Bruselas se desmarca de Sánchez sobre Israel: "Su posición es individual, la de la UE no ha cambiado"

Desde el pasado 7 de octubre, España ha tenido ya dos crisis diplomáticas graves con Israel. La primera, por las "vergonzosas declaraciones" de unas ministras en funciones -las hoy cesadas Ione Belarra e Irene Montero, en concreto-. La segunda, por el "apoyo al terrorismo" del mismo presidente, ya reelegido.

Este martes, José Manuel Albares daba por "cerrada" este enfrentamiento con el Gobierno de Benjamin Netanyahu. Sin embargo, preguntadas fuentes de la diplomacia israelí, rechazaron aplicarle este adjetivo a esta confrontación política entre ambos gobiernos. "No haremos comentarios", se limitaron a expresar. 

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Y es que no habían pasado ni 24 horas después de que Albares convocara a la embajadora Rodica Radian-Gordon, para pedirle explicaciones por las "falsas acusaciones" de Eli Cohen. El jefe de la diplomacia israelí había convocado, a su vez, a la embajadora española en Jerusalén para "una dura reprimenda" por las "falsas" palabras de Sánchez, que había acusado a Netanyahu de dirigir "una matanza indiscriminada de civiles". 

Quizás la explicación al silencio del Gobierno de Netanyahu, cuyas fuentes no ocultaban su enojo con Madrid, se encuentre en el final de las declaraciones del ministro Albares: que en esta materia, la voz de España "no se va a reducir un ápice".

Pero en esa posición, el presidente del Gobierno está solo.

Al menos, no está en sintonía con la Unión Europea. Así lo confirma a este diario Peter Stano, el portavoz del Alto Representante de la UE, Josep Borrell, aclarando las declaraciones de su jefe: "Que la UE haya establecido y acordado una posición no impide que los países hagan propuestas individuales o hagan circular ideas", explica Stano en conversación con este diario.

Un día antes, Stano ya había expresado que los problemas que habían tenido tanto Sánchez como el primer ministro belga, Alexander de Croo, por sus declaraciones en Jerusalén y Rafah (Egipto) son "un asunto bilateral" de España y Bélgica. Y que "la Unión espera que no se interponga en la labor de mediación" que trata de ejercer en el conflicto.  

Peter Stano, portavoz de Exteriores de la Comisión Europea, junto a Josep Borrell, Alto Representante de la UE. E.E.

"Uno de los principios fundamentales es que la solución necesitará más participación de los países árabes, pero también de la UE", concluyó el portavoz de Borrell. "Si queremos que las cosas avancen hacia la paz y la estabilidad, hay un papel para la UE"

La posición de la UE

La Unión estableció una posición al respecto en dos foros distintos. Por un lado, en el Parlamento Europeo, durante el pleno del pasado mes de octubre en Estrasburgo. Entonces, el presidente de la delegación para las relaciones de la Eurocámara con Israel, el español Tono López Istúriz, estuvo negociando "día y noche durante varias jornadas", hasta que alcanzó un acuerdo... que a punto estuvo de romperse a última hora por presiones de los Verdes y los liberales.

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Y sólo dos días antes, donde más costó aún cerrar una posición común fue en el Consejo Europeo extraordinario. Los jefes de Estado y de Gobierno se citaron por videoconferencia para tratar de emitir una declaración común. Varias fuentes de Bruselas confirman a este diario que, después de una semana de negociaciones entre las Representaciones Permanentes (REPER) de los Veintisiete, "se cerró un texto de mínimos" que, durante la reunión, "fue reabierto" por el presidente español.

En las palabras estaba el matiz. Y en el matiz está la clave, tal como explica un alto funcionario de la UE, conocedor de las discusiones en esa reunión de los líderes de la UE.

"Se había alcanzado el consenso equilibrado de reclamar a Israel 'pausas humanitarias' para poder abastecer a los civiles de Gaza, pero Sánchez insistió en cambiarlo por el término 'alto el fuego'".

Aquella actitud del presidente español sentó mal a sus colegas.

Unos, porque el matiz terminológico era "la diferencia entre respetar el derecho de Israel a defenderse, o no hacerlo... un alto el fuego impide al ejército israelí acabar con Hamás, único modo de defenderse de ese fundamentalismo por aniquilar a Israel", explica esta fuente. 

Y todos, los veintiséis restantes, porque "lo único que no debe hacer un presidente de turno es reabrir un consenso ya cerrado, su labor es dirigir la reunión y labrar acuerdos, no reventarlos", concluye este alto funcionario de la UE.

Establecidas las posiciones del Parlamento y del Consejo, responsables de ello, este periódico preguntaba al portavoz de Exteriores de Bruselas. Borrell, como Alto Representante, es al mismo tiempo miembro del Consejo Europeo y vicepresidente de la Comisión.

Stano aclaraba este martes, en su lenguaje diplomático, la posición del Ejecutivo comunitario: "Si el resto de los 26 miembros están de acuerdo" con la propuesta individual de uno de los Estados miembros, "entonces la posición de la UE cambiaría. Pero esto no ha sucedido hasta ahora".