Por qué la vacuna de AstraZeneca no tiene por qué ser peor que las de Pfizer y Moderna
La eficacia del 70% que ha anunciado la compañía anglosueca de su vacuna es la media de dos posibles dosis; una de ellas tuvo una eficacia del 90%.
23 noviembre, 2020 17:09Noticias relacionadas
Según Pfizer, su prototipo de vacuna tiene una eficacia del 95% -primero fue del 90%, pero luego resultó que era mayor-, medio punto más que la de Moderna, el siguiente prototipo de vacuna en anunciar sus resultados. Este lunes la compañía AstraZeneca hacía lo propio y desvelaba en una nota de prensa sus resultados: sólo un 70% de eficacia.
Al contrario de lo que sucedió con las dos compañías estadounidenses, la anglosueca ha bajado su valor en bolsa desde el anuncio, a pesar de que un 70% de eficacia no es, en absoluto, una cifra menor. "Si llega a ser la primera nos hubiera parecido un muy buen dato, hubiera sido buena una eficacia de más del 50%", comenta a EL ESPAÑOL Felipe García, investigador del IDIBAPS y coordinador de uno de los prototipos de vacuna españoles más avanzados, Covarna.
Pero lo más importante es que los datos hechos públicos por AstraZeneca no significan que la vacuna tenga un 70% de eficacia, lo que alguien puede haber entendido en una primera lectura, sino que esa es la eficacia combinada de aplicar dos combinaciones de dosis distintas; mientras que una de ellas ha logrado una eficacia del 90%, otra la ha tenido del 62%.
"La menor eficacia que pueda tener esta vacuna se compensa por las mejores logísticas", explica a este diario Amós García, presidente de la Asociación Española de Vacunología, que hace referencia a la característica estrella de la vacuna de AstraZeneca -desarrollada por la Universidad de Oxford- frente al resto de candidatas de las que se ha hablado hasta ahora: que se puede conservar en una nevera normal, como las vacunas actuales.
La eficacia de AZD1222 -así se llama la vacuna por el momento-, como ocurrió en las vacunas de Pfizer y Moderna, no se refiere al porcentaje de personas protegidas, sino al porcentaje de infecciones que se han registrado en el grupo placebo, los que no recibieron vacuna.
Para los resultados que se han hecho públicos hoy -y que no tendrán validez real hasta que no estén avalados por su publicación en una revista científica-, la compañía ha analizado datos de dos ensayos clínicos en fase III, uno llevado a cabo en Brasil y otro en Reino Unido.
El punto de corte lo han fijado al llegar a 131 casos de Covid entre los voluntarios. No todos habían recibido en ese momento las dosis programadas; 2.741 recibieron media dosis de la vacuna, seguida de una dosis completa un mes después y 8.895 recibieron dos dosis completas también con un mes de diferencia, los dos esquemas de administración que estudian los investigadores.
La mayor eficacia, del 90%, se vio con la dosis más pequeña: la compuesta por media dosis en una primera inyección y una dosis completa en la segunda. Según explica García, esto podría explicarse por algo que preocupa sobre las vacunas con virus atenuados: que el sistema inmunológico actúe contra el vector -en este caso un adenovirus de chimpancé atenuado- e impida que la segunda dosis haga su efecto de refuerzo.
De hecho, entre los voluntarios que recibieron dos dosis completas se registró una protección menor, del 62%. Es decir, de las personas a las que se había inyectado este régimen de vacunación, el 62% de los afectados por Covid estuvo en el grupo placebo y el resto en el inmunizado.
La combinación de ambos grupos da lugar al 70% de eficacia global que se ha comunicado, que es suficiente para la empresa para pedir el uso como medicamento de emergencia a la Organización Mundial de la Salud (OMS) en países vías de desarrollo y para iniciar los trámites con las agencias reguladoras de todo el mundo.
A la vez, según explican, ya están enviando sus resultados a una revista revisada por pares, una publicación científica de referencia de la que pronto sabremos el nombre.
Según explica Felipe García, que una de las combinaciones de dosis de la vacuna no tenga una eficacia tan espectacular como las de Pfizer o Moderna tiene una ventaja: poder establecer los marcadores subrogados de respuesta. Es decir, que se pueda decir -cuando ya se hayan terminado los análisis que van más allá de la eficacia- qué número de anticuerpos es suficiente para proteger, lo que permitiría ensayar nuevas vacunas sin tener que hacer ensayos clínicos con muchísimos participantes.
Para Amós García "cualquier vacuna eficaz va a ayudar a manejar la pandemia" en una "campaña de vacunación todoterreno" como la que se iniciará -si todo va bien- a principios de año.
Así, la noticia anunciada hoy por AstraZeneca es para los expertos una buena nueva, que se suma a las de las otras dos compañías farmacéuticas y que tendrá probablemente nuevas compañeras en meses.