Estrella Morente no nació, como se lee en Wikipedia, en Las Gavias (Granada). Su madre, la bailora Aurora Carbonell "La Pelota", rompió aguas en los bancos de piedra junto al palacio renacentista de Carlos V, en la Alhambra. La familia había acudido al hospital cuando aún faltaban unas horas para el alumbramiento, así que les dijeron que volvieran más tarde. A su padre, el mítico cantaor Enrique Morente, se le ocurrió llevar a su esposa “al fresquito de La Alhambra en agosto”, según cuenta Estrella, que nació, por tanto, en un hospital del centro de Granada el 14 de agosto de 1980. La familia, es verdad, se instaló en un chalé de Las Gavias durante los primeros días de vida de la futura cantaora.
Fue la primogénita de una relación, la de Aurora y Enrique, que hubo de atravesar un pedegroso camino hasta formar una familia. A "La Pelota", hija de la familia gitana de los Montoyita, no le permitían ver a Enrique, cantaor de Granada... y payo. Tras consolidar su amor, fuga mediante, eclosionó la saga de los Morente, fruto del mestizaje con la familia materna. En la cuna, Estrella escuchaba los sonidos de la guitarra de su tío Montoyita y con solo siete años fue grabada por su padre cuando se coló en el estudio de Musigrama (Madrid) para cantar unas tarantas con el acompañamiento de Sabicas.
El guitarrista de Pamplona, conocido también como Maestro Sabas, era tío-abuelo de su madre. Vivía, desde 1955, en Nueva York, pero poco antes de su muerte viajó a España para grabar con Enrique el álbum Nueva York-Granada (1990). Esta noche, a partir de las 21:30 horas, Estrella Morente presenta su nuevo espectáculo, el primero que dirige ella misma, en el Baluarte de Pamplona, una actuación enmarcada en el festival Flamenco on fire, que surgió hace ahora diez años como un homenaje a Agustín Castellón Campos, nombre real de Sabicas. Montoyita, su tío, será la otra mitad de Desde la cuna. Queda así justificada la semblanza biográfica inicial.
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Estrella, al otro lado del teléfono, detalla a El Cultural los pormenores del proyecto, cuyo estreno no podría tener un escenario más idóneo. En el momento de esta entrevista, realizada unas semanas antes, la cantaora se encuentra en el Cerro de Palomares, que además de ser el título de unos de sus tangos más célebres da nombre al estudio de Enrique Morente, ubicado en el Albaicín de Granada. Rodeada de perales, limoneros, lavanda y arrayanes, Estrella se siente cómoda, se muestra cómplice, habla despacio y por doquier —de Rosalía, de vanguardias...—, se emociona al referirse a su padre y manifiesta su ilusión por Desde la cuna, su trabajo más personal.
"Lo personal empieza en lo más íntimo, en lo más profundo. Desde la cuna también es una oda al sentido de la audición. Me parece apoteósico el proceso por el que llega a producirse este fenómeno", avanza. Dividido en tres bloques, "el primero está dedicado a las entrañas: cuando el feto empieza a escuchar los latidos del corazón y la voz humana". Participan aquí su propia madre, "musa de Morente", y su tío Montoyita.
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Sobre la primera, "podría haber sido una actriz la que interpretara ese papel, pero tenía que ser mi madre la que cantara esas nanas, que son las voces primarias que escucha el feto", mientras que Montoyita representa el instante en que Estrella escucha desde la cuna, con solo unas horas de vida, el primer instrumento: la guitarra.
El segundo bloque está dedicado a las raíces musicales, "donde se desarrolla ese oído": Granada y Madrid. En cuanto a su ciudad de origen, aflorarán "las zambras, los tangos y las bulerías lorquianas de mi tierra", relata la cantaora, pero "además de acentuar el flamenco salvaje y familiar de casa, también queremos dar el valor que tiene el flamenco que nos enseñaron en las academias". Y es aquí donde la capital entra en escena.
"Además de acentuar el flamenco salvaje y familiar, queremos dar valor al flamenco aprendido en las academias"
Remedios Heredia Carbonell "tendrá un papel muy bonito con un guiño hacia el flamenco aprendido". Cuenta Morente que fue su prima quien la introdujo "en el mundo de la academia a través de la escuela Amor de Dios". Por otro lado, "yo vengo de los gitanos de Madrid, así que no faltarán los tangos oriundos ni los bailes de mi tía Victoria Carbonell "La Globo", que será otro personaje muy importante".
El último bloque corresponde al "contacto y la apertura al universo", afirma Morente. "Los genios que aparecen por mi casa y van dando forma a esa constelación mágica que es como mi signo del zodiaco" tendrán una especial relevancia a través de las proyecciones audiovisuales de José Sáenz de Heredia, que se sirve de la Inteligencia Artificial para armar ese álbum familiar donde aparecen Farina, Bambino, Manolo Caracol, Lola Flores, Paco de Lucía, Michael Nyman, Pat Metheny… Desde la música clásica al funky pasando por el soul o la música africana, se trata de un viaje a lugares como Francia, México o Nueva Orleans para homenajear a Leonard Cohen, Nina Simone, Jacques Brel, Victoria de los Ángeles, Frank Sinatra…
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¿Y de dónde proceden esos ecos del teatro que vamos a encontrar en Desde la cuna? "De Lisístrata tengo muchísimo", asegura entre risas la cantaora, cuyo padrino era el actor Juan Diego. "Imagínate hasta qué punto puedo tener yo metido en la piel a Almodóvar, Fernando Trueba, Garci, José Luis García Sánchez o José Luis López-Linares". La dramaturgia, en efecto, forma parte de su infancia, pero también se incorpora como un elemento ineludible de la escena flamenca.
Enrique Morente decía que “al flamenco no le hace falta na”, cuenta Estrella, "y sin embargo siempre se ocupó de que todo tuviera un sentido: que los textos se respetasen, pero también de la iluminación, de la escenografía… Trataremos de que sea lo más minimalista posible, sabiendo que venimos de lo más barroco", concluye.
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Sin haber hecho hasta el momento una sola pregunta relativa a su padre, Enrique Morente ha permeado la conversación desde el comienzo. Para su hija, como para el resto de la comunidad flamenca, "en él se junta todo: la ortodoxia y la vanguardia". Llegados a este punto, mejor que reportajear sus palabras será ceder íntegramente la voz a Estrella, cuyo testimonio, cuando le preguntamos por la principal aportación de su padre al flamenco, resulta sobrecogedor:
"Él era muy humilde y no le gustaba que exagerásemos, pero yo sí que te lo tengo que decir: ha sido el máximo creador del cante flamenco. Pasarán los siglos y vendrá gente que cante extraordinariamente bien, pero [los álbumes] Se hace camino al andar (1975), Despegando (1977), Sacromonte (1982), Misa flamenca (1991) y Omega (1996) no solamente están cantados, sino que están creados. Están fraguados desde la imaginación y desde la fantasía más pura del genio más grande que ha dado la historia del flamenco. Era la repera.
Y te lo digo con la piel de gallina y con la humildad más grande del mundo hacia todos los genios que él admiraba: Camarón de la Isla, Marchena, Caracol, Juanito Valderrama o La Niña de los Peines. Pero para mí el genio más grande se llama Enrique Morente. Porque, además, dejó la puerta abierta para los que venimos detrás pidiendo libertad. Además, con un mensaje precioso: el de la humanidad, el de los derechos, el de la paz. Con Enrique Morente se acaban las envidias, las rivalidades tontas de los tablaos, de los festivales… Cuando salía Enrique Morente, daba igual si iba el primero o el último. Acababa con el cuadro de la manera más humilde.
Todo el mundo lo quería porque era único. Supo acercar la buena poesía al flamenco. Cuando se cantaban letras casi incantables, él empezó a cantar a Miguel Hernández, a Machado, a Lorca, a Cavafis, a Pedro Garfias, a San Juan de la Cruz, a Teresa de Jesús… Lo que ha hecho Morente es inalcanzable. Hasta el día de hoy, no hay nadie que haya creado tanto. Y si viene alguien a rebatírmelo, estoy dispuesto a escucharlo".
"Con Enrique Morente se acaban las envidias, las rivalidades tontas de los tablaos y de los festivales"
Y de todo el legado recibido, ¿qué ha sido, a nivel personal, lo más importante? "Me decía que intentara llegar a los sitios cinco minutos antes. Con eso me estaba hablando del respeto hacia el trabajo de todos: artistas, albañiles, camareros…" Esa vocación de convivencia asimilada por Estrella entronca con la posición que ocupa el flamenco con respecto al resto de músicas en el mundo. "Igual que el flamenco es único, también lo es la música clásica, el blues o el jazz, así que yo no calificaría al flamenco por encima de ningún otro género, pero sí aprovecho para decirte que tampoco permitiría a nadie que lo calificara por debajo".
La controversia estalla cuando los géneros se funden. Puristas y heterodoxos, siempre en frente. Enrique Morente siempre defendió un flamenco de mayorías que estuviera contaminado con los sones de las distintas culturas del mundo. Hay quien sigue pensando, trece años después de su muerte, que esto presenta un riesgo muy peligroso: que la esencia se desvanezca. Estrella, en este caso, se remite a Camarón cuando decía que “la pureza no se puede perder nunca cuando uno la lleva dentro de verdad”.
"No pondría al flamenco por encima de ningún otro género, pero tampoco permitiría a nadie que lo calificara por debajo"
Prácticamente desde su irrupción en la escena musical, Rosalía ocupa el centro de este debate, que se ramifica hacia otros criterios como la apropiación cultural. El problema es cuando, según algunos, la "apropiación" deviene en plagio. El desagradable episodio al que nos estamos refiriendo corresponde a los tangos "Juro que" (2020) de la cantante barcelonesa. Y es que algunos acusaron a Rosalía de copiar "La gazpacha / La Repompa / La tía Concha", los tangos que Estrella Morente incluyó en el disco Mujeres (2006). Pero la granadina se desmarca de esta polémica: "Yo también me inspiré en las cantaoras que dan título a mi canción". Aunque sí considera que "están inspirados", resulta "un honor" y "no significa ningún tipo de amenaza, sino todo lo contrario".
Respecto a las críticas hacia la autora de El mal querer o Motomami, que para algunos ha desvirtuado la pureza del flamenco, Morente lo considera "una chalaura". Además, "a la gente joven no se le puede poner trabas. Eso está muy feo, mi padre siempre nos ha enseñado a dar cariño". Eso mismo está dispuesta a hacer esta noche en Pamplona, primera parada de Desde la cuna, el trabajo más personal de una artista que siempre ha proyectado su arte desde las entrañas.