Cipión y Berganza en la jaula 46
Els Joglars estrena El coloquio de los perros en el Pavón
22 marzo, 2013 01:00Ramón Fontserè y Pilar Sáenz, en El coloquio de los perros. Foto: David Ruano.
Si hay un grupo que puede interpretar el carácter cínico de Cervantes ése es Els Joglars, que vuelve a su universo junto al CNTC con El coloquio de los perros. Ramón Fontserè, director e intérprete, ha contado con la colaboración de Boadella.
Quien encarna a la perfección esta forma de afrontar la vida y el teatro es Els Joglars, que la sube al escenario del Teatro Pavón el próximo martes. La obra está coproducida con la CNTC y dirigida por Ramón Fontserè, autor también de la dramaturgia con Albert Boadella (tan lejos y tan cerca del grupo que creó) y Martina Cabanas. Fontserè no se ha conformado con estas labores de dirección sino que también encabeza el elenco junto a Pilar Sáenz (Berganza). Els Joglars vuelve así al mundo cervantino tras El retablo de las maravillas (2004) y En un lugar de Manhattan (2005). La acción de esta adaptación de la novela ejemplar (Cervantes nunca había realizado una historia protagonizada por animales) arranca cuando el guardia de una perrera municipal explica al público cómo y por qué ha llegado hasta allí. Describe a los perros en sus jaulas primero para centrar después la mirada en la vida y andanzas de unos muy contemporáneos Cipión y Berganza. Ellos mismos nos contarán, gracias a recibir el don del habla durante una noche, cómo acabaron en la jaula 46 tras pasar por numerosas vicisitudes en las que no faltan urbanizaciones de lujo, aeropuertos, viudas desconsoladas, gitanas desalmadas, autopistas y, cómo no, defensores de los derechos de los animales... Todo volverá a la normalidad al amanecer.
"Cipión y Berganza observan desde la madurez las contradicciones de la condición humana -señala Fontserè-, su miseria y lo ridículo de los bípedos. Antes de que se les acabe la noche y pierdan el don del habla cuentan la realidad auténtica: los lobos son los pastores, la defensa ofende, los centinelas duermen, la confianza roba y el que libera mata". Según el director y actor, esos dos canes sabios contemplan con asombro cómo los insensatos humanos de esta sociedad se "emperran" en ascenderlos de su condición de simples y dignos perros y les tratan como si fueran personas: "Su buen olfato les ha permitido seguir como animales sin apartarse de la naturaleza. Por el contrario, los bípedos llamados racionales, en su delirio mistificador y prepotente, parece que cada vez se alejan más de ella".
Por su parte, la directora de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Helena Pimenta, considera que el trabajo realizado por el trío Boadella, Fontserè y Cabanas está destinado a conectar una obra del siglo XVII con el XXI: "Su mirada, la de los canes y la de Joglars, consigue hablarnos de la relación de animales y personas a lo largo del tiempo. La palabra de estos perros humanizados o de estas personas animalizadas, tanto da, nos aproxima a Cervantes y a Walt Disney. Todo, con mucha agilidad y hondura".
Y si arrancamos esta crónica con Cipión, justo será acabarla con las cervantinas palabras de Berganza y su opinión sobre aquel matadero: "Todos cuantos en él trabajan, desde el menor hasta el mayor, es gente ancha de conciencia, desalmada, sin temer al rey ni a su justicia; los más amancebados. Son aves de rapiña carniceras; mantiénense ellos y sus amigas de lo que hurtan". Casi todo, de primera página.