Sexo y poder en David Mamet
Estreno de Oleanna, un duelo interpretativo de Elvira Heras y Gerardo Geanciti, dirigido por Alberto Delgado.
15 abril, 2004 02:00Los protagonistas Elvira Heras y Gerardo Geacinti. Foto: Mercedes Rodríguez
Oleanna, una de las piezas más controvertidas de David Mamet, se estrena el 15 de abril en la sala Lagrada de Madrid. Sirviéndose de un conflicto de acoso sexual, el autor plantea una lucha de poder que pondrá de manifiesto asuntos como el valor de la educación en nuestros días y la subversión del lenguaje. Un duelo interpretativo a cargo de Elvira Heras y Gerardo Geanciti, que ha dirigido Alberto Delgado.
Una de sus tragedias preferidas
Oleanna, sin embargo, fue una de sus tragedias más controvertidas por el eco social que alcanzó. También es uno de los textos de los que él se siente más orgulloso, (junto con El criptograma, American Buffalo y The Woods). Sirviéndose de un supuesto conflicto de acoso sexual, el autor plantea la lucha de intereses que enfrenta a dos personajes y que le sirve para deslizar otros temas: qué valor damos a la educación, cómo el lenguaje puede ponerse insospechadamente del lado de la mentira y cómo se instrumentalizan los hechos en aras de esa ética de "lo políticamente correcto".
La obra se estrenó en 1992, coincidiendo con una causa que tenía lugar en los tribunales: la denuncia contra el juez Clarence Thomas, candidato al Tribunal Supremo de los Estados Unidos, por acoso sexual a una profesora universitaria. Y como cabe esperar, el texto no gustó al lobby feminista norteamericano, que acusó al autor de misógino y machista. Y aunque Mamet sostuvo que él había comenzado a escribir Oleanna meses antes del caso, tuvo que responder a estas críticas: "Como autor dramático no tengo ninguna responsabilidad política. Soy un artista, escribo obras, no propaganda política. Si buscan soluciones fáciles, enciendan la caja tonta... Estamos viviendo una época de transición, en la que cada uno de nosotros nos sentimos desplazados...Yo no tengo respuestas".
Hay pues que aplaudir que ahora una compañía se anime a estrenar en Madrid a un autor que huye de las verdades absolutas. La pasada temporada ya hubo ocasión de ver Matrimonio de Boston, protagonizado por Kiti Manver y Blanca Portillo; esta última actriz es gran admiradora del autor, protagonizó el primer estreno de Oleanna (1992) en nuestro país, en el María Guerrero, acompañada por Santiago Ramos y dirigida por José Pascual. Con anterioridad, el Centro Dramático Nacional puso en escena Edmond (1990), dirigida por María Ruíz, y Cuatro piezas cortas (1991), por José Pedro Carrión.
Efectos de una mala educación
Esta producción es fruto del empeño de la actriz Elvira Heras, que la protagoniza junto con Gerardo Geacinti. La actriz la vio en Londres (donde también se estrena el 15 de abril, en el Garrick Theatre, con Julia Stiles y Aaron Eckhart) y poco después se puso de acuerdo con Alberto Delgado para que la dirigiera. "Ambos pensamos en una producción dirigida especialmente a centros de enseñanza porque trata del significado de la educación y de sus consecuencias cuando ésta se organiza pobremente, además de tocar otros asuntos que encontramos muy actuales", explica el director. Para él, la obra gira en torno a dos temas: el poder y el sexo. Los dos personajes pertenecen a dos mundos relacionados jerárquicamente. "Ella, Carol, es una alumna que necesita aprobar como meta para ganar un posición en el mundo y salir del pobre ambiente social en el que vive. No le interesa el estudio para ampliar sus conocimientos. Por su parte, John es un profesor bien situado económica y profesionalmente, tiene una idea más idealista de la educación y aparentemente busca mejorar la formación de su alumna". Sin embargo, esta relación, en la que John disfruta de una posición dominante, cambiará totalmente en los dos siguientes actos: Carol, apoyada por una organización social, acusa a John de acoso sexual, e incluso violación, y éste acabará perdiendo su trabajo, su reputación, su familia. Como Mamet ha señalado, "es un drama sobre dos personas que quieren algo distinto. Si no fuera así, el público se iría a la cama. Poder sería otra forma de llamarlo".
"Escribir teatro es escribir diálogos"
David Mamet (Chicago,1949) comenzó a escribir entrado ya en la veintena. Estudió con Sanford Meisner, con quien se forjó en el método Stanislavski. Luego desempeñó varios oficios (conductor de camiones, vendedor por teléfono) hasta que fundó en 1974 la compañía Saint Nicholas Player."No podíamos pagar derechos de autor y tuve suerte porque escribir era para mí como una habilidad más, como hacer bricolage; necesitas hacerte una casa y no puedes pagar un albañil, entonces aprendes cómo se hace. Así que si necesitas una obra teatral, te espabilas y aprendes a escribirla". Su primer estreno en NY fue en 1975 con Duck Variations y Perversidades Sexuales en Chicago, pero la pieza que le dio fama fue American Buffalo. Después vinieron Glengarry Glen Ross, Speed the Plow, Edmond, hasta más de 25 obras, además de ensayos y novelas. Algunas de sus obras las ha llevado al cine, como Oleanna o Glengarry pues es también un acreditado guionista y director (El cartero siempre llama dos veces, Houses of Games, Hannibal o la más reciente Spartan). Mamet cree que "en esto de escribir teatro lo que acabas haciendo es escribir diálogos", "que la pregunta fundamental que hay que hacerse en el teatro es: ¿Qué desea el protagonista? No es ni el tema, ni las ideas, ni la ambientación, sino aquello que desea el protagonista" y que "un personaje es acción como ha dicho Aristóteles: exactamente aquello que hace, no lo que piensa ni lo que dice. Es lo que intenta realizar físicamente en escena. Precisamente lo que entendemos de la forma de ser de una persona: no por lo que dice, sino por lo que hace".