El plan de Israel para partir Gaza: bulldozers, tropas sellando túneles y 600 bombardeos diarios
Las tropas israelíes avanzan sin oposición con la idea de obtener una rendición de los terroristas si ven que realmente están rodeados.
31 octubre, 2023 03:03La batalla por la capital de Gaza se acerca conforme Israel sigue avanzando en al menos tres direcciones sin demasiada resistencia por parte de Hamás. A los avances de norte a sur, tanto hacia el campo de refugiados de Shati como hacia la localidad de Beit Hanoun, hay que sumar la incursión de oeste a este a la altura de Juhor ad Dik, llegando a cortar la carretera de Salah Al Deen, que cruza toda la franja desde el paso de Rafah a la frontera norte con Israel. De este modo, los civiles que aún quieran abandonar el norte solo podrán hacerlo por la carretera costera de Al Rashid.
Hablamos de un total de diez kilómetros ganados al territorio palestino en apenas cuatro días de ataque y, lo que es más importante para la doctrina israelí, sin apenas bajas en sus filas. Lo normal es que a lo largo del martes se complete el sitio con la llegada a las playas del Mediterráneo; hasta entonces, la táctica israelí ha sido sencilla: entrar con varias compañías de bulldozers como avanzadilla para abrir camino por el desierto a sus tanques y avanzar sin pararse ante nada. El objetivo es sellar los túneles por los que opera Hamás desde tres posiciones distintas, para evitar la salida de los terroristas y facilitar una posible ocupación de los mismos.
Estamos, en palabras de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), ante la segunda fase de la operación. La primera fueron los bombardeos estratégicos sobre infraestructuras de Hamás, la segunda es el avance terrestre de posición, combinado con hasta 600 bombardeos diarios a lo largo del pasado fin de semana y la tercera sería la guerra total, es decir, la entrada en la ciudad de Gaza cuando esté rodeada ya por todos sus flancos y el inicio de algo parecido a una lucha urbana calle por calle, piso por piso… y túnel por túnel.
Es en esta guerrilla en la que la superioridad militar israelí tiene en principio menos importancia, pues no puedes entrar con bulldozers por barrios superpoblados y raro sería hacerlo con blindados, poco funcionales en esas situaciones de batalla. Probablemente, la idea de Netanyahu sea obtener una rendición de los terroristas si ven que realmente están rodeados y que a la salida del túnel solo les esperan más tropas. Si finalmente Israel se decidiera a empezar la guerra subterránea, las consecuencias serían imprevisibles.
Sin noticias de Hezbolá
Lo que está claro es que a Netanyahu, hasta ahora, todo le está saliendo a pedir de boca, al menos desde el punto de vista bélico. Sus tropas están avanzando sin oposición -aunque Hamás asegura que sus milicias están plantando cara al invasor, lo cierto es que no hay ni un solo vídeo que atestigüe algo parecido a un enfrentamiento- y, de momento, no hay noticias de Hezbolá ni de Irán. La presión diplomática de Estados Unidos sobre el país de los ayatolas está siendo inmensa, basándose en la disuasión militar para evitar la participación activa del país persa en el conflicto.
Sabemos que Irán financia y arma tanto a Hezbolá como a Hamás, pero la amenaza de atacar el norte de Israel y marchar hacia Cisjordania en cuanto las FDI pusieran un pie en Gaza está claro que no se ha cumplido. Pese a todo, la alerta sigue siendo máxima, pues sabemos que ambos grupos terroristas actúan de forma coordinada y puede que Hezbolá esté esperando a que Israel se enrede en el laberinto de Gaza para iniciar un posible ataque. De hecho, las frecuentes desconexiones de internet que Israel impone sobre el territorio de la franja probablemente se deban a un intento de dificultar las comunicaciones entre ambos grupos y no a un castigo a la población civil, como se insiste.
En el plano diplomático, siguen las apelaciones a un alto el fuego con fines humanitarios, aunque Benjamin Netanyahu negó este lunes ninguna posibilidad al respecto: "La Biblia dice que hay un tiempo para la paz y un tiempo para la guerra. Ahora, es tiempo para la guerra", dijo el primer ministro en una apelación religiosa que mezcló con apelaciones históricas: "Cuando a Estados Unidos le golpearon en Pearl Harbour o tras el 11-S, no escuchó las peticiones de ningún alto el fuego. Nosotros tampoco lo haremos ahora".
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Lo cierto es que la población civil en Gaza sigue sufriendo, según las fuentes sobre el terreno -funcionarios de la ONU, empleados de la Media Luna Roja y miembros de distintas ONGs- y ese sufrimiento solo puede hacerse mayor en los próximos días conforme avance la ocupación. En ese sentido, Israel insistió ayer de nuevo en la necesidad de evacuar todo el norte para evitar más víctimas mortales. "No tiene por qué morir ningún civil", afirmó Netanyahu, quien pidió de nuevo a Hamás que no tomara a sus propios ciudadanos como rehenes y les permitiera cruzar al sur de la zona de seguridad. No dijo nada de los bombardeos que también se están produciendo en esa área y que dificultan cualquier traslado de refugiados o de ayuda material.
La liberación de la soldado Megidish
En cuanto a la situación de los rehenes, si a última hora del domingo se confirmaba la muerte de la alemana Shani Louk, de 22 años, después de que su cuerpo fuera exhibido como trofeo el pasado 7 de octubre por los terroristas tras asistir al festival Nova de música y artes, este lunes hemos tenido la noticia de la liberación de la soldado Ori Megidish. A falta de detalles sobre la operación, el hecho de que Israel haya conseguido localizar a la soldado y haya podido liberarla sin poner en peligro su vida supone un avance importantísimo.
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Esto puede deberse a un éxito de los servicios de inteligencia, a un problema de organización de Hamás, que no habría conseguido esconder en lugares seguros a los 200 rehenes o a una combinación de ambas situaciones. El caso es que la liberación de rehenes mediante el uso de la fuerza parecía una quimera y puede que no lo sea tanto. Hay que recordar que dicha liberación sigue siendo el objetivo número uno de la operación o al menos así se ha expresado públicamente el alto mando político y militar.