Finalmente, los rumores eran ciertos. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha nombrado a Mónica García ministra de Sanidad. Así, el departamento que hasta ahora dirigía en funciones José Manuel Miñones, pasa a manos de Sumar.
Currículo
Mónica García nació en Madrid el 16 de enero de 1974 en una familia relacionada con la política regional. Su padre, el psiquiatra Sergio García Reyes, fue diputado por el Partido Comunista de España en la I legislatura de la Asamblea de Madrid. Pero García no se encaminó hacia este rincón del barrio de Vallecas hasta muchos años después.
García siguió los pasos de sus progenitores, pero para ser médico. Se licenció en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, especializándose en Anestesiología. Además, es madre de tres hijos.
Desde esa especialidad y, concretamente, desde el 12 de Octubre (hospital en el que trabajaba) dio el salto a la política. García empezó poco a poco, como cuenta en su libro 'Política sin Anestesia'. Primero participó en las mareas blancas en defensa de la sanidad pública como portavoz de la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM), a la que se unió en 2012.
[Mónica García: "Tomaría un café con Borja Sémper aunque ni él sea capaz de moderar a Díaz Ayuso"]
Durante este año y el siguiente, García protagonizó encierros y concentraciones, además de las manifestaciones de mareas blancas que llenaban las calles de Madrid cada fin de semana.
Ahí empezó a forjar sus primeros vínculos con Podemos que la incluyeron, en 2015, como la número 26 en el puesto de la lista de las elecciones regionales a la Asamblea de Madrid de ese mismo año.
Los círculos de Podemos siempre han reseñado que Mónica García entró para "rellenar" y en un puesto que no se consideraba "de salida". Pero salió y resultó elegida como diputada de la X legislatura. García ocupó el puesto sin dejar de trabajar en el hospital 12 de Octubre, donde ejercía desde 2004.
Continuó con su andadura en la Asamblea de Madrid en 2017, donde también ocupaba el puesto 26. Su papel seguía siendo muy secundario, pero todo cambió con la ruptura de Podemos en Vistalegre II.
[La Marea Blanca vuelve a la calle con menos apoyo: "Los profesionales están en huelga y actúan"]
Con el 'divorcio' entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, García se decidió por el segundo. El perdedor que, a posteriori, montó Más Madrid. La lealtad de García a Errejón la elevó en la lista a la Asamblea: del número 26 al 10.
La número 10 pasó a ser la número 1. Se convirtió en el rostro y la voz de la oposición a Isabel Díaz Ayuso, aunque era el PSOE el que la lideraba. Fue la época de la coalición entre el PP y Ciudadanos y su último empujón hacia el sorpaso de los socialistas que se perpetuó en las elecciones del 4-M.
Posición en la amnistía
"Todo lo que sea diálogo, apertura y hablar. En esta sociedad, vamos a estar en todos los avances". Con esta frase resumió Mónica García, nueva ministra de Sanidad, la postura de Más Madrid sobre la amnistía.
De esta manera, García se puso del lado de Sumar, partido en el que se integraron para las elecciones generales del 23-J, y que se ha mostrado a favor de la amnistía.
Balance de su gestión
Mónica García se convirtió, con su "no" a Pablo Iglesias, en la alternativa a la izquierda en Madrid y le hizo ganar el respeto que llevaba peleando años y que, ahora, se le recompensa en forma de Ministerio de Sanidad.
Dentro de la Asamblea de Madrid ha protagonizado muchos enfrentamientos con la presidenta regional, pero también con los que se presuponían que eran sus socios en la oposición. No sólo dijo "no" a ir de la mano de Podemos cuando se lo propuso Pablo Iglesias, en las elecciones del 28-M, con Alejandra Jacinto, jugó la misma carta.
Además de la reivindicación ligada al aspecto sanitario, García se ha implicado especialmente con los vecinos de la Cañada Real o con otros desahucios, colocando a la vivienda como uno de los grandes retos para Madrid.
En el panorama internacional, García se ha postulado a favor del reconocimiento de Sáhara y ha criticado muy duramente la actuación del estado de Israel contra el pueblo palestino, en lo que se ha convertido en más de una llamada de atención dentro de la Asamblea de Madrid.
Retos de su Ministerio
Mónica García tiene por delante trabajo. Sobre todo de proyectos que se han quedado a medias o sin hacer. Es el caso de la digitalización de parte del sistema sanitario, la compatibilidad entre la historia clínica del sistema público y el privado u otros planes que se coordinan desde Sanidad como el de refuerzo de la Atención Primaria o el de cuidados paliativos. Ambos con un proyecto sobre la mesa, pero todavía sin desarrollar.
La nueva ministra también tiene pendiente retomar la lucha antitabáquica. Desde María Luisa Carcedo, el Ministerio de Sanidad amontona una reformada Ley Antitabaco que llega a prohibir fumar en las terrazas. En su momento se evaluó el coste político de ponerla en marcha y se paró.
Otro de los proyectos que se quedaron en stand by cuando Pedro Sánchez convocó elecciones generales fue el Plan estratégico de la industria farmacéutica. El exministro de Sanidad, José Manuel Miñones, se comprometió a sacarlo adelante para asegurarse así las inversiones del sector que ascienden a 8.000 millones de euros.
En cuanto a los retos, Mónica García tiene uno de los más importantes: las listas de espera en sanidad. El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, se comprometió a "no quedarse de brazos cruzados" y anunció durante su discurso de investidura que pondría en marcha un plan para reducir el número de pacientes en espera con las comunidades autónomas "que lo deseen". Habrá que ver cómo ejecuta este plan el ministerio, ya que las competencias en sanidad están transferidas a las regiones.
Entre los compromisos del nuevo Gobierno está también el de "promover un gran pacto de estado por la salud mental", tal y como dijo Sánchez. Así, el presidente prometió aumentar el número de psicólogos y psiquiatras de los centros públicos "para reducir los tiempos de espera y garantizar que en España no haya ni un solo ciudadano que necesita ayuda psicológica y no pueda obtenerla".
Pero no solo hay que aumentar el número de psicólogos y psiquiatras. También del resto de especialidades sanitarias. El déficit de médicos es otro de los retos que deberá afrontar García durante los próximos cuatro años. Cabe recordar que, en estos últimos ejercicios, el Ministerio de Sanidad ha ido ampliando convocatoria tras convocatoria el número de plazas de Formación Sanitaria Especializada.