El método infalible del 'coach' Miguel Cobos para que tus hijos aprueben los exámenes: sus 50 reglas
Este ingeniero de 40 años ha ideado un pionero sistema de preparación para que los alumnos optimicen sus conocimientos durante un examen.
2 febrero, 2023 02:34Miguel Cobos decidió reconstruir su vida tras darse cuenta de que la carrera que había elegido no le hacía feliz. Él era un 'cerebrito' en Física y al acabar secundaria estudió ingeniería industrial. Sin embargo, trabajar largas horas frente a una pantalla acabó por extenuarlo. Así que, coincidiendo con el embate de la crisis de 2008, dejó atrás su antigua vida y se volcó en su pasión: ayudar a los demás. Ingresó gracias a una amiga en un máster de coaching educativo, se formó en programación neurolingüística y, llevado por una suerte de afán redentor para evitar que otros cometiesen sus mismos errores, se volcó en idear un sistema para ayudar a los adolescentes a afrontar mejor sus exámenes y, por tanto, a permitirles acceder a un futuro profesional que realmente les llene.
Fue entonces cuando decidió desarrollar su método infalible. Primero lo aplicó como formador en cursos de apoyo extraescolar con niños; después, escribió un libro llamado Dispara tus notas en Bachillerato: 50 reglas para triunfar en el Juego de los Exámenes. "Justo ayer hablaba con una madre y me decía que su hija estaba muy contenta: salía del examen habiéndolo aplicado y estaba muy feliz", asegura Miguel a EL ESPAÑOL. "El lunes tuve clase con un chaval y venía con una sonrisa increíble. 'Por primera vez me siento capaz', me dijo".
Miguel se dedica a enseñar a estudiantes de Bachillerato a potenciar sus habilidades a la hora de enfrentarse a sus exámenes, aunque todo lo que cuenta en su libro, asegura, se puede readaptar a cualquier tipo de estudiante, sea más joven o esté en la universidad. Él, a diferencia de lo que se suele pensar, no enseña técnicas de estudio, que son todos aquellos métodos que tienen que ver con la optimización del tiempo de los estudiantes, como hacerse esquemas, mapas mentales, subrayados, etcétera. No: él desarrolla las estrategias para saber llevar todos esos conocimientos adquiridos durante el estudio al temido papel en blanco.
"A muchos se les ocurren técnicas de estudio, de memorización, de apoyo escolar, pero a nadie se le ha ocurrido nunca que los exámenes se puedan hacer mejor. Este método sirve para que si tú has estudiado para un 6, saques un 6, pero no un 4 o un 3. Con ello consigues optimizar tus conocimientos y aplicarlos". Él asegura que no tiene un sistema infalible para que un chaval apruebe sin leer una página, pero sí para que con lo que haya estudiado –sea poco o mucho– pueda conseguir la mejor nota posible y rascar algunas décimas. Pero su programa requiere de disciplina, concentración, organización e incluso algo de meditación.
Miguel recuerda que tener peores notas de las que realmente merecemos es uno de los grandes problemas de los estudiantes: muchos no saben enfrentarse a un examen. "La clave es que desconocemos cómo gestionar bien el tiempo, especialmente los primeros minutos. En vez de trazar una estrategia para ver cómo desarrollar el examen, lo que hace el 99% de las personas es empezar a leerse todas las preguntas y a responder las que les parecen más fáciles. Pero ahí te dejas arrastrar por lo que te suena, cuando lo que deberíamos hacer es invertir los primeros minutos en profundizar en los ejercicios y en planificar qué y cómo vamos a responder".
Normas infalibles para aprobar
El coach pide a sus alumnos que empaticen con sus profesores imaginando qué pensarían ellos si estuviesen revisando treinta o cuarenta hojas de papel con exámenes. Por eso, les invita a aportar respuestas legibles, sin frases vacías para alargar un contenido que se vislumbrará como 'pura paja' aburrida, e invita siempre a aportar una justificación para demostrar que se conoce el temario del que se habla.
"Cuando un profesor coge tu examen para corregirlo, se hace una idea en su cabeza de tu nota, e incluso te clasifica como buen o mal estudiante", afirma Miguel. Por ejemplo, escoger la pregunta que más se domina para empezar la hoja en blanco generará una buena impresión en el docente, ya que el alumno podrá lucirse, y eso posiblemente condicionará de forma favorable cómo corregirá el resto de preguntas.
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Entre las 50 técnicas que enseña Miguel Cobos está, quizá, la más importante de todas: controlar los nervios antes de ponerse a escribir, ya que el 'tembleque' muchas veces es la antesala del desastre. "Debemos empezar los exámenes con máxima concentración. Para eso aplicamos la respiración consciente", afirma el experto.
"El estado en el que inicias el examen es clave, porque si estás nervioso, lo que va a ocurrir en tu cerebro es que no va a ser capaz de encontrar en la memoria todo lo estudiado, ya que se produce una desconexión entre el consciente y el subconsciente. Por eso muchas veces salimos del examen y recordamos la pregunta, y entonces nos decimos: 'Qué tonto soy'. Y así, hablándote mal después, también te condicionas para el siguiente examen. Es un proceso que se retroalimenta de forma negativa. Yo lo que propongo es crear un proceso de retroalimentación positiva".
Otra de las normas favoritas de Miguel Cobos es la de elaborar un 'titular impactante'. Esta técnica consiste en que cuando un alumno comienza una respuesta, la forma en la que arranque su texto debe generar buena impresión en el profesor. Por eso debe ser una exposición brillante. "Yo les explico siempre a mis alumnos cómo se corrige un examen y qué hace un profesor en su casa cuando va a revisar treinta", sostiene.
"Esa primera impresión condiciona al profesor a la hora de corregir. Un alumno puede contrarrestar cualquier prejuicio con las respuestas que da en cada una de las preguntas, y eso se hace mediante lo que he llamado 'titulares impactantes'". Si el alumno es capaz de 'enganchar' al profesor en la lectura y no emborronar una hoja con garabatos y tachones; si utiliza una redacción clara, concisa y sencilla a la hora de responder a las preguntas, tendrá más posibilidades de condicionar positivamente al docente.
Un tercer punto esencial de su método es el de saber economizar el tiempo durante la prueba. Esto, asegura Miguel Cobos, es esencial para poder rascar unas cuantas décimas o puntos. "Lo normal es que cuando te enfrentas a un examen empieces a redactar cuanto antes para tardar poco y ganar puntos rápido. Pero eso es un error, porque si de repente te quedas bloqueado en una pregunta –ya sea porque no te sale una fórmula o no recuerdas un dato–, todo se empieza a torcer".
Para comprender hasta qué punto una mala planificación de un examen puede llegar a traicionar los nervios de un alumno y jugarle una mala pasada, Miguel Cobos pone el ejemplo que él mismo sufrió durante una prueba de Selectividad. "Mi experiencia más traumática fue en un examen de Matemáticas. Venía de sacar sobresalientes en la asignatura. Leí los enunciados de las preguntas... y a la media hora de haber empezado la opción A comencé a a preguntarme si esa era la mejor decisión. Me di cuenta de que la A era más fácil. Cambié a la B. Y recuerdo una sensación tremendamente incómoda al mirar alrededor. Empecé a ponerme rojo como un tomate. Sentía que la estaba liando". El desastre, en fin, estaba anunciado.
"Pasan los minutos, te pones nervioso, te frenas y cuando te das cuenta el profesor dice: 'Quedan cinco minutos'. Y aún te quedan tres preguntas que te sabes, pero que ni siquiera has empezado porque estás estancado. Eso pasa porque se ha comenzado el examen por la pregunta equivocada. Para eso está la 'técnica del semáforo': elegir las preguntas en función de si nos vienen bien (verde), regular (amarillo) o fatal (rojo)".
No dejarse arrastrar por los nervios propios o los colectivos de la clase; aislarse del ambiente de intranquilidad que propicia el malestar; tener anclajes que nos reconectan con el momento presente; concentrarse a través de la respiración; ponerse objetivos antes de cada examen como, por ejemplo, establecer una meta de nota o una motivación personal; ganarse a los profesores mostrando interés en sus clases y preguntando siempre que no se haya entendido la lección; y, sobre todo, invertir los primeros minutos en analizar las mejores opciones: estos son sólo algunos de los valiosos 50 consejos que ha elaborado Miguel Cobos.
Finalmente, el gurú de los exámenes recuerda que nunca, bajo ningún concepto, se debe retroalimentar el malestar en caso de fracaso. "No debemos creernos ese cuento que nos decimos de 'yo no valgo para' o 'no sirvo'. Eso nos limita. Por eso debemos recordar que los límites no existen".