En pleno 2021 y con una pandemia insaciable pisándonos los talones, la humanidad se enfrenta sin remedio a otro gran problema global: la Tierra, nuestro hogar, se agota. La preocupación por el deterioro del planeta también afecta al mundo del vino y está promoviendo iniciativas respetuosas con el medioambiente, como el nuevo sello Eco-Prowine, que certifica a aquellas bodegas y productores que impulsan procesos de producción sostenibles.
Tres razones para cambiar el chip
Si en nuestro día buscamos productos de calidad que, además, sean sostenibles y saludables, el vino ecológico ya debería ser un básico de nuestra vinoteca. Para aprender a distinguir estas referencias de las convencionales, España y la Unión Europea obligan a acreditar estos productos con un sello. Una marca que avala que las uvas han sido cultivadas y elaboradas siguiendo una serie de procedimientos y normativas respetuosas con el medioambiente, como, por ejemplo, el uso de abonos naturales o la ausencia de químicos en el viñedo.
Huelen y saben diferente
Actualmente, en España, el 13% de los cultivos de viñedos ya son ecológicos, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Una cifra que no deja de crecer año tras año y a la que hay que sumar las bodegas que trabajan con el máximo respeto al campo y a la vid pero no cuentan con la certificación, que son muchas. Cada vez más. Por convencimiento y filosofía. Pero, ¿por qué triunfan tanto últimamente? Más allá de modas y tendencias, una de las principales causas del furor por los vinos ecológicos es su sabor y su aroma.
"Cuando los cultivos están tratados con alternativas naturales como, por ejemplo, los microorganismos derivados del humus de lombriz, aumentan los azúcares naturales de los frutos. Esto se traduce en uvas más dulces que producen vinos de mayor calidad gustativa", aseguran desde la compañía especializada en fertilizantes naturales y control biológico Nostoc Biotech.
Son más saludables
Si algo ha hecho la pandemia es poner la salud en lo más alto de nuestra escala de prioridades. Y consumir productos ecológicos no deja de ser otra buena manera de cuidarse. “El hecho de que los viñedos estén cultivados de forma natural hace que los vinos ecológicos estén libres de químicos perjudiciales para el organismo”, destacan estos expertos.
"Usar productos fertilizantes que contengan comunidades microbiológicas específicas fomenta los azúcares de los frutos y aumenta orgánicamente los antioxidantes que enriquecen el vino. Este incremento natural hace que los ecológicos sean más saludables que los tradicionales, que sufren procesos químicos previos y posteriores a la cosecha".
Por si fuera poco, el vino ecológico es rico en quercitina, un pigmento que previene la degeneración neuronal y que también es eficaz contra bacterias bucales como la gingivitis o las caries. Y no solamente tiene un efecto positivo en la salud física, sino también en la psicológica. "Un consumo moderado y responsable ayuda a liberar endorfinas, los neurotransmisores de la felicidad y la alegría".
Contribuyen a preservar el planeta
Dos tercios de nuestro suelo agrícola están en riesgo de desertificación hoy en día debido al uso de procedimientos poco ortodoxos. Los expertos aseguran que si se utilizasen procedimientos naturales para su cultivo, producirían más y mejor.
Con la sostenibilidad por bandera, consumir productos ecológicos beneficia tanto al cultivo como al entorno. El uso de alternativas sostenibles permite que los viñedos se desarrollen de acuerdo con su ecosistema y, a la vez, ayuda a conservar el suelo en buenas condiciones. "Además de reducir el uso de agua, fertilizantes y fitosanitarios. Lo que sin duda es más rentable, tanto para los agricultores como para las instituciones".
Ocho vinos ecológicos para quitarse los prejuicios
Lar de Maía 8º Rosado
Esta bodega de Ubillas de Santa Marta (Valladolid) huye de denominaciones de origen para dar rienda suelta a su deseo de hacer vinos de calidad y con identidad propia.
"Preferimos hablar de terroir y de la riqueza de suelos de nuestra zona", dice María Burgoa, una de las responsables del proyecto. Elaboran de manera ecológica y con mucho mimo 25.000 botellas de tres vinos diferentes (5º Tinto, 7º Autor y 8º Rosado). Las uvas proceden de distintos pagos de viñedos de 80-100 años y el proceso de vendimia es manual.
Para Lar de Maía 8º Rosado se trabaja con viñedos viejos de tempranillo, plantados a una altitud de unos 1.000 metros. "Lo que nos aporta la viña vieja es un pH y una mineralidad excepcional, que nos ayuda a preservar la parte aromática de la uva". Un rosado fino y delicado, criado con sus propias lías durante 5 meses, fresco y sedoso en boca, atractivo ya desde la botella. Ojo a sus cápsulas, que tampoco son convencionales, son fichas de cata. P. V. P.: 9,90€
Prior Terrae Optare (Lacrima Terrae)
En Lacrima Terrae presumen de que cada vino tiene su propósito y su historia. Alba y Sofía, las fundadoras de este proyecto que no deja nada al azar, buscan y escogen con dedicación bodegas y vinos que compartan sus valores. El respeto a la tierra, la experimentación con nuevos métodos de cultivo y vinificación, la recuperación de variedades autóctonas o el uso de animales para controlar plagas son algunos de ellos.
No es una bodega ni tampoco una tienda al uso. Lacrima Terrae es un espacio online donde se puede encontrar una selección cuidada y limitada de vinos con certificación ecológica, de calidad y con mucho que contar. La primera referencia es de su propia bodega, Prior Terrae, que ha elaborado Optare blanco y tinto en exclusiva para esta plataforma. Dos vinos ecológicos que nacen en el Priorato y que sorprenden por su crianza en ánforas de barro, pensada para potenciar la fruta y los aromas naturales de la uva. P. V. P.: 32€ (caja de dos)
Ansa 2016 (Bodega 202)
Elaboradas a partir de dos microparcelas de tempranillo con más de 70 años situadas en Elvillar y Lanciego, las zonas más altas de sierra de Cantabria, las 4.000 botellas de vino fresco y elegante que componen Ansa 2016 pretenden trasladar la voz más pura del viñedo.
Luis Güemes, enólogo de Bodega 202, defiende la idea de que el trabajo en bodega no debe alterar el potencial de la uva. Para ello, recurre a técnicas novedosas que aumentan la frescura de la tempranillo, como la maceración prefermentativa en frío o el 'tanque sin semillas', un diseño propio que evita el verdor de más aportado por la uva. "Las fermentaciones las hacemos por separado, para respetar cada viñedo".
Un 'garage wine' o vino de parcela elegante, fresco y con muy buena capacidad de guarda, que en su primera añada ya ha convencido a la crítica internacional y que forma parte del interesante proyecto bodeguero llevado a cabo por un matrimonio estadounidense enamorado de La Rioja. P. V. P.: 42€
Cucú cantaba la rana (Barco del Corneta)
Barco del Corneta celebra 10 vendimias apostando por la agricultura ecológica. Cucú cantaba la rana es la referencia más joven de esta bodega de La Seca (Valladolid) que convierte en juego su respeto al terruño. Se trata de un divertido verdejo de diversas procedencias (La Seca, Valladolid, y Aldeanueva del Codonal, Segovia) con un 25% de vino fermentado y criado en barricas de roble francés.
Un vino fresco y apetecible pero a la vez con un puntito de complejidad, que surge con el espíritu de acercar y democratizar la interpretación de Barco del Corneta de la variedad verdejo en la región, cuya añada 2019 cuenta con certificado ecológico. P. V. P.: 9,50€
CVNE Ecológico y Roger Goulart Organic
No sólo las bodegas pequeñas piensan en ecológico. El cambio de mentalidad llega a bodegas centenarias como la riojana CVNE, que acaba de dar un paso más en su apuesta por la tradición, la innovación y el respeto al entorno, con dos nuevas referencias ecológicas.
CVNE Ecológico (P. V. P.: 6,55€), el primer vino ecológico de la bodega, fruto de una agricultura 100% sostenible, y Roger Goulart Organic (P. V. P.: 10,65€), un espumoso que surge en la masía del siglo XVIII que esta bodega familiar tiene en la D. O. Cava y cuyo proceso de elaboración es completamente respetuoso con el medioambiente.
Un vino y un cava que comparten una clara tendencia hacia la viticultura sostenible y los procesos de elaboración capaces de reducir la huella ambiental de la bodega. Desde el uso de abonos orgánicos y de origen vegetal o la no utilización de herbicidas, pesticidas o cualquier otra práctica de cultivo que pueda dañar o modificar el equilibrio natural entre el suelo y el medioambiente, hasta la crianza en barricas de roble que apoyan el cultivo de bosques sostenibles.
Gran Luna (Dehesa de Luna)
Gran Luna 2016 es un sueño cumplido para Dehesa de Luna Finca Reserva de Biodiversidad. El de elaborar, un año más, un gran vino. Es el resultado final de la incansable búsqueda de la excelencia llevada a cabo por esta bodega de La Roda (Albacete) a través de las mejores uvas de uno de sus viñedos, La Cañada del Navajo.
El equipo de la finca diseñó y plantó este viñedo eligiendo, para cada variedad de uva, el sistema de conducción más adecuado con el fin de obtener lo mejor de cada una de ellas, adecuándose a sus particulares condiciones de clima y suelo. De este viñedo, posiblemente uno de los más avanzados tecnológicamente de España, surge Gran Luna, un coupage ecológico de tempranillo, graciano, cabernet sauvignon y syrah, que ha recibido la Gran Medalla de Oro en el Concurso Mundial de Bruselas 2020. P. V. P.: 23€
LAN Xtrème
Este 100% tempranillo, poderoso y estructurado, es un reflejo del terruño del que procede. Xtréme ha nacido en un territorio singular, la parcela Mantible Ecológico, dentro del viñedo más emblemático de Bodegas LAN, Viña Lanciano. Y su certificación ecológica es la clara manifestación del respeto de la bodega por la materia prima y el ecosistema natural del viñedo. Es el resultado de una viticultura sostenible que favorece que flora y fauna encuentren el equilibrio en el viñedo.
Marco Real Organic Wine
La conciencia medioambiental en el mundo del vino no es una moda pasajera. Es una forma de vida a la que Marco Real, en Olite (Navarra), no ha dudado en sumarse con el objetivo de seguir desarrollando su compromiso con una viticultura tradicional y sostenible.
Con el eslogan 'Conéctate a lo natural', la bodega quiere llegar a un consumidor comprometido con la naturaleza y con el cuidado del entorno, y conquistar de paso a aquellos paladares que buscan la máxima expresión del viñedo en la copa.
Marco Real Organic Wine 2018 es su primer vino ecológico. Un tinto de tempranillo, garnacha y graciano, con una crianza de seis meses en roble americano, equilibrado y sabroso. Una alternativa natural muy fácil de beber, para todos los públicos y bolsillos. P. V. P.: 9,50€