Belén Pallarés con uno de los sabores que prepara en su heladería Livanti Gelato di Sicilia.

Belén Pallarés con uno de los sabores que prepara en su heladería Livanti Gelato di Sicilia. M.H.

Gastronomía

Las heladerías en Alicante rompen la estacionalidad con el turismo: "No se vendía helado de calidad en invierno"

Ofrecer los mejores sabores atrae a todo tipo de clientes que siguen disfrutando de la técnica en sus dulces sabores.

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El adiós a la temporada baja en Alicante genera cambios en la propia ciudad. Y uno de los más visibles para quien pasee por el centro es la demanda en las heladerías. Si antes tomar helado en invierno no era una opción, ahora hasta se forman colas en algunas de ellas porque antes, como cuentan, "no se vendía helado de calidad en invierno".

Con un brillante Solete Repsol, Livanti Gelato di Sicilia es uno de estos locales que se mantiene abierto todo el año. Al frente de él está Belén Pallarés, quien remarca que conseguir atraer al público es cuestión de "mantenerte en la calidad".

"Lo más importante es hacer un helado de calidad y de verdad", reitera. Un ejemplo es ajustar la carta de helados según las estaciones. Y si no hay fresas, no hay helado. Ahora, cuando ya empiezan a llegar al mercado es cuando las ha vuelto a incluir.

"Y cuando lo haces así, la gente te reconoce, lo prueba, y sigue dándote reseñas en invierno de cinco estrellas", valora risueña. Situada al lado de la concatedral de san Nicolás, aprovecha el flujo de turistas en su puesto de helados para llevar. Los mismos que le han dado cerca de dos mil valoraciones en Google con frases como "el mejor helado que he comido en mi vida".

Este negocio abierto en 2010 con su socio Mario Caruso está aprovechando esa gran cantidad de turistas que han llegado a la ciudad de Alicante en estos dos últimos intensos años. "Se ha disparado", valora sobre el sector y el contar con un puerto base de cruceros.

El suave clima de la ciudad también beneficia, con un enero con temperaturas máximas que superan los veinte grados. "Es verdad que los días más fríos la cosa baja, pero hay días que digo hoy no se ha vendido nada seguro, y cuando miras la cuenta dices no puede ser, se ha vendido bien".

Pallarés, que produce su propio helado adaptándolo a las frutas y productos de temporada, apunta un tercer factor de ese cambio de tendencia. 

"Teníamos un problema y es que no se vendía mucho helado de calidad en invierno. ¿Por qué? Porque viene de Jijona. La tradición nuestra es de turroneros que en verano hacen helado y cuando llega septiembre van a la campaña del turrón. Y eso se ha heredado durante mucho tiempo".

El cambio que aportan negocios como el suyo es salir de esa dependencia y tener, a su vez, la necesidad de vender en otoño e invierno. "muchas heladerías empezaron ya a abrir, a desestacionalizar un poco, y la gente consume helado. Ya no es solamente un dulce de verano". 

Si en la temporada alta se aprovecha que hay más frutas en el mercado y con ellas hasta hacen sorbete, la tranquilidad de enero se convierte en "un momento muy creativo para mí porque es el momento en que puedo inventar recetas".