Image: Tamara Rojo cuenta la Gran Guerra

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Teatro

Tamara Rojo cuenta la Gran Guerra

22 mayo, 2015 02:00

Tamara Rojo baila la coreografía de Akram Khan Dust, inspirada en las mujeres de la guerra

El English National Ballet, compañía dirigida por Tamara Rojo, vuelve a los Teatros del Canal con Lest We Forget, un programa que conmemora el centenario de la Primera Guerra Mundial. Ahora se presentan en Madrid, entre el 28 y el 31 de mayo, acompañados por la Orquesta Sinfónica Verum. Una propuesta que reúne a tres de los coreógrafos más importante del Reino Unido: Liam Scarlett, George Williamson y Akram Khan.

La temporada pasada, el English National Ballet (ENB) convenció a público y crítica con su reciente producción de Le Corsaire, un ballet estrenado en 1856 y que el ENB había incorporado a su repertorio en 2013. Esta obra mostró el perfil más tradicional de sus bailarines y la clara intención de Tamara Rojo por mantener e incorporar grandes ballets clásicos a la compañía a través del estudio serio y respetuoso de partitura, dramaturgia y coreografía. Tras la calurosa acogida del público, la formación británica vuelve al mismo escenario madrileño con un programa que ofrece piezas diametralmente opuestas: Lest We Forget reúne a coreógrafos actuales que ofrecen sus propuestas creadas para una compañía tremendamente versátil.

"Creo que el título Lest We Forget (Para que no olvidemos), lo dice todo", explica Tamara Rojo a El Cultural. La idea de este programa, reconoce la bailarina y directora del ENB, surgió de su visión de la Primera Guerra Mundial como un conflicto que "los ingleses no han superado aún desde el punto de vista emocional, ya que aunque pueda decirse que ganaron la guerra, siguen considerando que fue demasiado costosa en pérdidas humanas e incluso que quizá no fue bien gestionada por sus líderes; lo cuestionan constantemente y creen que podría haberse evitado".

El ENB es una compañía querida por el público inglés. A su directora le sigue "maravillando que Alicia Markova y Anton Dolin -sus fundadores- identificaran el ballet como un arte no elitista, e intentaran evitar que se asociara a unas minorías". Así, el ENB se convirtió en una institución muy popular en todo el país. "Por eso quise homenajear un momento muy importante en la historia del Reino Unido, dejándolo en manos de tres coreógrafos británicos que pudieran hacer una reflexión desde su propia perspectiva". No en vano, afirma, "una de las características mas importantes de este país es su pluralidad cultural, como queda reflejado en el estilo creativo de cada coreógrafo y, cómo no, en sus propias trayectorias". Les pidió que intentaran trabajar con músicos de nuestro tiempo -para acentuar los vínculos con el público actual- y que utilizaran una escenografía ligera que cupiera en el discreto escenario del Barbican y que además pudiera llevarse de gira con facilidad. "Creo -matiza Rojo- que cuanto más limitas a los creadores, mejores resultados obtienen; no hay nada peor que decirles que hagan lo que quieran. Es el terror a la hoja en blanco". A pesar de las restricciones, los coreógrafos se entregaron de forma generosa al trabajo. "Esperábamos grandes dramas, que cada uno pidiera más tiempo de ensayo o que fuera más complicado organizar elencos… pero fue todo muy fácil", confiesa.

Los ingleses no han superado aún el conflicto desde un punto de vista emocional. Siguen creyendo que fue muy costoso y estuvo mal gestionado"

La pieza que abre la noche, No Man's Land, está firmada por Liam Scarlett sobre música de Liszt, con arreglos y orquestación de Gavin Sutherland. Juega con los destinos entrelazados de mujeres y hombres que se vieron obligados a luchar por separado; ellas en las fábricas de armamento y ellos en las trincheras. La escenografía de Jon Bausor y la iluminación de Paul Keogan convierten el escenario en un espacio ambiguo que deja volar la imaginación del intérprete y destapa el drama de quienes vivieron el conflicto.

Humanidad frente a naturaleza

Esteban Berlanga -bailarín principal de la Compañía Nacional de Danza y antiguo integrante del ENB- participa como bailarín invitado durante algunas de las actuaciones en Madrid para interpretar el paso a dos principal de la pieza junto a la propia Tamara Rojo.

De entre los ballets de la noche, sólo el stravinskiano El pájaro de fuego en versión del coreógrafo George Williamson -artista asociado del ENB- se había estrenado con anterioridad, en 2012. Aunque sin alejarse de la esencia tradicional del conocido cuento de hadas ruso, esta versión plantea nuestro presente y futuro enfrentando humanidad y naturaleza, a la que en apariencia cree poder controlar. Es una pieza coral que sirve de puente entre el lenguaje modulado de Liam Scarlett y el vocabulario desgarrado de Akram Khan, que cierra la velada.

Titulada Dust, esta última coreografía fue creada sobre música de Jocelyn Pook (Birmingham, 1960) y se centra en el elenco femenino de la compañía. Con la experiencia que le ha dado bailarla ella misma, Rojo explica que "para las mujeres es una obra especialmente dura de interpretar porque implica un trabajo muy ‘a tierra', en el que el peso del cuerpo está siempre muy abajo, manteniendo las piernas siempre en paralelo, y además, vamos descalzas". Así, Khan quería mostrar, según cuenta Rojo, "cómo las mujeres tuvieron que masculinizarse durante la guerra, cuando los hombres se fueron al campo de batalla y ellas tuvieron que entrar en las fábricas". Es una pieza violenta, seca.

Lest We Forget se estrenó en el Barbican de Londres en 2014. Tamara Rojo valora la experiencia para los artistas de la compañía, que han vivido una creación coreográfica en primera persona: "Los bailarines pasamos la mayor parte de nuestra carrera bailando piezas que fueron creadas para otros. El hecho de tener a un coreógrafo creando un ballet para ti y ver cómo se desarrolla ha sido decisivo y muy transformador para los bailarines".

Mientras reactiva los valores principales del ENB y sigue viajando dentro y fuera de las fronteras del Reino Unido, Tamara Rojo ha buscado la forma de solventar la falta de un teatro estable en el que actuar en Londres, y ha establecido un vínculo oficial con el Sadler's Wells Theatre, un espacio que ha desarrollado una gran programación de danza en la última década, convirtiéndose en la casa de la danza en Londres. "Podremos presentar un repertorio mas variado y creativo dos veces al año, lo que nos permitirá incluso coproducir nuevas piezas juntos, como una nueva versión del ballet romántico Giselle que creará Akram Khan".

El ENB cuenta con un público fiel que asiste a los estrenos con ilusión, sintiéndose implicado en cada montaje. En su presentación, Lest We Forget se reveló como un símbolo con el que los espectadores demostraron, según explica la directora de la compañía, que esta guerra sigue siendo una gran tragedia para ellos: "Para el publico español no es algo tan personal, pero nosotros tenemos nuestra propia historia y las guerras son igualmente terribles, ocurran donde ocurran".