La imponente ciudad que Roma fundó en Segovia: termas públicas, un gran foro y mercado de ganado
La urbe de Confloenta, planificada y ordenada en un esquema regular, fue cabeza administrativa local de una vasta región clave en las comunicaciones.
26 julio, 2024 08:25La erosión de las relaciones entre romanos y celtíberos a principios del siglo I a.C. brindó al flamante cónsul Tito Didio la oportunidad de librar en el valle alto del Duero una guerra de conquista con la que conseguir la gloria que ansiaba. La campaña militar arrancó en el año 98 a.C. con una matanza de arévacos, un pueblo fronterizo que había emigrado a la zona no controlada por Roma tras la anexión del territorio de Numancia. Luego tomó Termes y se lanzó a la operación más difícil: un asedio de ocho meses del oppidum de Colenda, que sería la actual Sepúlveda. Según Apiano, la única fuente que relata este conflicto, se vendieron como esclavos a todos sus habitantes, incluidos mujeres y niños
La pacificación por la fuerza de la región tardó varios años en completarse y los romanos aplicaron su tradicional política de reorganizar el territorio para prevenir rebeliones. En la moderna provincia de Segovia, impulsaron el desarrollo de dos ciudades sobre asentamientos indígenas —Cauca y Segovia— y fundaron una urbe ex novo en un extremo de la fértil campiña del río Duratón: Confloenta. Emplazada en una meseta fluvial, el paraje de Los Mercados, controlaba un nexo de comunicaciones clave y de acceso a las principales calzadas junto al paso de Somosierra.
La ciudad fue planificada y ordenada en un esquema regular y sin murallas para evitar levantamientos. Tuvo condición de comunidad no privilegiada hasta el final de la dinastía Julio-Claudia, cuando pasó a formar parte del conventus Cluniensis de la Hispania Citerior. Poco a poco fue creciendo y llegó a conformarse, en el último tercio del siglo I d.C., como municipium. Esta condición le permitía ser la cabeza administrativa local de la zona, que comprendía una amplia extensión de 2.500 km2 y más de medio centenar de asentamientos rurales que pudo llegar a albergar a 5.000 personas.
La ciudad, reocupada en época tardoantigua por los visigodos y abandonada definitivamente hacia principios del siglo VIII, cayó en el olvido hasta hace no muchas décadas, aunque desde época moderna se han ido registrando hallazgos puntuales. Pero las investigaciones arqueológicas están desvelando que Confloenta fue una urbe de gran importancia con un vasto centro urbano presidido por el foro y varios complejos termales y que desplegó una intensa actividad económica ligada a las artesanías locales, los intercambios comerciales y la ganadería.
Quien visitase Confloenta en su época de mayor esplendor, el siglo II, se habría asombrado con las dimensiones de su centro, de unas 70 hectáreas. Allí se alzaba el Foro municipal, que constaba de un templo y demás edificios públicos —en esta zona se han recuperado restos arquitectónicos y materiales constructivos de calidad, como columnas, mármoles o fragmentos escultóricos—, y unas termas con los suelos pavimentados con bellos mosaicos dedicados a la Medusa, la Vendimia o motivos florales, animales y geométricos.
El otro complejo de baños públicos, las Termas de Fortuna, erigido en el siglo II d.C. y en uso hasta el IV, se localizaba en el extremo meridional de la ciudad. Con unas dimensiones de más de 2.000 metros cuadrados y sobre una terraza artificial, contaba con un vestuario (apodyterium) y las tradicionales salas de agua fría (frigidarium), templada (tepidarium) y caliente (caldarium). Las excavaciones han permitido documentar otro espacio con cabecera relacionable con la circulación del aire caliente por el subsuelo de la estancia, que podría ser una sauna (laconicum o sudatorium).
Este es precisamente uno de los espacios que centran la cuarta campaña de excavaciones en Confloenta dirigida por Juan José Palao Vicente, profesor del Departamento de Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología de la Universidad de Salamanca, y Santiago Martínez Caballero, director del Museo de Segovia y especialista en Historia Antigua. Los trabajos en el yacimiento, posiblemente la ciudad romana más importante de la provincia, según los investigadores, están programados hasta finales de agosto y también se centrarán en la exploración del barrio meridional y en otros asentamientos rurales del territorio.
Los romanos incorporaron a la urbe otros elementos característicos como un acueducto, aunque su trazado es desconocido, y cloacas en varias partes que garantizaban la evacuación de aguas y salubridad del espacio urbano. Al norte, las fotografías aéreas han permitido identificar un recinto de grandes dimensiones —sus lados miden aproximadamente 180 y 165 metros—, pero que necesita de más prospecciones para poder interpretarse su función. Otra estructura que llama la atención es el Foro pecuario, un mercado ganadero para la exhibición y venta de ganado que también se pudo utilizar como salinae —depósito público para redistribución de sal— e incluso para comerciar con esclavos.
Según los arqueólogos, el origen de Confloenta en la terraza fluvial situada junto a la confluencia de los ríos Duratón y Serrano manifiesta un claro interés de Roma por obtener el mejor control posible de la población procedente de la celtibérica Sepúlveda y otros oppida del entorno, así como para disponer de un mejor acceso a la campiña y a las comunicaciones con las principales vías romanas.
El proyecto no solo se centra en la historia de la urbe, sino que también estudia la evolución de los territorios de los valles altos del Cega y Eresma, en el ámbito oriental de la provincia de Segovia, durante la Protohistoria, Antigüedad y Tardoantigüedad. A lo largo del verano la investigación se desarrollará en la acrópolis del oppidum celtibérico de Sepúlveda, destruida durante la conquista romana; del sistema defensivo y la necrópolis del asentamiento arévaco de Los Sampedros, en San Miguel de Bernuy; y en la villa tardorromana, con un gran edificio señorial, de Santa Lucía, en Aguilafuente, transformada en época visigoda en una aldea campesina.