"Condenados de primera y de segunda" en los ERE: Barberá sigue en prisión con "un cáncer grave"
Entre los exonerados, los hay ya en tercer grado, otros que ni han entrado en prisión, como Griñán, y otros no amparados por el Constitucional a los que se les ha denegado la misma medida hasta en tres ocasiones con la misma enfermedad y peor pronóstico.
13 julio, 2024 02:40En el caso ERE también hay "socialistas condenados de primera y de segunda". Así al menos lo sienten allegados de los ex altos cargos que continúan en prisión, mientras que otros exdirigentes ya duermen en su casa, bien por la anulación de sus penas por el Tribunal Constitucional, por la suspensión o por la consecución de terceros grados... Cuando todos fueron condenados por la Audiencia y el Supremo por los mismos delitos.
Los socialistas de primera serían el expresidente José Antonio Griñán; su ex mano derecha y exconsejera de Hacienda, Carmen Martínez Aguayo; el exviceconsejero de Innovación Francisco Vallejo y el exdirector del IFA Miguel Ángel Serrano. Todos ellos disfrutan de su libertad.
El caso del también exconsejero de Empleo José Antonio Viera puede ubicarse entre primera y segunda. Ingresó en enero de 2023 en la penitenciaría de Huelva, su recurso al TC fue el primero que se abordó hace unas semanas y fue inadmitido. No obstante, su situación personal no ha cambiado. Está en libertad desde hace un año al acceder cinco meses después de ingresar al tercer grado por un cáncer de próstata contra el que sigue luchando.
Los de segunda serían el exconsejero de Empleo Antonio Fernández, el exviceconsejero de Empleo Jesús Rodríguez Román y el otro condenado que ocupó esta misma cartera desde 2004 a 2010, Agustín Barberá.
Los tres continúan en prisión por distintas circunstancias y este último, Barberá, es quien menos esperanzas alberga de salir. Fernández y Rodríguez, cuyas condenas también fueron anuladas parcialmente, están a la espera tras más de una semana de que la Audiencia reciba el fallo del Constitucional por correo certificado para que se pronuncie sobre sus excarcelaciones. Sus abogados lo consideran "un agravio" porque en otros casos se comunicó en la misma jornada y fueron puestos en la calle casi de inmediato.
Barberá, por su parte ayer viernes recibió una noticia demoledora: la Audiencia de Sevilla le ha desestimado su solicitud de libertad porque no interpuso un recurso de amparo a la corte de garantías, motivo por el que el tribunal considera la sentencia del Supremo es firme y que no se puede extender los efectos aplicados a los que sí recurrieron. "Es el propio penado el que consintió su actual situación", alega.
Quien no interpuso este recurso ante el Constitucional fue su anterior abogado, Pedro Apalategui. Este periódico ha intentado contactar sin éxito con él para conocer los motivos por los que no elevó tal recurso, estimados en su gran mayoría para el resto de los condenados.
Pero además, cuenta con otra derivada, sus graves problemas de salud. A sus 66 años, está enfermo desde hace una década.
Padece un tipo de cáncer denominado Tumor de Estroma Gastrointestinal (GIST) "muy grave y muy raro, que afecta a las partes blandas y es incurable", cuentan fuentes familiares. Padecerlo no le libró, como a José Antonio Griñán, quien no entró jamás en prisión, o al propio José Antonio Viera, quien alcanzó el tercer grado debido a otro cáncer de próstata. Barberá lleva en centro penitenciario Puerto III un año y cuatro meses, y le han denegado el tercer grado en tres ocasiones.
En la actualidad, su cáncer ha evolucionado al estadio IV y le afecta a un pulmón. La cuarta petición para poder salir, aunque tenga que volver a dormir, está en trámite por parte del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria de El Puerto de Santa María, según precisan las fuentes consultadas.
Por tanto, si hay un político condenado por los ERE cuya situación supone "un gran agravio comparativo" con respecto al trato penitenciario recibido, es Barberá.
Doble condena
La condena de Barberá está siendo doble, según fuentes familiares con las que ha conversado EL ESPAÑOL. Porque por un lado la sigue cumpliendo pese a estar enfermo de cáncer, y por otro, ve como otros compañeros igualmente condenados van a salir de prisión por el amparo del Constitucional, o salieron ya al concedérsele el tercer grado penitenciario por enfermedad o directamente no han llegado a ingresar, como Griñán, también por padecer un tumor.
Todos los meses, una vez al mes, Agustín Barberá sale del centro penitenciario "en un furgón y esposado para visitar a su oncóloga", en el Hospital Puerta del Mar, en Cádiz capital. "Pero en esas salidas médicas lo mismo llevan a cinco internos más, con lo que hay que esperar a que acaben todos para regresar. Unas seis horas. Una paliza, en su estado".
Como Griñán, este solicitó evitar su entrada en la cárcel apelando a su enfermedad. Si bien a Griñán se lo estimó la Audiencia Provincial de Sevilla tras valorar los informes médicos, "el perito forense que le asignó la Audiencia a Agustín dijo que podría recibir el tratamiento cumpliendo la condena. Lo que no se ha dicho es que ese perito forense que firmó que con un cáncer incurable de GIST se puede estar en la cárcel era psicólogo, no médico".
También como el expresidente andaluz, hace un año, pidió ser indultado en base a su estado de salud. "Es increíble que el Gobierno de Pedro Sánchez no haya movido un dedo para indultarlo, por razones de humanidad, y sí hablaran públicamente del posible indulto a Griñán, quien no ha entrado en prisión y cuyo cáncer de próstata, dicho desde el respeto, tiene un porcentaje alto de curación y sólo requirió de radioterapia".
Hace cinco años, fue operado en el Hospital Virgen del Rocío "y tal y como los cirujanos lo abrieron, lo cerraron. Es inoperable. Hoy lo tiene en estadio IV", precisan las mismas fuentes, reticentes a utilizar la palabra demoledora: terminal. Su estado actual es "malo.
Él no se queja, pero quienes le visitamos lo vemos. No le decimos nada. Pero al salir se nos cae el alma a los pies. Parece albino: el pelo blanco y muy, muy pálido. Antes de entrar, pues estaba cuidado, sobre todo con las comidas. En Puerto III no come bien. No es que la comida de la cárcel sea mala, pero es que tiene un cáncer gastrointestinal y no puede comer lo que le ponen".
La última petición de ese tercer grado, denegada, contaba con un informe del subdirector médico de Puerto III. "Decía que, en las circunstancias en las que se encuentra Agustín, no era conveniente que estuviera en el centro. Inexplicablemente, la Junta de Tratamiento se lo denegó por unanimidad. Es inaudito. No hay nadie que lea ese informe que no se lleve las manos a la cabeza. La directora luego explicó que no se le concedía porque no había empeorado su estado de salud. Por dios, que está en estadio IV. Si empeora es que sale con los pies por delante. Y si eso ocurre, habrá denuncias", advierten.
"Nosotros hemos dado botes en la cama pensando que Griñán no entraba por un cáncer de próstata y que puede hacer vida normal. Que vale, que es duro. Pero ¿cuánta gente muere de un infarto? Mucha. Nosotros lo que queremos es que Agustín tenga una calidad de vida que no tiene actualmente".
En este punto, la familia recuerda que Barberá se encuentra "en un centro penitenciario, Puerto III cuyo antiguo director está siendo investigado por conceder terceros grados a narcotraficantes. Allí era vox populi. Y la directora actual era entonces la subdirectora. La actitud que ha tomado ella es la de colaborar con la Policía. Pero ahora, allí, lo que se comenta es que de resultas de aquello no se conceden apenas permisos ni terceros grados".
-¿Por qué no solicitó el amparo, como los demás, al Tribunal Constitucional?
- En la familia lo hablamos mucho. No lo entendemos. A él lo llevaba Apalategui, un abogado de Málaga. Luego cambió de abogado. Ahora lo lleva el mismo de Antonio Fernández. El otro no fue ni a verlo. A la cárcel, nunca. Si conoce Puerto III, desde luego no es por haber visitado a Agustín.
Otras fuentes consultadas, pertenecientes a ex altos cargos socialistas de la Junta de aquella época, advierten que el recurso de amparo al Constitucional de Barberá "no se presentó en tiempo ni forma", y que por ello sus delitos, que son los mismos que los ya exonerados y los que están por exonerar, siguen vigentes.
Su nueva defensa rehúye opinar sobre esta cuestión en concreto, pero sí reconoce que "hay personas con el tercer grado y con la pena de prisión suspendida durmiendo casa por enfermedades de gravedad relativa". Y otra, como Barberá, con "un carcinoma gravísimo considerado incurable y allí continúa con un pronóstico de vida de cinco años diagnosticado hace seis".
En la citada prisión Barberá se encuentra como Antonio Fernández, en el módulo de estudios. "Está haciendo cursos de inglés, para ocupar su tiempo". ¿Y se entera de que están saliendo compañeros suyos de prisión? "Claro. Se alegra por sus compañeros, pero también se mira. Todas las noticias le son malas. Y por su situación no debe recibir disgustos, eso lo sabe cualquiera que haya estado cerca de alguien enfermo de cáncer".
Antonio Fernández está previsto que abandone la prisión en cuento la Audiencia Provincial de Sevilla reciba la notificación del Tribunal Constitucional. Barberá se quedará solo "y supondrá un nuevo mazazo". Las fuentes familiares consultadas subrayan que "una cosa es la causa judicial, pero otra, la penitenciaria. Y en la penitenciaria, Barberá está siendo el chivo expiatorio. ¿Por qué no le dan el tercer grado? Parece que es de segunda división".
-¿Le ha visitado algún antiguo compañero de partido?
- "Ni lo hemos visto ni coincidido, ni los lo ha contado. A Antonio Fernández sí han ido a visitarlo del partido gente de Sevilla".
Uno de los firmantes del indulto solicitado por Agustín Barberá hace un año subraya a este periódico que "no sé si habrá un agravio con los otros condenados. Yo creo que su abogado lo estará trabajando. Lo que no tiene sentido, tras desmoronarse el andamiaje de la sentencia de los ERE, es que continúe en la cárcel cuando tiene un cáncer incurable. Con él se ha cometido una injusticia que debe ser corregida de inmediato. Otra cosa sería ya ensañamiento. Porque como todos los demás, sus derechos fundamentales han sido vulnerados".
Los otros dos encarcelados
Llamativos son también los casos del propio Fernández y del exviceconsejero de Innovación Jesús María Rodríguez Román, que a día de hoy continúan en prisión por los motivos detallados.
Según han informado a este periódico fuentes de sus defensas "no se entiende la diligencia que ha habido en algunos casos y en otros no y el porqué no lo sabemos".
En el sentido de que hasta que no sea comunicado el fallo a la Audiencia, esta no se puede pronunciar sobre las excarcelaciones. Hasta este viernes, lo único que sabían es que el Tribunal Constitucional los había mandado por correo certificado, aunque el pasado martes ya fue formalmente notificada a las partes.
Diferente situación
En cualquier caso, el futuro inmediato de Antonio Fernández no está claro, ya que es el excargo socialista que peor parado sale. Aunque también fue amparado por la corte de garantías en cuanto a la vulneración del principio de legalidad penal en los delitos de prevaricación y malversación, en cambio, no apreció la vulneración de su presunción de inocencia.
Es decir, el Constitucional no salva la actuación de Fernández ni de Rodríguez Román en lo relativo a su intervención en las modificaciones presupuestarias del programa 22 E de los años 2000-2001 -anteriores a las leyes de presupuestos que modificaron el sistema de concesión de las ayudas para eludir los controles- ni en la concesión de ayudas sociolaborales incluidas en el programa 3.1 L que se desviaron de su fin público.
Por ello, ordenó la retroacción del procedimiento para que la Audiencia de Sevilla vuelva a pronunciarse sobre si, respecto a esos dos extremos, sus conductas constituyeron delitos de malversación y prevaricación. Además, Fernández tiene más cuentas pendientes con la justicia.
Sin embargo, el exviceconsejero de Innovación Jesús María Rodríguez Román en aquellos dos años no tenía ese cargo: era exviceconsejero de Justicia y de Administración Pública. De ahí que su defensa alegue que no tenía que estar al tanto de esas modificaciones presupuestarias.
El abogado de Fernández, Alfonso Martínez del Hoyo, cree que su representado sufre una "situación verdaderamente kafkiana y de discriminación", dados los días transcurridos sin que haya sido ordenada su excarcelación. A su juicio, su cliente "no debería permanecer privado de libertad ni un minuto más". Pero, por el momento, solo le queda contar las horas acompañado de Barberá.