra moenia), con una monumental puerta de sillares de granito, flanqueando la vía de salida. A tenor de las explicaciones de Medina Rosales, este edificio ha sido identificado como un lugar destinado a las prácticas gimnásticas y atléticas en donde se ejercitaba la juventud nobiliaria. Quizá se ubicó la posible sede o schola de su asociación (collegium iuvenum) en base al afloramiento de estancias acopladas alrededor de un patio tetrástilo y de un espacio o aedes donde residía Marte, dios de la guerra y señor del hierro.

Sin atisbo de duda, el viajero quedará cautivado ante la hipnótica belleza de Arucci.