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Ni compra ni venta, la nueva inversión superrentable en Zaragoza: revaloriza los edificios más antiguos
Estas intervenciones, que buscan la comodidad y la inclusión, se convierten en una oportunidad para modernizar los portales, mejorando su estética y eficiencia energética.
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Una de las cosas más importantes de las ciudades son sus edificios. Además de ser el esqueleto de las urbes, independientemente de su tamaño, es el lugar donde los ciudadanos viven sus historias personales y crecen. En Zaragoza, muchos de esos edificios aún cuentan con barreras arquitectónicas que dificultan la vida de quienes, por edad o por diversidad funcional, encuentran en cada escalón un obstáculo infranqueable.
Pero el cambio está en marcha: las reformas de accesibilidad están llamadas a transformar la fisonomía urbana. Aunque, según explica a este diario Antonio Calvo, administrador de fincas, todavía no es una obligación estricta, pero pronto lo será. "Se prevé que en los próximos meses entre en vigor una normativa que imponga el acceso universal en las comunidades de propietarios", señala.
En muchos casos, las comunidades optan por bajar los ascensores a cota cero o suprimir barreras arquitectónicas como escaleras, sustituyéndolas por rampas. Estas intervenciones, que en principio buscan la comodidad y la inclusión, se convierten en una oportunidad para modernizar los portales, mejorando su estética y eficiencia energética.
Reformar un portal, sin contar con la supresión de barreras, puede costar alrededor de 15.000 euros, dependiendo de los materiales empleados. No obstante, si la obra implica derribar escaleras para instalar un ascensor, según Calvo, la cifra puede dispararse "hasta los 180.000 euros", un gasto considerable que depende en gran medida de las ayudas disponibles.
En proceso de revalorización
Hoy, estas viviendas, que antaño eran refugio de trabajadores, están en proceso de revalorización. Gracias a mejoras como la calefacción de gas y el acristalamiento moderno, la instalación de un ascensor puede marcar la diferencia entre un edificio obsoleto y un hogar competitivo en el mercado inmobiliario.
La urgencia de estas reformas es especialmente palpable en los barrios más antiguos de Zaragoza, donde los edificios fueron concebidos en décadas pasadas sin ascensor ni adaptaciones para la movilidad reducida. "Lugares como Las Fuentes, el Barrio Oliver o Valdefierro (en su parte tradicional) concentran gran parte de la demanda, pues fueron construidos entre los años 50 y 60 con un enfoque funcional y económico, sin prever las necesidades actuales", continúa el administrador de fincas.
Si bien las subvenciones existen, la dotación presupuestaria sigue siendo "insuficiente". Cada año, decenas de comunidades solicitan ayudas para estas obras, pero solo una fracción de ellas recibe financiación. Teniendo en cuenta que "aproximadamente el 40% de los edificios de la ciudad" tienen portales anticuados y carecen de ascensor, la expansión de estos programas es clave para garantizar que Zaragoza se convierta en una ciudad realmente accesible.
Subvenciones del 70%
Este cambio legislativo marcará un antes y un después en la rehabilitación de edificios, donde también entra en juego La nueva ITC (Instrucción Técnica Complementaria), en marcha desde el 1 de julio de 2024. "Con una subvención del 70%, las comunidades estarán obligadas a instalar ascensores si algún vecino lo requiere", incide.
Añade que la ley también exigirá a los Ayuntamientos destinar mayores presupuestos para facilitar estas adaptaciones. Sin embargo, actualmente el proceso es lento: "Las subvenciones son escasas y no cubren la demanda existente. Un presupuesto anual de dos millones de euros puede financiar, en el mejor de los casos, la instalación de unos veinte ascensores, dejando fuera a un gran número de solicitantes".
Las obras de accesibilidad no se limitan a los portales. En muchos casos, las comunidades optan por bajar los ascensores a cota cero o suprimir barreras arquitectónicas como escaleras, sustituyéndolas por rampas. Estas intervenciones, que en principio buscan la comodidad y la inclusión, se convierten en una oportunidad para modernizar los portales, mejorando su estética y eficiencia energética.