El experimento del director Luis Giménez: los resultados de quitarle a todos los alumnos el móvil
El IES 'Les Alfàbegues', situado en un municipio de Valencia, se ha convertido en el primero en prohibir el uso de móviles a todos sus alumnos y profesores.
14 febrero, 2023 03:28Peleas multitudinarias entre alumnos a las puertas del centro, grabaciones sin consentimiento en los baños de las chicas para su posterior difusión en internet, casos de extorsión y hasta una agresión homófoba sufrida por un profesor. Son algunas de las polémicas que envolvieron durante meses al Instituto de Educación Secundaria ‘Les Alfàbegues’, situado en Bétera, un pequeño municipio valenciano de poco más de 23.000 habitantes.
Unas acciones completamente inaceptables en un centro educativo y todos ellas con un mismo común denominador: el mal uso de los teléfonos móviles y las redes sociales por parte de los alumnos. Fue precisamente la gravedad de esta situación la que motivó a Luis Giménez, director del centro, junto al resto del equipo directivo, a implantar una drástica medida que ya se ha convertido en pionera en el sistema educativo: prohibir los teléfonos móviles tanto a profesores como a alumnos durante el tiempo que permanecen en el interior del centro.
Aunque él mismo prefiere definirlo como “una liberación” y no como una prohibición, lo cierto es que desde principios de este curso ningún profesor ni ningún alumno del IES ‘Les Alfàbegues’ puede hacer uso de su dispositivo móvil en el interior del instituto. Y es que desde que se colgó el cartel de “centro libre de móviles” en su entrada, la realidad que se vive dentro es muy diferente a la que se vivía por aquel entonces, cuando las polémicas estaban a la orden del día. Las sanciones se han reducido en un 30% y la socialización ha mejorado considerablemente.
Como si de un personaje famoso se tratara, Luis hace un hueco en su apretada agenda de entrevistas para atender a EL ESPAÑOL. Y justo antes de comenzar la entrevista ya apreciamos que la falta de móviles es una realidad en el interior del centro. Tan solo podemos comunicarnos con él a través del teléfono fijo con el que cuenta el instituto, ya que como el resto de los alumnos y profesores, él tampoco puede usar el móvil durante la jornada.
Sorprendido asegura estar muy contento de la repercusión a nivel mediático que está teniendo la medida implantada en su centro. Y es que, aunque asegura no ser pioneros en eliminar los móviles en un centro educativo, lo cierto es que sí han sido los primeros en aplicar la medida también en los docentes y el equipo directivo. “Si que es cierto que lo hemos hecho extensivo y no solamente por el alumnado, que era el colectivo que más nos preocupaba por las repercusiones negativas que estaba trayendo el uso del aparato. Al ser el profesor el referente del alumnado, teníamos que asumir la medida”, asegura en conversación con este periódico.
Aunque sí pueden hacer uso del móvil en algunos momentos puntuales, como cuando se encuentran en la sala de profesores o en su propio despacho, los maestros no pueden utilizar sus dispositivos delante de los alumnos. “Qué mejor que tampoco vean al profesorado pasear por el pasillo del centro con el móvil en las manos. El objetivo de incluir al profesorado es ese, convertirnos en ejemplo de que no nos hace falta el móvil”, explica.
La medida, lejos de ser fruto de una decisión espontánea, lleva trabajándose desde el final del curso pasado. Y fueron principalmente dos las razones que llevaron al equipo directivo del centro a tomar la decisión. La primera de ellas fue que, tras realizar un análisis del volumen de conflictividad y la falta de convivencia en el centro, el móvil y las redes sociales estaban siempre presentes en cada una de las polémicas.
“El alumnado aprovechaba cualquier recoveco o cualquier momento para hacerse fotos, grabar vídeos y para juguetear en las redes sociales. Y no sólo con cuestiones de dentro del centro, sino también por cuestiones fuera del centro. Eso lo único que estaba generando eran muchísimos problemas de convivencia y que casi todos los comunicados de amonestación para hacer constar una sanción, casi siempre tenían vinculado de manera directa o indirecta el que aparezca el móvil por medio o las redes sociales”, explica Luis.
Pero no fue el único motivo, el hecho de que fuera una situación habitual ver a cada uno de los alumnos en el recreo aislados con sus teléfonos móviles y sin ninguna intención de socializar con el resto de sus compañeros motivó a Luis a dar un paso al frente e implantar la medida. “Veías al alumnado que estaba focalizado en su móvil, chateando, jugando y había muy poca participación en los juegos del patio, por no decir nula. No había comunicación entre ellos, de hablar, de comentar y eso también nos abre a pensar que al final el móvil estaba aislándoles”.
Y aunque en un primer momento las reacciones no fueron muy buenas por parte de algunos sectores del centro – especialmente los alumnos –, la realidad es que la vida sin móviles en el IES ‘Les Alfàbegues’ es mucho mejor. Los mensajes por WhatsApp, las fotografías en Instagram y los bailes en Tiktok se han sustituido ahora por charlas y juegos, como ocurría hace años.
Pero este cambio no ha estado motivado únicamente por la ausencia de móviles, sino también por las alternativas que desde el equipo directivo se han ofrecido para equilibrar la balanza. “Les dijimos que, ya que el móvil iba a desaparecer, íbamos a darles la posibilidad de abrir el juego en el patio. Les preguntamos a qué les gustaría jugar y qué les gustaría que pasara en el patio para que se pudieran entretener esa media hora”, cuenta Luis.
Y fue así como surgió lo que a día de hoy se conoce como “dinamización de los patios”, un proyecto con el que el IES ‘Les Alfàbegues’ ofrece otro tipo de actividades alternativas y sustitutivas al uso de móviles. Eso sí, todas ellas supervisadas y dirigidas por un profesor, con el fin de evitar que los juegos puedan acabar en conflicto.
Reacciones
En un primer momento, los estudiantes fueron los primeros en rebelarse contra la medida. “Eso no puede ser”, “menuda locura” o “a ver qué vamos a hacer ahora” fueron algunas de las frases más repetidas entre los adolescentes al escuchar la decisión. Pero no fueron los únicos en mostrar su reticencia. Algunos profesores también expresaron sus dudas sobre cuál sería el beneficio-coste de la nueva norma. “Decían que ya veríamos la respuesta del alumnado cuál sería. Era el miedo a qué podría pasar”, explica Luis. Pero ahora, meses después, su opinión ha cambiado y desde el centro aseguran estar contentos con los resultados.
A diferencia de los afectados directos por la nueva normativa — profesores y alumnos —, los padres fueron los que más apoyaron la medida. “Si nosotros podemos decir que estamos cansados de la gestión de los móviles en el centro, imagínate las mamás y los papás. Están todo el día diciéndoles que dejen el móvil, que se pongan a estudiar, que ya está bien de estar todo el día conectado... Por lo tanto, para las familias, tomar esta decisión fue todo un acierto”.
Aunque por el momento es pronto para saber si la eliminación de los móviles en el instituto repercutirá de forma positiva en las notas, lo cierto es que los resultados tras finalizar el primer trimestre han sido bastante positivos. Si hablamos de la conflictividad derivada por el uso de móviles y redes sociales, Luis se muestra orgulloso de poder decir que es ya algo prácticamente inexistente en el centro. Del mismo modo, asegura además que las amonestaciones se han reducido en un 30%, aproximadamente.
“Hay un dato que para mí es muy significativo y que nos da la satisfacción de poder decir que la medida que hemos adoptado es buena y es el número de móviles que puede haber en mi despacho. Estoy hablando que en un centro de 1.000 alumnos, en mi despacho puede haber 5-10 móviles a lo sumo. Incluso te podría decir que hay semanas que solo tengo uno o dos móviles”, asegura.
El futuro
Antes de la aplicación de la norma, los alumnos de 3º y 4º de la ESO, los de Bachillerato y los de FP tenían permitido el móvil en los pasillos, en el patio, etc. Sin embargo, los de 1º y 2º de la ESO lo tenían terminantemente prohibido. Y era precisamente esta otra de las problemáticas que existían en el centro, donde los profesores se convertían en una especie de portero de discoteca intentando adivinar la edad del estudiante y su curso.
Por eso, no se puede comparar el número de teléfonos requisados en la actualidad con los que se requisaban antes ya que, tal y como afirman desde el centro, antes se era mucho más permisivo. Aun así, confiscar tan solo cinco móviles entre 1.000 alumnos en una semana, es un dato a destacar, según expresa el propio Luis.
Por el momento y de cara al futuro, el centro seguirá manteniendo la norma. Eso sí, sin bajar la guardia en ningún momento. “Los buenos resultados no pueden hacer que nos relajemos, sino que tenemos que estar alerta al tema porque podemos perder el objetivo que tenemos marcado”, confiesa. La medida ha sido todo un éxito en el centro que dirige Luis. Por ello, anima al resto de colegios e institutos a convertirse en espacios “libres de teléfonos móviles”. Unos espacios donde, desde hace tiempo, las pantallas marcan el día a día y, por desgracia, acaban con la socialización, la de verdad.