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Estilo de vida

Adiós a la baja autoestima: estos son los hábitos que tienen las mujeres seguras de sí mismas según Harvard

La universidad junto a Adam Grant, un reconocido psicólogo de Harvard, han identificado cinco hábitos presentes en las personas con una autoestima sólida.

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La autoestima es un pilar fundamental en nuestro desarrollo personal y emocional. Es la percepción y valoración que tenemos sobre nosotros mismos, influenciada por experiencias, creencias y el entorno social en el cual nos desenvolvemos. Tener una autoestima alta no solo contribuye a una mejor salud mental, sino que también fortalece las relaciones interpersonales y facilita el logro de metas personales y profesionales.

A pesar de su importancia, mantener una autoestima alta no es una tarea sencilla. Vivimos constantemente comparándonos y con un miedo persistente al fracaso. La duda y la autocrítica aparecen con frecuencia y, por ende, dificultan la aceptación personal y generan inseguridades que, en ocasiones, parecen insuperables.

En este contexto, se vuelve esencial comprender cómo aquellas personas con una autoestima sólida logran mantener su confianza y seguridad en sí mismas, incluso en las peores circunstancias. La Universidad de Harvard, en colaboración con el psicólogo Adam Grant, han identificado cinco hábitos comunes entre todas ellas: aceptar los errores, tienen objetivos fijos que les representan, salen de su zona de confort, se rodean de buenas personas y son capaces de reconocer sus méritos.

Los 5 hábitos que tienen las personas con alta autoestima

Uno de los hábitos fundamentales de las personas con una autoestima sólida es su capacidad de aceptar los errores. En un mundo donde se celebra el éxito y se estigmatiza el fracaso, admitir las equivocaciones se convierte en un acto de valentía. Especialmente si buscamos emprender cualquier proyecto o destacar en cualquier ámbito, ya que esto implica enfrentarse a desafíos, contratiempos y la posibilidad de fallar en el intento.

Grant sugiere que permitirnos cometer errores y afrontarlos sin miedo es clave para mantener una autoestima saludable. Este enfoque fomenta una mentalidad de crecimiento, en la que el error no es sinónimo de incapacidad, sino una oportunidad de aprendizaje. Al asumirlos con una actitud constructiva, se evita caer en la autocrítica destructiva y se fortalece la confianza en la capacidad de superación. Así, el progreso, aunque sea gradual, se convierte en una experiencia más auténtica.

Otro hábito esencial, según los expertos, es la elección de objetivos representativos. A menudo, las personas persiguen metas impuestas por expectativas sociales o para satisfacer la aprobación externa, perdiendo de vista aquello que realmente quieren en la vida.

Las personas con alta autoestima, en cambio, eligen objetivos que reflejan quiénes son y lo que realmente valoran. Cada acción que emprenden está alineada con su identidad y propósito, lo que les permite sentirse realizados y plenos al alcanzar sus metas.

Este enfoque reduce la influencia de la retroalimentación externa y minimiza la inseguridad, ya que sus logros no dependen de la validación ajena, sino de sus propios valores y aspiraciones. Al verse reflejadas en sus logros, fortalecen su identidad y, en consecuencia, su autoestima.

Desafiar los límites personales es otro de los hábitos que destaca el estudio de Harvard. Para crecer y desarrollarse, es necesario salir de la zona de confort, así como enfrentarse a miedos e incertidumbres. Las personas con alta autoestima no temen explorar ni experimentar.

Ilustración.

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Este hábito no solo fortalece la autoestima al comprobar sus propias capacidades, sino que también fomenta la adaptabilidad y la creatividad, cualidades indispensables para el éxito en cualquier ámbito de la vida. Al desafiar sus límites, estas personas descubren fortalezas ocultas y adquieren una visión más amplia de sus posibilidades, reforzando así su seguridad en sí mismas.

El entorno social también juega un papel crucial en la construcción de la autoestima. Rodearse de círculos de apoyo es un hábito fundamental para quienes tienen una alta autoestima, ya que, de forma contraria, un entorno lleno de negatividad y críticas destructivas puede afectar a la confianza en uno mismo.

Esto no significa buscar aprobación constante, sino rodearse de individuos que ofrezcan críticas constructivas y apoyo sincero. Este tipo de personas le ayudan a sobrellevar los momentos difíciles y se basan en el respeto mutuo y en la comprensión. Ayudan a reforzar la autoestima al validar las experiencias y logros propios.

Por último, reconocer los logros, por pequeños que sean, es un hábito que refuerza de manera significativa la autoestima. Hoy en día es muy fácil pasar por alto los éxitos alcanzados; sin embargo, las personas con alta autoestima saben valorar sus resultados, sin importar cuán insignificantes parezcan.

Este reconocimiento constante no solo genera una sensación de progreso y competencia, sino que también actúa como un recordatorio de sus capacidades y esfuerzos. Celebrar las pequeñas victorias fortalece la motivación y permite enfrentar los desafíos futuros con una actitud más positiva y resiliente.

El estudio de Harvard, en colaboración con Adam Grant, revela que estos cinco hábitos no son innatos, sino que pueden desarrollarse y fortalecerse con práctica y consciencia. Al integrarlos en la rutina diaria, es posible construir una autoestima sólida y duradera.