Este martes, la organización no gubernamental Ecologistas en Acción presentó ante el Juzgado de Noia (A Coruña) una denuncia dirigida hacia la empresa armadora propietaria del buque portacontenedores Toconao, registrado bajo la bandera de Liberia, así como hacia su capitán. 

Esta acción legal, que se ha realizado junto a Plademar Muros-Noia, atribuye a la empresa un presunto delito contra el medioambiente y los recursos naturales debido al impacto en las costas gallegas tras el vertido de millones de pellets de plástico. 

El vertido tiene su procedencia del buque Toconao, que perdió seis contenedores el pasado 8 de diciembre cuando se encontraba a unos 80 kilómetros al oeste de la ciudad portuguesa de Viana do Castelo. Los desechos de uno de esos contenedores acabaron llegando a las costas españolas. 

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En su demanda, Ecologistas ha pedido al Juzgado que imponga una caución a la empresa demandada de no menos de 10 millones de euros que permita acometer los costes de restauración de las costas. Asimismo, la ONG anima a las Administraciones afectadas y a otras organizaciones sociales a personarse como acusaciones en la causa que se abrirá en Noia.

En este sentido, Ecologistas lamentan “la inacción de la Xunta a la hora de adoptar medidas y animan a la sociedad a participar en las numerosas acciones de limpieza que se han realizado de forma espontánea en las últimas semanas”. 

Cómo afecta al medioambiente

Hasta ahora, la marea de pequeñas bolas de plástico blancas ha afectado a 10 espacios protegidos de la Red Natura 2000, así como al Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas, al Parque Natural de Corrubedo y a numerosas zonas de costa y arenales. El Principado de Asturias también informó durante la jornada de ayer de la llegada de microplásticos a su costa. 

En la demanda presentada, la ONG ha destacado los considerables daños causados por este vertido en la calidad del agua, los suelos de las playas, animales y plantas de estos ecosistemas, así como el riesgo potencial para la salud humana. 

Los pellets son viejos conocidos de las playas de todo el mundo. También denominados ‘granza’, es la materia prima que se suele utilizar para fabricar productos plásticos. Se trata de polímeros que pueden fundirse y moldearse para crear diversos artículos, según informó Efe.

Debido a su diminuto tamaño, estos residuos plásticos tienen una alta probabilidad de integrarse en las cadenas alimentarias. Muchas aves, peces y crustáceos pueden confundirlos con alimentos debido a su similar apariencia a pequeños huevos. 

Según explican desde Ecologistas, la ingesta de estos microplásticos puede ocasionar la muerte de estos animales, ya que una vez ingeridos, dejan de consumir alimentos al tener el “estómago lleno de plástico”. 

Cuando estos desechos entran en la cadena trófica, las sustancias contaminantes que transportan se acumulan en los tejidos de los animales, lo que plantea riesgos potenciales para la salud humana al poder llegar a nuestras mesas. 

Además, la descomposición de estos pellets genera micropartículas y nanopartículas que son imposibles de eliminar y que son consumidas por el plancton y otros organismos filtradores. 

Mediante esta denuncia, destacan desde Ecologistas, buscan garantizar que se aplique el principio de "quien contamina, paga" y prevenir que, como ha ocurrido en el pasado, los vertidos queden impunes.

“Los impactos sobre los ecosistemas normalmente no se contabilizan y, como en este caso, la limpieza y restauración parcial recae sobre la ciudadanía y los medios públicos”, señaló esta mañana la organización en un comunicado.