¿Se convertirá la 'guerra del agua' en un asunto clave de la campaña? Hasta Compromís se apunta

Tras un comienzo del año 2023 marcado por la aprobación de un Plan de Cuenca del Tajo por parte del Gobierno central que restará 105 hectómetros cúbicos a los caudales trasvasados a las provincias de Alicante, Murcia y Almería, el gobierno autonómico de Ximo Puig (PSPV-PSO/Compromís/ Unidas Podemos), está tratando de arreglar a posteriori su abstención en el Consejo Nacional del Agua.

Lo ha hecho el socialista Ximo Puig anunciando un recurso judicial la semana pasada y también sus principales socios de Gobierno, Compromís. Y es que ayer, contra todo pronóstico, el candidato nacionalista a la Generalitat, Joan Baldoví, puso como ejemplo de firmeza frente al Gobierno de Pedro Sánchez -al que apoya continuamente en el Congreso de los Diputados- ese recurso judicial.

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Este ejemplo de "no quedarse de brazos cruzados cuando se nos niega el diálogo" (en referencia al PSOE, ha sorprendido por varias razones. Fundamentalmente, porque la izquierda ha eludido en las últimas décadas entrar en ningún conflicto hídrico entre comunidades autónomas después de que Cristina Narbona acabase de un plumazo con el Plan Hidrológico Nacional. Incluso acusando al PP de fomentar una "guerra del agua" por motivos electoralistas.

También, porque Compromís quiere identificarse en la Comunidad Valenciana con la izquierda "ecologista", habiendo atraído a sus filas a muchos de los pequeños partidos verdes que antes concurrían disgregados a las elecciones autonómicas y municipales. Y es precisamente el ecologismo, el principal crítico de los trasvases de agua entre cuencas exigiendo "autosuficiencia hídrica" territorial frente a la derecha que apela a la solidaridad entre los territorios.

Y en tercer lugar, porque fue precisamente la cúpula de Compromís la que forzó la destitución de una de sus líderes en la Comunidad Valenciana, Mireia Mollà, como consellera de Agricultura el pasado mes de octubre. Precisamente cuando Mollà, ilicitana -uno de los municipios más perjudicados por la pérdida de caudales del trasvase-, era la política de la izquierda valenciana mejor valorada entre los regantes por su implicación en el tema.  

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Aquella destitución sirvió para aupar a su propia delfín, Aitana Más (de Crevillent, junto a Elche), en el seno del partido. Incluso como candidata nacionalista por la provincia de Alicante. Sin embargo, Más no cuenta con simpatías en el sector agroalimentario, donde se ha situado como consellera a una valenciana, Isaura Navarro, con mucha menos sensibilidad que los alicantinos en asuntos como el agua.  

Quizás por esto, el pasado viernes Puig eligió Orihuela (donde gobierna el PSOE, Podemos y Cs tras una polémica moción de censura) para anunciar su recurso por el hachazo del Gobierno central al trasvase. Tratando de no perder muchos apoyos ya que la comarca de la Vega Baja es fundamental de cara a mayo de 2023.