El pasajero
Concurso de micorrelatos conducido por Juan Aparicio Belmonte
11 noviembre, 2019 11:21Hola, amigos.
Podéis empezar a escribir sobre el pasajero.
El ganador de la semana pasada, dedicada al cogollo, ha sido…:
Gleeson
En el lecho de muerte, rodeado de sus nietos, sus hijos y su esposa, le dijo a la enfermera que era lo mejor que le había pasado en la vida.
La confesión del moribundo, esa manifestación afectiva con la enfermera, es la clave irónica con que se descubre no solo la realidad de su vida interior, sino el relato sentimental de toda su trayectoria vital. Lo mejor que le ha pasado en la vida no es la convivencia con su mujer ni el trato con sus hijos, ni siquiera la llegada de los nietos (tan entrañables habitualmente) sino esa enfermera que se ocupa de él en la recta final de su biografía. El lector es capaz de figurarse el cogollo de una vida afectiva triste, marcada por el descontento y el disimulo, un cogollo larvado que brota con una confesión que funciona también como reproche a los familiares directos del protagonista. Cabe, además, una lectura ulterior que tiene que ver con las intenciones quizá turbias de la enfermera, lo que colabora en el enriquecimiento del texto. Estamos, pues, ante un relato estupendo que merece el premio de la semana.
Enhorabuena, Gabriel Pérez Martínez, por el relato y por el premio.
Pero no ha sido fácil la elección, pues la calidad era alta, y otros relatos pudieron haber ganado:
Torivino
Empezaron por los cúmulos, luego las galaxias, las estrellas, los astros, hasta aquel agujero negro donde encontraron a Dios dormido.
Chausiku
La asociación local de Damas de la Caridad rechazó su petición de ingreso al no pertenecer a una de las familias pudientes de la ciudad.
Cajita
El abad, ante la proximidad de la muerte, escondió el resultado de toda una vida dedicada a la búsqueda de Dios en una caja de cerillas.
Saludos cordiales.