En Castilla y León la producción agroalimentaria lidera el sector industrial, por delante de la automoción. Somos una potencia agroalimentaria, con una vinculación excelente entre la producción primaria y su transformación. Podemos dar garantía del origen de los alimentos, algo muy importante en los tiempos en los que vivimos. Contamos con múltiples denominaciones de origen así como con Tierra de Sabor, que dan garantía de que las materias primas con las que se elaboran los alimentos se producen aquí.

Me preguntaba el otro día mi amiga Elena que por qué en Castilla y León no se producía más leche, que ella recordaba que cuando era pequeña en su pueblo, en Segovia, había muchas vacas y que ahora habían desaparecido.

Política Agraria Común

Le expliqué que estas son las paradojas de la producción agraria en Europa y de la Política Agraria Comunitaria. No se tiene en cuenta el tipo de producción ni el que se produce para fijar las ayudas.  La Unión Europea en materia agraria ha llegado a destinar hasta el 70% de su presupuesto, pero no ha fijado criterios para garantizar las producciones y con ello el autoabastecimiento.

Ha tenido en cuenta criterios medioambientales y de seguridad alimentaria fundamentalmente pero no acerca de lo que es necesario producir. Por este motivo cuando se ha desatado la salvaje invasión de Ucrania no es posible garantizar el autoabastecimiento de alimentos en Europa. Incumpliendo de esta manera uno de los mandatos más importantes de los Tratados Fundacionales.

Mi amiga Elena no entendía nada. No comprendía en absoluto por qué en España, ahora que ve cómo escasea la leche en el lineal no tenemos producciones de proximidad. También es verdad que hace mucho que aquí se perdió la costumbre de consumir leche fresca, que en otros países próximos se ha mantenido.

Si bien es verdad que yo le apuntaba que en este momento la situación está determinada por la huelga de los transportistas. Un conflicto que se debe de resolver cuanto antes porque ni en los peores momentos de la pandemia hubo carestía de alimentos, a pesar de que la situación si era preocupante por el número de trabajadores que se contagiaban y como mantener las cadenas de producción, transporte y distribución.

Pero también es verdad que falta el aceite de girasol y en este caso la situación viene dada por la dependencia de Ucrania. Y por el mismo motivo la escasez de piensos para alimentar al ganado. Ambas cuestiones también aparecen conectadas con los criterios de la PAC a los que me he referido. Todos los que vivimos en Castilla y León, cuando viajamos por carretera, hemos visto los campos de girasol y en ocasiones no eran ni recolectados porque para percibir las ayudas sólo era necesario acreditar la siembra.

Ahora cuando de golpe escasea nos damos cuenta de que era necesario haber regulado las producciones que hay en cada país, esto es algo que se ha reivindicado en Bruselas en numerosas ocasiones. Ahora mismo la Comisión ya debería estar revisando la PAC que ha aprobado recientemente para el próximo periodo porque ya no sirve después de los acontecimientos vividos en Ucrania.

La Comisión ha autorizado esta semana que se siembren los barbechos, es una medida adecuada pero no se va a cubrir ni de lejos la superficie que destinaba Ucrania. Es cierto que para los agricultores de Castilla y León supone una oportunidad de sembrar más girasol y maíz, y seguro que la van a aprovechar.

Insisto en que Europa siempre llega tarde y sus acuerdos en materia agraria están muy alejados de la realidad.

Sector lácteo

El sector lácteo vive en una permanente crisis, prácticamente siempre está percibiendo precio por litro de leche por debajo de lo que les cuesta producir. No es de recibo que haya botellas de agua mineral que cuestan lo mismo o más que un brick de leche.  Esto es algo que nos deberíamos de plantear. Si además tenemos en cuenta que este sector frena la despoblación en zonas de montaña, donde no hay muchas actividades económicas que se puedan desarrollar, es un sector a apoyar claramente

Esto nos lleva a una reflexión más profunda: si nuestro país tiene un problema de despoblación en la mitad de las CC. AA. deberíamos de abordar esta cuestión de manera decidida y firme.

Despoblación

El domingo pasado el medio rural clamaba en una manifestación en Madrid que reunió a 500.000 personas para que se adopten medidas que permitan el desarrollo y el avance de nuestros pueblos. Estamos hablando del 80% de la superficie de España, en la que vive aproximadamente el 20% de los españoles, que está completamente despoblada. Es fundamental garantizar la sostenibilidad del territorio con una distribución equilibrada de la población. Recuperar la vida en los pueblos.

Tenemos ahora una gran oportunidad con el Plan de Recuperación y Resilencia que ha dotado a España de 140.000 millones de fondos europeos o más conocidos como Next Generation.

Sería necesario que todos los actores del medio rural: administraciones, empresas agroalimentarias, turísticas, de energías renovables y recursos naturales, agricultores y ganaderos, cazadores.....presentarán un PROYECTO ESTRATÉGICO (PERTE) para frenar la despoblación, dinamizando estos sectores y aprovechando así unos fondos cuyos principales objetivos están en lo que necesita ahora en el medio rural y que no pueden tener mejor fin que el de avanzar en la digitalización, la cohesión económica y social además de en la igualdad. España tiene 140.000 millones de euros para la Recuperación Económica, bien se puede destinar a este Proyecto una cantidad.