EEUU

Trump abre su "era dorada" con una orden para millones de deportaciones y el indulto a los asaltantes del Capitolio

El mandatario arranca su presidencia con una declaración de emergencia en la frontera y promete terminar las guerras en las que “nunca nos metimos”.

Más información: Trump tira de populismo para "recuperar el sueño americano" y "revertir la traición" de sus predecesores en la Casa Blanca.

Nueva York
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En el centro del estadio Capital One Arena de Washington DC, ante aplausos y chillidos de más de 20.000 personas y lanzando los bolígrafos después de cada uso. Así ha arrancado Donald Trump su segundo mandato. En lugar de acudir al Despacho Oval tras jurar su cargo, ha preferido firmar sus primeros decretos de manera espectacular frente a sus seguidores. Algunos con gran impacto internacional como la salida del Acuerdo de París y de la Organización Internacional de la Salud (OMS), y otros con repercusiones administrativas como la congelación de nuevas contrataciones y regulaciones en el Gobierno hasta que tenga “el control completo del mismo”.

Tras tomar posesión en una helada mañana en la que las temperaturas de hasta -1o°C han obligado a celebrar la investidura en el interior de la cúpula del Capitolio estadounidense, Trump iniciará la 47ª presidencia del país con un aluvión de medidas ejecutivas centradas en la política energética, deportaciones masivas de “millones” de inmigrantes indocumentados y el reverso de las anteriores iniciativas de diversidad en la administración pública, especialmente en los ámbitos militares.

Por otra parte, y tras recorrer la capital estadounidense con varias paradas en las que ha dado largos discursos, Trump ha prometido que indultará en las próximas horas a los condenados por participar en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021. Se desconoce el alcance de este indulto, que podría acabar con las sentencias de casi 1.600 personas.

El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, y el presidente Donald Trump escuchan al cantante estadounidense Christopher Macchio interpretando 'The Star-Spangled Banner'.

El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, y el presidente Donald Trump escuchan al cantante estadounidense Christopher Macchio interpretando 'The Star-Spangled Banner'. Reuters Reuters

“Mi vida fue salvada por una razón. Dios me salvó para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande... para los ciudadanos estadounidenses, el 20 de enero de 2025 es el día de la liberación”, dijo Trump al comienzo de la mañana en tono mesiánico durante su discurso de investidura, tras recordar el intento de asesinato de este verano en un mitin en Pensilvania.

Ya en sus primeros sus primeros minutos como líder de la primera potencia mundial, Trump prometio dos órdenes ejecutivas inmediatas.

Deportaciones masivas

La primera consiste en declarar la emergencia nacional en la frontera de EEUU con México, invocando una disposición que ya se aplicó en la pandemia del coronavirus para evitar la expansión de contagios y que Biden mantuvo durante los primeros años de su presidencia.

“Hoy iniciaremos un proceso para devolver a millones de inmigrantes ilegales a los lugares de los que llegaron. Enviaré a nuestras tropas a la frontera para repeler la desastrosa invasión de nuestro país”, urgió anticipando cuál sería la primera medida que tomaría en cuanto se siente en el Despacho Oval.

De acuerdo con la prensa estadounidense, el Gobierno federal ya ha despedido a los jueces asignados para casos migratorios y ha desactivado una aplicación web que los solicitantes de asilo utilizaban para pedir cita en la frontera e iniciar la tramitación de sus casos, aunque la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) ha presentado una moción contra estas medias que recupera otro caso previo del mandato de Biden.

Por su parte, responsables de las agencias migratorias han anticipado los medios estadounidenses que a partir de este martes comenzarán redadas en las principales ciudades de país, como Nueva York, Chicago y Los Ángeles, para identificar a migrantes indocumentados.

Asimismo, el magnate ha prometido terminar con la práctica que otorga la ciudadanía por nacer en suelo estadounidense, independientemente del origen de los padres. Un precepto habitual en los países de fundación colonial y que está garantizada en la Enmienda 14 de la Constitución por los que no está claro cómo podrá reformar ese precepto sin acudir a los tribunales.

Adiós a las políticas climáticas

La segunda orden ejecutiva prometida tenía que ver con una “declaración de emergencia energética” y su primera consecuencia es ya oficial: En torno a las 19:00 horas de Washington DC, Trump firmó la salida de EEUU de los acuerdos climáticos de París y una carta informando de la misma a la Organización de las Naciones Unidas.

Según el mandatario, esa acción ahorrará al país “trillones de euros” y estará continuada de otras como la supresión de los mandatos e incentivos para adquirir vehículos eléctricos. “Vamos a extraer petroleo y gas como nunca”, dijo antes.

La puesta en escena

La salida del Acuerdo de París se ha producido en el estadio deportivo donde los seguidores de Trump se han reunido para seguir la ceremonia de investidura. Ubicado en el centro de la capital a unos 30 minutos del Capitolio, hasta allí se ha dirigido el mandatario con todo su equipo y familia para firmar una pila de decretos entre los que se incluye la derogación de más de 80 medidas promulgadas por Biden, como la anterior directriz de priorizar la equidad racial en la elaboración de políticas.

“También pondré fin a la política gubernamental de intentar introducir mediante ingeniería social la raza y el género en todos los aspectos de la vida pública y privada. Forjaremos una sociedad que no distinga el color de la piel y se base en el mérito”, prometió en la mañana de lunes añadiendo que “a partir de hoy, la política oficial del gobierno de Estados Unidos será que sólo existen dos géneros: masculino y femenino”.

En ese mismo estadio, minutos antes, su gran aliado y agitador en redes sociales, Elon Musk fue vitoreado y celebró el día como uno de los “más consecuentes” para la cultura global. Durante su intervención hizo varios gestos con el brazo que algunos medios y usuarios de redes sociales han identificado como un disimulado saludo fascista.

Discurso de investidura

“La edad dorada de Estados Unidos empieza ahora mismo”; “hoy nuestro país florecerá y será respetado de nuevo, “seremos envidiados por todo el mundo”. Con una serie de frases grandilocuentes y recién nombrado 47ª presidente de EEUU, Trump prometió en su primer discurso como nuevo presiente una batería de reformas y medidas ejecutivas que afectan a la frontera del país, las políticas energéticas, la estrategia militar e incluso la carrera especial.

Durante los 23 minutos que durado su intervención en el Capitolio ninguno de los expresidentes presentes en el escenario, Barack Obama, Bill Clinton y George W. Bush, han aplaudido o se han levantado con el resto de invitados para celebrar algunos de pasajes más destacados del mensaje. Tan sólo han aplaudido cuando Trump ha recordado la liberación de los rehenes de Israel y el alto al fuego alcanzado recientemente en Oriente Medio.

Guerras en el mundo

El mandatario no hizo mención a otros conflictos, como la guerra de Ucrania, pero ha dejado claro que su intención será defender los intereses de EEUU: "Mediremos nuestro éxito no sólo por las batallas que ganemos, sino también por las guerras que terminaremos, y quizás lo más importante, las guerras en las que nunca entremos”.

“Mi legado más orgulloso será el de un pacificador y unificador”, añadió, aunque insistió en su intención de que el país recupere el control del canal de Panamá tras acusar al país centroamericano de incumplir sus promesas y entregar el control de esa crítica infraestructura a China. No ha habido mención, sin embargo, a su otra intención expansionista: la de incorporar Groenlandia, en manos de Dinamarca, a EEUU.

En un coloquio informal con los periodistas acreditados en el Despacho Oval, Trump ha criticado a los países de la OTAN que no invierten suficiente en gasto militar y ha llegado a a confundir a España con un país miembro de los BRICS.

“No son una nación de los BRICS. Son miembros de los BRICS. ¿No saben que lo son? Ya lo averiguarán”, añadió confuso.

Respecto a los elevados aranceles que había prometido imponer a México, Canadá y China, y que la comunidad internacional interpretó como una medida de presión para negociar otros asuntos, el líder ha puesto como fecha límite el 1 de febrero para imponerlos.

Carrera espacial a Marte

Asimismo, Trump dedicó varios minutos a subrayar las lineas de su política social y delimitar su papel en la guerras culturales que enfrenta la vida política estadounidense desde hace años.

En este sentido recordó a los “ingenieros, mineros, obreros y trabajadores” que han levantado el país norteamericano y ha pedido nueva “ambición” con el objetivo de “poner la bandera de EEUU en Marte”, un momento que su aliado, Elon Musk, ha celebrado con agitación.

Junto a Elon Musk, propietario de X (antes Twitter), Tesla, SpaceX y mano derecha de Trump en los últimos meses, se han sentado en primera fila Mark Zuckerberg, fundador de Facebook y dueño del gigante Meta, Jeff Bezos, creador del gigante del comercio Amazon y Tim Cook, CEO de Apple.

No es baladí: en los próximos años la Casa Blanca y el Congreso deberán firmar legislaciones que afectarán al desarrollo de herramientas como la inteligencia artificial y por ello las grandes tecnológicas han contribuido con generosas donaciones al comité inaugural de Trump, que ha recaudado más de 170 millones de dólares.

Al fondo, también estuvieron presentes otros exponentes de la nueva derecha política internacional como la primera ministra Giorgia Meloni y el presidente argentino Javier Milei. El líder de Vox, Santiago Abascal, aunque presente en otros actos paralelos en Washington, no fue visto dentro del Capitolio durante la ceremonia.