La montaña parió un ratón. Pedro Sánchez ha presentado este lunes un Gobierno de continuidad, con muy pocos cambios y sorpresas. Tras crear la expectativa de una nueva etapa con un Gobierno muy renovado opta por uno "continuista", hasta en el número de ministerios.
De hecho, los cambios han venido sobre todo de la cuota de Sumar en la que han cambiado todos con respecto a los ministros de Unidas Podemos, con la única excepción de la vicepresidenta Yolanda Díaz, que mantiene la competencia de Trabajo.
Sánchez ha sido esta vez conservador y ha buscado trayectorias con experiencia política y de gestión, olvidando sus etapas de fichajes sorprendentes.
Como era de esperar, la principal novedad es que los dos negociadores de los acuerdos de investidura, María Jesús Montero y Félix Bolaños, son reconocidos por esa labor y ascienden. Ella como vicepresidenta cuarta, según avanzó EL ESPAÑOL, y él al sumar las competencias de Justicia a las de Presidencia.
En realidad, lo de Montero es sólo una subida en el escalafón porque mantiene las mismas competencias, mientras que Bolaños sí aumenta notablemente su poder real.
La traslación práctica es que habrá cuatro vicepresidentas y, sin embargo, el que realmente tiene competencias de vicepresidente político no lo es. Porque Bolaños ya presidía la importante Comisión de Secretarios de Estado y, además, en la pasada legislatura ya fue titular de Justicia de facto porque él negoció la frustrada renovación del Consejo General del Poder Judicial, la reforma del Código Penal, los indultos y la reforma de la “ley del sólo sí es sí”.
Ahora Bolaños tendrá como misión principal desatascar el CGPJ con la reforma de las mayorías necesarias para su renovación y controlar la aplicación de los acuerdos con los socios de investidura, especialmente lo que se refiere a la Ley de Amnistía. También mantendrá Realaciones con las Cortes, vital en la nueva legislatura.
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Bolaños será ahora aún más el principal peso pesado político del Gobierno de Pedro Sánchez.
Es un Gobierno en gran parte provisional porque la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, está pendiente de la posible elección como presidenta del Banco Europeo de Desarrollo (BEI). En menos de un mes podría salir del Gobierno nada menos que la responsable de la política económica.
Los llamados ministerios de Estado siguen sin cambios, es decir, José Manuel Albares (Exteriores), Margarita Robles (Defensa) y Fernando Grande-Marlaska (Interior).
El de Marlaska es el ejemplo más claro del continuismo. Es el ministro más desgastado del Ejecutivo, con polémicas como la de los sucesos de la valla de Melilla, y sin embargo seguirá en el Gobierno, al que llegó en julio de 2018 tras la moción de censura.
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Otra muestra de continuismo es la de la portavocía, porque Pilar Alegría sustituirá a Isabel Rodríguez, pero la primera ya era imagen de Sánchez y su Gobierno como portavoz del PSOE. Alegría es una de las bazas territoriales de Sánchez, pensando en las próximas autonómicas en Aragón.
El principal cambio es que el PSOE recupera el Ministerio de Igualdad, pero eso ya estaba amortizado hace tiempo. Ana Redondo, nueva ministra de Igualdad, fue número dos de Óscar Puente en el Ayuntamiento de Valladolid y antes aún fue mano derecha de Óscar López cuando el ahora todopoderoso jefe de Gabinete era responsable de Organización del PSOE y luego en las Cortes de Castilla y León.
Se incorporan dos de los que perdieron sus cargos en las elecciones municipales y autonómicas de mayo: Ángel Luis Torres y Óscar Puente.
El primero se encargará de Política Territorial en un momento en el que ese asunto está en el centro de la agenda por los acuerdos de investidura. Sin embargo, eso hace que en la práctica ese asunto se dirija también hacia Bolaños y al propio Sánchez.
Puente, con un perfil político duro, pasa sin embargo a un ministerio en el que lo principal es la gestión. El punto común con su trayectoria de alcalde de Valladolid puede ser el referido a política municipal de su ministerio. Amigo de Sánchez, era fijo en las quinielas tras su intervención en el Pleno de investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo en sustitución del líder socialista.
Salen del Gobierno Miquel Iceta, Héctor Gómez, Pilar Llop, Raquel Sánchez y José Manuel Miñones, además de los cuatro de Unidas Podemos: Ione Belarra, Irene Montero, Alberto Garzón y Joan Subirats.
Miñones y Gómez llevaban sólo unos meses en el cargo. El caso del segundo es curioso porque ya en una ocasión Sánchez le destituyó como portavoz del Grupo Socialista del Gobierno cuando sólo llevaba unos meses en el cargo y sin aparente causa justificada.
Y, además, le sustituye Jordi Hereu en Industria, un socialista catalán de hace varias generaciones políticas. Había candidatos más jóvenes y prometedores como la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen, impulsada por Teresa Ribera con poco éxito.
Siguen también en sus puestos Teresa Ribera (vicepresidenta de Transformación ecológica), Pilar Alegría (Educación), Diana Morant (Ciencia y Universidades) y Luis Planas (Agricultura). La primera podría ser candidata en las europeas y luego a comisaria europea en junio y la segunda se fortalece al añadir deportes y portavocía.
Cambian de cartera José Luis Escrivá, de Inclusión a Transformación Digital e Isabel Rodríguez, de Política Territorial y Portavocía a Vivienda y Agenda Urbana.
Se incorpora Elma Saiz como ministra de Seguridad Social.
La mayor renovación se produce en la parte de Sumar, con respecto a cuando era Unidas Podemos, por razones evidentes. Yolanda Díaz mantiene inalterables sus competencias y se incorporan en Cultura Ernest Urtasun, en Juventud e infancia Sira Rego, en Sanidad Mónica García y en Derechos Sociales Pablo Bustinduy.
Representan respectivamente a los principales partidos de Sumar como los Comunes, Izquierda Unida y Más País. Podemos no ha designado a ninguno y, además, ve que el elegido es uno de los fundadores del partido y de los primeros que salieron por enfrentamiento con Pablo Iglesias.
Mónica García deja la Asamblea de Madrid y deja camino libre al socialista Juan Lobato para intentar hacer oposición a Isabel Díaz Ayuso. Sanidad tiene competencias limitadas y supeditadas al Consejo Interterritorial en el que tienen mayoría holgada las comunidades del PP.
Comparecencia de Sánchez
Después de que se fueran conociendo los nombres, Pedro Sánchez ha comparecido este lunes para hacer oficial el anuncio. Durante sus breves palabras, ha destacado que esta legislatura tendrá "un alto perfil político" y que por ello "debemos contar con un equipo a la altura, de alto perfil político".
Ha considerado que sus 22 ministros son "perfiles idóneos" por la "solidez de las carreras políticas y profesionales de quienes" conforman su nuevo Ejecutivo. Ha destacado, además, que son "trayectorias forjadas en muchos casos en la política territorial y autonómica" para abordar de manera adecuada "la diversidad territorial de nuestro país".
Sánchez ha comparecido tras haber informado al Rey de su nuevo Gobierno y ha resaltado que este, de nuevo, es un Ejecutivo con amplia presencia femenina, al contar con 12 mujeres, frente a 10 hombres.
"Conjugan la renovación con la permanencia, la experiencia con la juventud", ha dicho de sus nuevos ministros, "para dotar de estabilidad al país". Sobre el perfil político de los ministros, al que ha aludido en varias ocasiones, ha asegurado que les servirá "para gestionar y también para llegar a acuerdos".
Lo ajustado del hemiciclo del Congreso de los Diputados va a hacer que el Gobierno necesite todos los votos todo el rato para sacar sus leyes adelante. Por ello, necesita ministros que sean capaces de negociar con todas las formaciones políticas del Hemiciclo para llegar a acuerdos.
Sánchez también ha querido tener unas palabras para los ministros salientes, a los que les ha querido trasladar "reconocimiento y gratitud por el gran trabajo realizado". Ha dicho que formaron parte de un Gobierno que ha afrontado numerosas situaciones de crisis, dando siempre una respuesta diferente "a la dada por el neoliberalismo" en situaciones anteriores.