Asunción Caminero, médica taurina.

Asunción Caminero, médica taurina. Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Valladolid

Asunción, la médica taurina que ha salvado vidas en pueblos de CyL: "He atendido incluso a mi hermano y a amigos"

Durante 28 años ha realizado centenares de intervenciones en encierros y plazas de toros. La más sonada, a Manuel Diosleguarde.

Más información: La cirujana Marta Pérez López, Premio Castilla y León de Tauromaquia 2023

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Para una nueva temporada hay que estar preparada mental y físicamente. Es duro porque los días son muy largos y pasas muchas horas en la carretera. Es fundamental contar con un buen equipo que hay que cuidar. Debemos entrenar durante el año y disponer del material adecuado para las enfermerías”, asegura Asunción Caminero.

Amante del campo, de los toros, de los caballos y los galgos, además de la lectura y del deporte, la palentina, de 52 años, se prepara ya para una nueva temporada de festejos taurinos en los que ella, como médica taurina, es esencial.

Lleva ejerciendo desde el año 1997 y espera estar al frente de los mismos festejos que el año pasado para que, en cuanto se produzca cualquier tipo de incidente durante el encierro, la corrida o una capea, estar al pie del cañón.

Con la actuación satisfactoria a Manuel Diosleguarde hace unos años aún en el recuerdo, el pasado año Asunción tuvo que socorrer a varios amigos caballistas, incluido su propio hermano. Un trabajo sumamente duro pero que ella ama.

"He atendido incluso a mi hermano y a amigos", explica en esta conversación.

Los inicios

“Me considero una mujer todoterreno. Valiente, amiga de mis amigos, honesta y, sobre todo, muy afortunada de la gente que tengo cerca como mi familia y amigos que son mi gran tesoro. Me siento muy querida que eso es lo más importante en la vida”, asegura Asunción Caminero Pérez.

Nuestra entrevistada nació en Palencia y tiene 52 años. Se crió en Carrión de los Condes (Palencia) donde estudió hasta los 18 años, antes de desplazarse a Valladolid para estudiar, durante seis, Medicina. Después hizo el MIR para completar la especialidad de Medicina del Trabajo. Una vez licenciada, comenzó a trabajar en los equipos médicos taurinos.

Asunción a caballo

Asunción a caballo Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Siempre quise ser médica y si no se daba la oportunidad, veterinaria. Siempre me interesó la cirugía taurina. Desde chica leía la revista Aplausos que llegaba los martes a casa y recortaba los partes médicos de célebres cirujanos de la época como el Doctor Vila, Valcarreres o García Padrós”, confiesa.

Comenzó a ejercer en el verano de 1997, recién licenciada, acompañando a los equipos médicos del doctor Nabil con Patricia Legido como cirujana y con Jesús Robles como enfermero jefe.

Su primer trabajo para optar a matrícula en Anatomía versó sobre el triángulo de Escarpa y la importancia en la cirugía taurina. En 2005 hará un parón para trabajar en Madrid, y cuando tiene a sus dos hijos, volverá, en 2014 a Castilla y León.

“Retomo las enfermerías taurinas de la mano de Marta Pérez, prestigiosa cirujana con la que aprendo cada día en los quirófanos de, prácticamente todas las plazas de toros de Castilla y León”, argumenta satisfecha, y crea un equipo de médicos y enfermeros muy especializado en asistencias taurinas con su enfermera y amiga Arancha Alonso como mano derecha.

Amplio recorrido y atenciones hasta a amigos y familiares

Nuestra entrevistada lleva años y años recorriendo los festejos taurinos de Castilla y León, pero también ha actuado y realizado intervenciones quirúrgicas en otros de Cantabria o el País Vasco.

Está muy ligada a los pueblos donde su familia, de tradición ganadera, ha llevado toros durante tantos años, como pueden ser Peñafiel, Íscar, Nava del Rey, Medina del Campo, Olmedo, Ataquines, Sieteiglesias o Portillo, en la provincia de Valladolid, o Guarrate, Bóveda y Toro en Zamora, o Coca y Cuéllar en Segovia y Saldaña y Paredes de Nava en Palencia, por citar algunos.

Quirófano de la Plaza de Toros de Burgos. Asunción con Javier, de Ambulancias Enrique, referente en el sector de quirófanos portátiles.

Quirófano de la Plaza de Toros de Burgos. Asunción con Javier, de Ambulancias Enrique, referente en el sector de quirófanos portátiles. Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

Soy una afortunada. Con la de miles de eventos, tanto taurinos como deportivos, a los que he asistido durante estos 28 años ejerciendo, no he tenido ningún fallecimiento. En Olmedo, hace un par de años, un hombre sufrió una cornada en el cuello. Lo trasladamos estable en helicóptero, pero falleció a los pocos días en el hospital. No lo hizo en la enfermería”, explica Asunción.

Sin ir más lejos, este verano ha tenido que actuar en dos situaciones que le han tocado muy de cerca. La primera de ellas en Guarrate (Zamora) donde su amigo Jaime “quedó inconsciente debido a un traumatismo craneal importante” en un encierro taurino. Finalmente, se pudo salvar.

“En Íscar hubo una caída de caballistas entre los que se encontraba mi hermano Pedro y más heridos. El toro se volvió a por nosotros y, por suerte, nos ayudaron a realizar la intervención y a que Pedro pueda contarlo”, añade nuestra protagonista.

También fue muy sonada la intervención a Manuel Diosleguarde, el diestro salmantino, que sufrió hace unos años una cogida sumamente grave.

Asunción con sus galgos

Asunción con sus galgos Fotografía cedida a EL ESPAÑOL de Castilla y León

El futuro

Nuestra protagonista asegura que ve el futuro “complicado” porque “todo se ha encarecido mucho”. Pide a las administraciones que nuestra comunidad “siga apostando por la fiesta nacional”.

“En lo que tiene que ver con el ámbito sanitario, creo que en los pueblos que tienen una amplia tradición taurina, se encargue el ayuntamiento de disponer de los equipos médicos más completos posibles, así como adecuar sus enfermerías para poder aliviar un poco los gastos de los organizadores”, añade.

Nuestra entrevistada, de cara a los meses más duros del año, con el verano y las fiestas de los pueblos como protagonistas, pide a los aficionados “precaución” y que “sean conscientes de los riesgos que conlleva meterse en un encierro”.

“Espero que los sanitarios aficionados que estamos ahora, tengamos la paciencia y el arte de mostrar este mundo tan bello como complicado a los que nos tienen que dar el relevo. Transmitir la satisfacción de las cosas bien hechas. Hay mucho que mejorar, pero también mucho camino andado. Cada día se atiende mejor en las enfermerías de Castilla y León”, finaliza.