Clara Sanz, la geóloga que dejó su vida en la ciudad por crear una floristería en la España vaciada

Clara Sanz, la geóloga que dejó su vida en la ciudad por crear una floristería en la España vaciada Cedida

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Clara Sanz, la geóloga que dejó la ciudad para cultivar flores en Soria: "Recuerdo no ser dueña de mi vida"

Sus veranos de la infancia en Somaén marcaron el rumbo de una vida adulta alejada de los convencionalismos de la actualidad.

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¿Qué hace una geóloga, en medio de la España vaciada, creando arreglos florales? Es la pregunta del millón y la que tanto le repitieron a Clara Sanz cuando, hace diez años, se mudó de Madrid a un pequeño pueblo de Soria. Recuperar la casa de sus abuelos, volver a plantar flores como ellos, y venderlas, reconoce que "fue un poco locura" pero su determinación le decía que "era una locura que iba a salir bien".

Durante su infancia veraneaba en Somaén, "me crie aquí con mis abuelos, los fines de semana también los pasaba en el pueblo" reconoce. Tras estudiar en Zaragoza, se mudó a Madrid por trabajo, tuvo a su primer hijo y, entonces, se vio atrapada en la urbe: "Es la ciudad más hostil del mundo para criar un hijo".  

"Recuerdo no ser dueña de mi vida" declara Clara Sanz. "Hacemos las cosas sin pensar por qué las hacemos, solo porque 'es lo que toca'" y aunque cumplía etapas vitales que le gustaban, "algo me faltaba". La necesidad por escapar y tomar el control activó la imaginación para ver cómo podía dar un giro de 180 grados y volver a su querido pueblo que "tanto echaba de menos". 

Ni el miedo, ni los pensamientos intrusivos de otros lograron convencerla de permanecer en la ciudad. "Para mí, estar en el pueblo era estar feliz y llegar a la ciudad era resignarme. Vivía resignada". Reconoce que es un cambio que cuesta, sobre todo porque cuando ella se atrevió a exiliarse al mundo rural aún no estaba de moda la vida lenta, alejada de los núcleos masivos de población, "me sentí muy juzgada, pero en ningún momento pensé en renunciar y tirar la toalla". 

Ahora, diez años después, más de 200.000 seguidores en Instagram y su primera novela en las manos, Clara Sanz se ha propuesto demostrar que "la gente de pueblo somos igual de capaces de hacer cosas que los de ciudad". 

¿Qué te aporta vivir casi aislada de la civilización?

Es un concepto que tenemos equivocado de los pueblos, no vivimos aislados, estamos en comunidad. Nunca me he sentido tan rodeada de gente como aquí porque convives con personas que no son meros espectadores. 

En Madrid puedes estar en un teatro, cercada de gente, y no sabes nada de ellos. Aquí es como vivir en familia, en una tribu. Se tiene una concepción de que estamos aislados o que no tenemos de nada, pero tenemos lo principal que es el vivir en una sociedad que todavía tiene unos valores.

¿Algo que echas de menos de la ciudad?

Vas a pensar que te miento, pero es que no echo nada de menos. Aquí, por ejemplo, no hay tantas tiendas, pero te acostumbras a comprar online. Internet y el mundo digital ha terminado de completar lo que necesitamos en los pueblos. 

Clara Sanz, de geóloga a hacer arreglos florales en Soria y escribir una novela sobre la vida rural

Clara Sanz, de geóloga a hacer arreglos florales en Soria y escribir una novela sobre la vida rural Cedida

Además de hacer arreglos florales, también le das a la tecla. ¿Cómo surge escribir Todas las flores que olvidamos?

En mis redes sociales me gustaba contar historias mías y reflexiones acompañando las fotos que posteaba. Un día me llamaron de la editorial directamente y me dijeron que les gustaba la filosofía que transmitía, que estaban interesados en que escribiera un libro… Pensaba que era broma, me daba vértigo, pero quería enseñarle al mundo cómo se vive en un pueblo y sus ventajas. Y qué mejor que hablar de un pueblo, desde un pueblo. Me atreví y así empezó todo. 

Desde las primeras líneas se percibe cierto tono autobiográfico. ¿Cuánto hay de ti en la protagonista y cuanto es ficción?

Todo y nada. Bella es una persona que vive en Barcelona, que se dedica al marketing, que no quiere saber nada de su pueblo y yo era todo lo contrario, yo quería venir al pueblo.

Cuando ella vuelve al pueblo, todos esos valores que yo tenía, ella los descubre y es cuando empieza a ser feliz y a disfrutar de la vida de verdad. Entonces creo que tenemos esa parte en común, el amor final por el pueblo y por darnos cuenta de que hacemos las cosas porque es lo que se espera de nosotros. Pero realmente nunca nos paramos a pensar qué es lo que realmente queremos nosotras.

El segundo capítulo desvela una gran infidelidad, pero el amor es muy protagonista en la historia. ¿Por qué has elegido estos temas para enfocar toda la historia?

El amor es lo que mueve a las personas. Podemos tener ilusiones, mil sueños, deseos… pero solo cuando los compartimos, es cuando realmente los disfrutamos. Lo bonito de vivir es, además, poder compartirlo con la gente que quieres.

La infidelidad abre paso a las segundas partes. No todo se acaba tras un divorcio, el mundo no se termina. Siempre hay una segunda oportunidad. No nos tenemos que quedar anclados. Lo más bonito siempre está por llegar, si tú lo luchas y lo buscas.

Otra de las grandes protagonistas son las flores, tanto de la novela como de tu vida. ¿Qué es lo que aprendes de ellas cada día? 

De pequeña siempre estaba en el huerto con mis abuelos y bisabuelos y plantaban flores. Las flores han formado parte de mi vida. En todos los recuerdos bonitos que tengo siempre hay flores.

Mis abuelos por desgracia ya no están, pero sigue su huerto con sus flores. Entonces, la capacidad de transmitir que tienen, de llevarnos a momentos bonitos, de teletransportarnos a otros recuerdos… Para mí, trabajar con flores es formar parte de los momentos especiales de la gente. Transmiten cosas bonitas, incluso en un funeral son la parte bella de las despedidas. 

¿Cómo viviste el primer encargo que recibiste como florista? 

Todo el mundo me decía que quien va a comprar flores en un pueblo. Me decían 'es que ya no hay maestras, porque las maestras compran flores'.

El primer encargo oficial que tuve fue porque nació un niño aquí en el pueblo, ahora tiene 10 años y siempre me acuerdo de su cumpleaños porque con él va creciendo La Moderna. Se materializó mi nueva vida.

Clara Sanz:  Trabajar con flores es formar parte de los momentos especiales de la gente

Clara Sanz: "Trabajar con flores es formar parte de los momentos especiales de la gente" Cedida

Las redes sociales tienen una gran importancia, gracias a ellas llegó la editorial a ti. ¿Este proyecto sería posible sin ellas? ¿Tuviste claro que tenías que tener esa presencia en redes desde el principio?

Las redes sociales son el 80% de mi trabajo ahora, incluso hemos generado empleo en el pueblo, pero nacieron como una protesta, de ahí el nombre de moderna y rural. Mucha gente da por hecho que, por vivir en un pueblo, yo no iba a saber hacer determinados trabajos y estaba un poco enfadada.

Incluso amigos míos de toda la vida se casaban y encargaban el ramo a otras. Tenía muchas cosas en mi cabeza y empecé a hacerlas y a publicarlas en Instagram. Trabajos que aquí en la tienda no salían, reflexiones, historias y el día a día. Y mira, al final la gente se fijó, se giró a este pequeño rincón de Soria.

¿Qué es lo más positivo que te han aportado las redes sociales en estos tres o cuatro años que llevas en ellas?

Poder enseñarle al resto de la gente, sobre todo a los que viven en las ciudades, como en los pueblos, estamos capacitados para hacer cualquier cosa, igual que ellos. Y no hablo solo de las flores. 

En los pueblos no somos gente antigua ni vivimos entre cabras y ovejas. Tenemos carreteras y también redes sociales. Somos igual de capaces de hacer cosas que los de ciudad. Lo más positivo es poder dar una visión real de cómo vivimos aquí.

Los mismos altibajos de la vida real se trasladan a la novela, pero la firmas con un final feliz. ¿Habrá continuación de la historia? 

Me encantaría. Me he quedado con la necesidad de continuarla porque los personajes ya forman parte de mí y hay que darles una continuidad, pero eso tendrán que decidirlo desde la editorial.