"En el corazón del terror": primera incursión israelí en Gaza City mientras hostiga el hospital Al-Quds
Israel asegura que ya ha iniciado el sellado de varios túneles de Hamás y que incluso ha inutilizado varios de los que ha encontrado en Bait Hanun.
8 noviembre, 2023 02:41"Por primera vez en décadas, el ejército de Israel combate en el mismo centro de la ciudad de Gaza, el corazón del terror". Así anunciaba Yaron Finkelman, comandante jefe de la región militar del sur, las primeras incursiones de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) en el centro urbano más importante de la Franja. La declaración formal llega un poco antes de lo anunciado el lunes por el jefe de portavoces del ejército, que cifró en 48 horas el inicio de las hostilidades, es decir, para el miércoles 8.
Sin embargo, sea porque justo el martes se cumplía un mes de las atroces acciones de Hamás en el sudeste de Israel o porque en Tel-Aviv consideran que la organización terrorista está mucho más dañada de lo previsto, lo cierto es que los acontecimientos se han precipitado. Aunque Finkelman no fue concreto en cuanto a las posiciones exactas de sus hombres, sí se publicó un vídeo en el que se veía cómo varios vehículos blindados salían de maniobras de reconocimiento por las calles de Gaza.
También sabemos por imágenes geolocalizadas que Israel lleva al menos desde el sábado en las inmediaciones del puerto de Gaza, cerca de la mezquita de Alhassina, lo que invita a pensar que toda la costa ya está en sus manos y que desde ahí empezará el ataque hacia el centro, probablemente vía el hospital Al-Shifa, al sur del barrio de Rimal, es decir, bastante más metidos en el centro de la ciudad de lo que pensaban los expertos. A partir de ahí, lo lógico es un movimiento hacia el oeste, probablemente hacia el barrio de Jabalia que divida a su vez Gaza City en dos partes, norte y sur.
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Todos estos movimientos han de contar con la coordinación de las unidades dedicadas al control de los túneles, por supuesto. De nada sirve partir en dos una ciudad en la superficie si por debajo los terroristas pueden seguir operando como si nada y escondiendo sus arsenales. Israel asegura que ya ha iniciado el proceso de sellado de varios de estos pasajes subterráneos y que incluso ha inutilizado varios de los que ha encontrado en Bait Hanun, suburbio de Gaza situado en el noroeste de la Franja y donde los combates fueron intensos a lo largo de la semana pasada.
Hospital Al Quds
Mientras tanto, continúan los bombardeos tanto desde los acorazados desplegados en el Mediterráneo como desde aviones y lanzaderas de media distancia. A lo largo del martes, la Media Luna Roja denunció numerosos ataques sobre las inmediaciones del hospital Al Quds, situado en el sur de la ciudad, precisamente junto a la sede de la organización no gubernamental. Estos ataques vienen repitiéndose desde hace varios días, cuando Israel pidió el desalojo del hospital al considerarlo objetivo de guerra.
Imágenes provenientes de la zona mostraron este martes un enorme fuego en lo que podría ser la explosión de un depósito de gasolina. Israel insiste en que Hamás utiliza los hospitales no sólo como refugios para civiles sino como almacenes para sus arsenales. De ese modo, considera que no hay problema en bombardear un centro sanitario lleno de escudos humanos si así consigue algún tipo de ganancia militar. Obviamente, es una decisión cuando menos discutible.
Se calcula que unos 60.000 civiles se refugian habitualmente en el hospital, aunque la cifra parece desorbitada para lo que es un complejo relativamente pequeño. Fue precisamente a la salida del Al-Quds donde, según Hamás, Israel bombardeó dos ambulancias y mató a decenas de personas que pasaban por la calle en aquel momento. Es casi imposible verificar estas afirmaciones puesto que la prensa internacional tiene prohibido su acceso a la Franja desde el inicio del conflicto. Todo son, pues, informes de parte.
El drama de los civiles continúa por lo tanto en Gaza, aunque en los últimos días, Israel ha establecido un pasillo humanitario para aquellos que quieran pasar a la zona sur. Dicho pasillo coincide prácticamente con la carretera de Salah Al-Deen, que va desde el citado suburbio de Bait Hanun hasta las localidades sureñas de Deir Al Balah y Al Musaddar. Como en el pasado se han observado ataques por parte de Hamás a grupos de refugiados en esa misma carretera, el ejército israelí dice haberse hecho cargo de la protección de estas columnas de civiles sin hogar ni, a menudo, lugar adonde ir.
¿Romper con Oslo?
Ante la sorprendente velocidad de las operaciones, cabe preguntarse qué pasará cuando estas terminen si, como parece, lo hacen con un triunfo contundente del ejército israelí. Estados Unidos lleva semanas consultando posibles planes de paz: desde una fuerza multinacional de países árabes encabezada por una figura de consenso hasta la asunción de competencias de la Autoridad Nacional Palestina, que ya fue expulsada de la zona en 2007 tras la guerra civil entre Fatah y Hamás.
Sin embargo, Israel parece tener sus propias ideas al respecto. El primer ministro Benjamin Netanyahu dejó clara este martes su intención de quedarse en Gaza durante el tiempo que haga falta para "encargarse de la seguridad en la Franja". En la práctica, esto supondría la reocupación de un territorio que formaba parte de las cesiones israelíes en los acuerdos de Oslo de 1993 y que ha estado controlado por Fatah y por Hamás ininterrumpidamente durante casi 30 años, incluso tras la guerra de 2005, cuando Condoleeza Rice, por entonces secretaria de estado norteamericana consiguió que Israel se retirara sin asumir más competencias de las que le otorgaba el derecho internacional.
La ocupación total de Gaza y el dominio policial de la Franja supondría un paso atrás de tres décadas en el conflicto entre israelíes y palestinos y elevaría sin duda la tensión en todo Oriente Medio. Estados Unidos intentará volver a mediar y llegar a una solución intermedia, pero ahora mismo parece complicado. La matanza del 7 de octubre está demasiado reciente como para que Israel entre en razones y componendas. Antony Blinken tiene mucho trabajo por delante.