Doctor Porta, el sabio de la migraña: "Los hombres se quejan bastante más que las mujeres"
"Esta enfermedad es tan incapacitante como una ceguera o una tetraplejia" / "La migraña es la que te hace comer chocolate, y no al revés" / "En 10 años podríamos tener un tratamiento que cambie la vida de los pacientes"
12 septiembre, 2023 02:28"El estigma de género de la migraña surgió en el siglo XIX, pero lo seguimos viviendo ahora desgraciadamente", lamenta el neurólogo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid Jesús Porta. Esta enfermedad neurológica afecta más a las mujeres por los factores ambientales. "Uno de los más importantes es la menarquia, la aparición de la primera menstruación, en la que se produce un cambio hormonal en la mujer que hace que el porcentaje de niñas con migrañas sea del 18% y el de niños del 7%", explica el doctor.
Pese a esta diferencia numérica, que ha causado el estigma de género, Porta confiesa que en las consultas las mujeres se quejan bastante menos que los hombres del bloqueo anestésico. "Al final, la gente debería darse cuenta de que es una enfermedad muy discapacitante", anhela este neurólogo. Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), una crisis grave de migraña limita al paciente tanto como una ceguera o una tetraplejia.
En España se estima que casi cinco millones de personas tienen migraña, aunque sólo la mitad de los pacientes están diagnosticados. En este sentido, el también vicepresidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN) reconoce que se ha producido un cambio sustancial. "Hace unos 12 años hicimos un estudio y vimos que la mayoría de los pacientes no estaban diagnosticados porque no acudían a consulta. Ahora, en cambio, hemos visto que los pacientes sí que consultan, pero los médicos no les diagnostican la enfermedad".
Porta, que atiende a EL ESPAÑOL con motivo del Día Internacional de Acción contra la Migraña, se muestra desesperanzado con la pregunta que siempre surge ante toda enfermedad: ¿Cuándo existirá una cura? "Por desgracia, está muy lejos todavía", responde el neurólogo, "pero sí que podemos pensar en un futuro en el que podamos tener un tratamiento que realmente cambie la vida a los enfermos".
Seguro que le han hecho esta pregunta '1.000 veces'. Pero, ¿la migraña va más allá de un simple dolor de cabeza?
Sí. Mucha gente piensa que la migraña es el dolor de cabeza. Y no es así. Es cierto que uno de los síntomas de esta enfermedad es un dolor de cabeza muy intenso, aunque también hay otros: náuseas, vómitos, molestias con las luces, los ruidos e incluso los olores. Con estos tres datos lo más probable es que la persona esté padeciendo una migraña.
Por un lado, están los síntomas premonitorios que suelen tener los enfermos y que son los que tienen horas o días antes de que les duela la cabeza. Por ejemplo, bostezos, cansancio, estar un poco más irascible o tener una mayor apetencia por los dulces. Entonces comen chocolate y se creen que este alimento les ha producido el dolor de cabeza, cuando es la migraña la que les ha hecho comer chocolate.
Por otro, están los desencadenantes, que no son los culpables del dolor de cabeza, pero sí que pueden hacer que una persona tenga una mayor predisposición a sufrirlo. Por ejemplo, la menstruación —en el caso de la mujer— o los cambios de la presión atmosférica, que últimamente estamos teniendo demasiados en el mundo. Luego también es muy típico relajarse después del estrés. Tengo exámenes, me relajo y cuando los hago, me viene la migraña.
Los alimentos también son desencadenantes. Aunque sólo se da en uno de cada cinco pacientes, por lo que no tiene ningún sentido que los migrañosos hagan dietas porque cada uno tendría que dejar un producto en concreto. La mayoría puede comer de todo, quitando el alcohol, que es el desencadenante clásico.
¿De qué forma puede limitar la migraña al paciente?
La OMS considera que la migraña es la sexta más discapacitante en el global de las enfermedades. Por tanto, es una enfermedad que limita muchísimo al paciente. La migraña es tan incapacitante que una crisis intensa limita tanto al paciente como una ceguera o una tetraplejia. Esto es lo que dice la OMS de una crisis grave, aunque también las hay más moderadas. No a todo el migrañoso le duele igual la cabeza. Luego además tiene otro problema y es que suelen tener comorbilidad; es decir, un migrañoso tiene más riesgo de desarrollar otros cuadros, especialmente de depresión y ansiedad. Esto hace que sea una patología compleja, que requiere un tratamiento muy individualizado.
¿Los cambios de temperaturas pueden hacer que haya más pacientes con migraña?
Más que hacer que más personas tengan migraña, provocará que las crisis en los pacientes se produzcan con más frecuencia. De ahí lo importante que es que el paciente conozca los factores desencadenantes. Aunque es cierto que los cambios de tiempo no podemos evitarlos.
¿El estilo de vida influye en la gravedad de esta patología?
Claro, por eso nosotros siempre decimos que tenemos que tener una vida regulada. Unos tiempos establecidos de sueño y para comer, intentar evitar el estrés... El estilo de vida que tenemos ahora va justo al contrario [se ríe], va más hacia el 'caos absoluto'. Nos dormimos con tablets que nos estimulan con luz y entonces no liberamos melatonina y nos cuesta quedarnos dormidos, estamos haciendo 400 cosas a la vez todo estresados, hacemos ayunos porque no nos da tiempo a comer. Recomendamos a los pacientes lo contrario de lo que hacemos. Esa es la verdad.
¿Existe una migraña de fin de semana?
Así es, y aunque las crisis suelen ser parecidas, varían los factores que las desencadenan. Hay tres causas de la migraña de fin de semana. Uno de ellos es relajarse después del estrés. Estoy estresado en el trabajo, llega el fin de semana y empieza a dolerme la cabeza. A estos pacientes les suele doler el viernes o el sábado por la mañana. Otro de ellos es la privación de café. Si estoy tomando mucho café a diario, llega el fin de semana y dejo de tomar tanto café. Esto suele notarse sobre todo los sábados. El tercero es los cambios de ritmos. Tengo unos cambios establecidos durante la semana que se cambian el fin de semana.
¿Cómo afecta la migraña a la población española?
En el estudio epidemiológico que hicimos hace ya unos años, que quizás sea uno de los más importantes del mundo, vimos que el porcentaje de la población española con migraña era de un 12%, como mínimo. Es probable que ascienda hasta un 15%. Lo que sucede es que de ese porcentaje de pacientes, la mitad no están diagnosticados. Hace 12 años hicimos otro trabajo y vimos que la mayoría no estaban diagnosticados porque no consultaba el paciente. Recientemente, el estudio Overcome reveló que ahora mismo los pacientes acuden a consulta, pero son los médicos los que no les diagnostican la migraña.
¿Se ha dado la vuelta a la situación?
Sí. Todavía tenemos que esforzarnos en diagnosticar a los migrañosos y darle importancia a lo que tienen.
¿Existe conciencia social acerca de esta enfermedad?
Hay muy poca. Todavía se escucha "y por un dolor de cabeza viene". Oiga, no es un dolor de cabeza. Es estar en la cama vomitando sin poder hacer nada. Eso es la migraña. Además, como es más frecuente en las mujeres, en el siglo XIX surgió un estigma de género que lo seguimos viviendo ahora desgraciadamente. Se minusvalora la patología porque es más frecuente en mujeres, cuando es una enfermedad muy discapacitante. Puedo asegurar, además, que en los anestésicos de las consultas por lo general las mujeres se quejan bastante menos que los hombres.
¿Por qué es más frecuente en mujeres que en hombres?
La migraña se da como la altura o como el color de la piel. Son muchos genes y esa media de los genes es lo que va a decidir si padecemos o no la enfermedad y el riesgo que tenemos. Esos genes se pueden manifestar o no dependiendo de factores ambientales. Uno de los más importantes es la menarquia, la aparición de la primera menstruación, en las que se produce un cambio hormonal en la mujer y esto hace que se expresen los genes. Entonces este factor es el que hace que el 18% de las niñas tengan migrañas, mientras que en los niños se queda entre el 7 y el 8%.
¿Cuál es el perfil con el que suele encontrarse en consulta?
Los pacientes cada vez vienen antes y sin migraña crónica, lo cual es una suerte porque les podemos tratar precozmente y evitar que se les cronifique. El perfil típico en nuestra unidad suele ser una mujer de unos 40 años con una migraña crónica; es decir, con más de 15 días al mes con dolor de cabeza. Una situación horrible. Por eso estamos deseando que lleguen antes. Aunque el rango de edad más frecuente es entre los 15 y los 50 años, vemos a niños de tres y cuatro años con migraña. También a personas con 90 años. Al final, nuestro objetivo fundamental es que no lleguen a la migraña crónica, ver a los pacientes antes de que se les cronifique.
¿Se puede llegar a evitar esa cronificación?
Sí. A día de hoy tenemos más de 35 tratamientos preventivos con los que ayudar a nuestros pacientes y poder diseñar un traje a medida. Se trata de entender a la persona y buscar el fármaco más adecuado. No solamente para su migraña, sino evitando los efectos secundarios que les podrían venir mal y ayudando a veces a frenar otras patologías. Por ejemplo, si está deprimido, le podemos mejorar con fármacos antidepresivos. Tenemos un futuro maravilloso para poder tratar a nuestros enfermos, tanto desde el punto de vista de la prevención como en el tratamiento de las crisis para que el paciente pueda llevar una vida normal.
¿Estamos cerca de la cura de la migraña?
No, la cura de esta enfermedad está muy lejos desgraciadamente. ¿Por qué está lejos? Porque es una enfermedad poligénica; esto es, son muchos genes los que van a participar y van a generar un perfil cerebral que no va a ser exactamente igual en varios migrañosos. De tal manera que va a ser muy difícil tener una cura específica para una enfermedad tan frecuente y con tanta variabilidad entre las personas. Pero viendo cómo vamos con los tratamientos de precisión, sí que podemos pensar en algún futuro que podamos tener algún tratamiento que realmente cambie la vida a los enfermos y evite que desarrollen la migraña.
¿Se atreve a dar una fecha aproximada?
Bueno, vamos a decir 10 años.
Entiendo que no serán pocos los pacientes que hayan pasado por su consulta. Pero, ¿se queda con alguno en especial?
Tengo millones de historias. Me acuerdo de una paciente que había probado más de 40 tratamientos. Vino a la consulta, le pusimos una de las nuevas medicaciones y lleva una vida completamente normal. Antes la tenía que ayudar su familia y ahora ella está pendiente de todos ellos. También recuerdo a un niño que le encantaba el fútbol y no podía hacer deporte. En el colegio creían que el niño tenía algún problema. Le hice dibujar, y me dibujó una migraña de manera maravillosa. Le pusimos un tratamiento y ahora es uno de los que mejor juega al fútbol de su colegio. Siempre viene con una sonrisa, todo contento a la consulta. Hubo una mujer que no se quería quedar embarazada porque era migrañosa. La animamos, le dimos un tratamiento con bloqueos anestésicos y hace poco acaba de nacer su hijo. Y así podría seguir y seguir.