De carne, de pescado, de verduras, de marisco, al horno, caldoso… Los ingredientes y la elaboración del arroz determinan el tipo de vino que debemos elegir para que el maridaje sea perfecto. Por regla general, un arroz meloso siempre va a ser más potente que un arroz seco, lo que nos brinda la oportunidad de salirnos del habitual blanco o rosado y arriesgarnos con un tinto.

Recopilamos algunos de los arroces y paellas más sabrosos del recetario de Cocinillas para armonizarlos con vinos apetecibles y versátiles, que pondrán la nota de diferenciación y atrevimiento a tus platos de temporada.

Paella valenciana con un rosado de corta crianza

Korde 2020.

Se suele decir que el vino tinto es que mejor acompaña las paellas de carne, el blanco las de marisco o marineras, y el rosado los arroces mixtos. Nos quedamos con esta última opción por ser la más versátil a la hora de armonizar todo tipo de paellas. Concretamente, la nueva añada de Korde (Bodegas Pinea), con su una corta crianza de 6 meses en barricas de roble francés, aporta delicadas notas tostadas que, en combinación con la frescura de la fruta, hacen de este rosado especialmente expresivo y elegante a la hora de acompañar nuestra paella.

Un 100 % tempranillo de producción limitada y elaboración singular, que deja hablar al terruño y que rinde pleitesía a la naturaleza y a sus propios ciclos, que nos gusta por su equilibrada acidez y frescura. Complejo pero afrutado, mineral y de tanito delicado, Korde es un rosado para beber en buena compañía, con tiempo y con la misma calma con la que se elabora. Y junto a una buena paella.

Arroz al horno con un tinto potente

Care Tinto sobre lías 2020.

El arroz al horno es un plato contundente clásico de la zona de Orihuela, que suele tomarse en invierno pero que apetece en cualquier época del año. Un arroz que necesita un vino potente, con cuerpo y persistencia, como Care Tinto sobre lías.

La añada 2020 de esta mezcla de garnacha y syrah de Bodegas Añadas, situada en Cariñena (Zaragoza), permanece en maceración con los hollejos durante 15 días, antes de pasar a una crianza de dos meses en roble francés. Un tinto intenso sin resultar excesivo, complejo en nariz, con poder frutal en boca, un volumen agradable y un final largo, que resulta perfecto para acompañar nuestro arroz al horno. En invierno o en verano.

Arroz caldoso con un rosado con cuerpo

Lalomba Finca Lalinde Rosé.

El arroz caldoso es otro de esos platos que maridan bien con tintos jóvenes, sobre todo si es de bogavante, porque necesitaremos un poco de intensidad. Nosotros hemos querido optar por un rosado con cuerpo como es Lalomba Finca Lalinde Rosé, un vino que reivindica la pureza del viñedo y que en ediciones consecutivas ha sido nombrado mejor rosado de D. O.Ca Rioja por el crítico británico Tim Atkin MW.

Lalomba nace para expresar el carácter único de los viñedos más carismáticos de Ramón Bilbao, elaborados en una bodega icónica de hormigón. Y este rosado es el mejor ejemplo de esa autenticidad. 90 % garnacha y 10 % viura, fermenta y cría con sus lías mostrando la esencia y pureza de un viñedo en altitud. Profundo, sabroso y de una finura envolvente, aguanta sin miedo un arroz caldoso, y lo que le echen.

Arroz con pollo y verduras con un blanco con barrica

Pago de los Abuelos Viñedo Barreiros Godello 2018.

El clásico de todas las casas españolas es también una receta muy fácil de armonizar. Según lo que nos apetezca, ya sea tinto, blanco o rosado, lo ideal es optar por un vino ligero pero sápido. Un vino fácil de beber pero con fuerza, como un blanco fermentado en barrica, con la frescura pero también la estructura suficiente para acompañar el pollo y las verduras.

De los Abuelos Viñedo Barreiros es ese vino. Un godello que rinde homenaje a Guillermo y Floripes, los ‘abuelos’ que cultivaron las tierras del actual proyecto Pagos de los Abuelos allá por 1890, entre El Bierzo y Valdeorras. 130 años después, su nieto Nacho Álvarez recupera esos viñedos olvidados con una filosofía basada en la viticultura artesanal. Este blanco cremoso, elegante y mineral pasa 8 meses en roble francés y es un vino perfecto para un arroz tradicional como este.

Risotto con un rosado provenzal

Whispering Angel 2019.

El risotto es una manera diferente de preparar un arroz meloso. Puede ser intenso, como el de setas y trufa, pero también ligero, como de calabaza o frutti di mare. Para cualquiera de las opciones un vino rosado afrutado y con un buen toque de acidez armonizará a la perfección. Para esta receta nos vamos a Francia, por aquello del glamour, para encontrarnos con Whispering Angel, el ‘susurro’ más exuberante de Château D´Esclans.

Este rosado con espíritu gastronómico, ideal para armonizar una amplia variedad de recetas, desde ceviches a tatakis, pasando por las clásicas pissaladière provençale o lemon chicken piccata y, por supuesto, todo tipo de arroces y risottos, comparte la tradición provenzal de la fermentación en barrica con otras técnicas más modernas que le han llevado a ganarse la fama de ‘enfant terrible’ de la Provence. Elegante, profundo y complejo, este rosado de nueva generación será el mejor amigo de nuestro risotto.

Fideuá con un blanco seco

Castelo de Medina Verdejo VS 2020.

Como sucede con la paella, para acompañar la fideuá sin correr demasiados riesgos siempre podemos optar por un vino blanco seco, un verdejo o un sauvignon blanc como los Vendimia Seleccionada de la bodega vallisoletana Castelo de Medina. Dos blancos muy frescos pero complejos y versátiles, de esos que siempre apetecen y que van bien con todo.

Estos vinos son el resultado de una cuidadosa vendimia manual realizada en pequeñas parcelas. Y tanto el verdejo (criado durante seis meses sobre lías finas y otros tres en barrica, amplio, largo, carnoso y redondo), como el sauvignon blanc (con nueve meses de lías finas, untuoso, graso y bien estructurado) mantienen la frescura y la fruta de la juventud al tiempo que adquieren la elegancia y sutileza de la madera. Perfectos para consumir solos y apreciar todos sus matices, como para acompañar con una fideuá de pescado.

Arroz negro con un tinto crianza

LAN Xtrème 2018.

El arroz negro es una receta de sabores intensos en el que el calamar es el principal protagonista, tanto por la tinta que aporta el color como por ser el ingrediente base del mismo. Por esta razón, lo mejor es acompañarlo con un vino tinto, y a ser posible que este mantenga su fruta para refrescar y limpiar el paladar, y a su vez cierto cuerpo para poder aguantar la potencia aromática de este plato.

Un vino muy adecuado para el arroz negro podría ser LAN Xtrème, un crianza ecológico que expresa el compromiso con la materia prima de esta bodega riojana y promueve el desarrollo sostenible. Un tempranillo poderoso y con estructura, fiel reflejo del terruño del que procede, que sin duda será capaz de resaltar sin eclipsar el sabor de nuestro arroz negro.