
Un sanitario realiza una prueba de alergias.
Por qué el temporal de lluvia en España va a provocar que la alergia sea peor esta primavera: "La temporada será más larga"
Las precipitaciones registradas en las últimas semanas han provocado, junto con el invierno cálido, que haya una mayor cantidad de plantas alergénicas.
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En España, ha llovido en lo que va de marzo un 64% más de lo normal. Estas precipitaciones han servido para dejar atrás la sequía. Pero, como se suele decir, nunca llueve a gusto de todos. Y, en este caso, las lluvias acumuladas durante las últimas semanas van a ser mal recibidas por las más de ocho millones de personas que sufren enfermedades alérgicas por pólenes en nuestro país, puesto que se espera que la temporada sea más larga y los síntomas sean mucho más severos.
En realidad, no todas las lluvias afectan al polen de la misma manera. Cuando se trata de un episodio intenso, el agua limpia el aire arrastrando los granos de polen en suspensión y ofrece —nunca mejor dicho— un respiro momentáneo a quienes padecen alergias estacionales. Pero si las lluvias son ligeras y persistentes, como las de estos días, la humedad facilita la fragmentación de los granos de polen, liberando partículas aún más pequeñas y altamente alergénicas.
Esto se traduce en que, conforme finalicen las precipitaciones y aparezcan los primeros rayos de sol, la vegetación reanudará su actividad polinizadora con mayor intensidad, lo cual podría desencadenar en picos de alergia. La ventaja para los alérgicos es que el periodo de lluvia se ha retrasado. Por tanto, la polinización de plantas como las cupresáceas o el ciprés, que ya estaba en flor, se ha detenido por el agua.
La mala noticia es que en otros casos, como el de las gramíneas o las malezas, que son dos especies con una gran capacidad alergénica durante la primavera, las precipitaciones van a producir un aumento de floración que alargaría el periodo de polinización, provocando que los niveles de alérgenos se disparen en los próximos meses. Todo ello dependerá de cómo evolucione la meteorología.
Más lluvia, más alergia
De continuar lloviendo, puede que se detenga la concentración de polen en el aire aunque podría prolongar el periodo de polinización. Pero, como apunta a EL ESPAÑOL Ana Martínez Cañavate, presidenta de la Sociedad Española de Inmunología, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap), "no es lo habitual" que esto suceda, por lo que cabría esperar también que "haya más sintomatología en los pacientes".
Para ello, habrá que estar pendiente de los niveles ambientales de pólenes, que se pueden consultar en la web de la SEAIC polenes.com. Una de las especies que más preocupa a Juan José Zapata, presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC, es el plátano de sombra, una especie con una elevada capacidad alergénica durante la primavera. Aunque su polinización se ha retrasado este año, precisamente por las lluvias, no descarta que lo vaya a hacer, causando "muchos síntomas" entre los alérgicos.
Los especialistas creen que es difícil cuantificar si esta temporada será más dura en comparación con la anterior. Lo que sí tienen claro es que al haber tenido un invierno muy cálido y con abundantes precipitaciones, la época de polinización será más larga.
La intensidad dependerá de la temperatura. En el caso de que los termómetros aumentan de una manera repentina, todas las plantas polinizan a la vez, causando picos importantes de alergia. En cambio, si se mantienen las temperaturas suaves, el periodo de polinización se podría prolongar, extendiendo los síntomas alérgicos a lo largo de la primavera.
Por ello la principal recomendación, aun siendo complicada de cumplir tras los episodios acumulados de lluvia, es "intentar exponerse lo menos posible a la polinización". También es importante seguir la medicación de forma precoz, evitando esperar a que los síntomas se hayan agravado: "El primer tratamiento que se toma es el más válido porque es el que hace que se corte la sintomatología".
Un polen más alergénico
Las enfermedades alérgicas han aumentado de forma considerable en los últimos años. Para el año 2050, la Organización Mundial de la Salud (OMS) prevé que un 50% de la población mundial padecerá algún trastorno alérgico. Aunque es cierto que la genética juega un papel importante en estos pacientes, las condiciones climáticas actuales están detrás de la proliferación de especies productoras de polen.
El incremento de la temperatura, junto con el aumento de los niveles de dióxido de carbono, no sólo ha potenciado la producción de polen, sino que también ha provocado que se prolongue la temporada de exposición, haciendo que las estaciones alérgicas sean más largas e intensas. La contaminación atmosférica, además, altera la composición del polen, haciéndolo más alergénico.
Teniendo en cuenta que las medidas para frenar este problema van más allá de lo individual, "la única pelota que está en nuestro tejado", como dice Zapata, "es la de realizarse las pruebas lo antes posible" para conseguir un diagnóstico precoz con el que poder hacer frente a la enfermedad alérgica.