Los verdes acantilados de Tapia de Casariego (Asturias) aún guardan los cañones construidos siglos atrás, con el objetivo de que los piratas no tocaran tierra y entraran en busca del oro del pueblo. Los corsarios, no obstante, desconocían dónde estaba el verdadero tesoro y posiblemente jamás lo hubieran descubierto. Quizás, ni siquiera los lugareños sabían dónde estaba uno de los mayores yacimientos de oro del Viejo Continente.
Se sabe desde hace dos siglos. Los romanos explotaron el yacimiento aurífero en superficie: ahí nacieron los lagos de Silva. Hace 60 años, alguien puso el ojo de nuevo en Tapia para ver si seguía guardando oro. Firmas privadas se interesaron por las tierras de Salave e hicieron mediciones para saber qué había: 490 sondeos y 71.803 metros han analizado entre todas las que soñaron con poder explotar la mina. El resultado: esta tierra guarda entre el 10% y el 15% de las reservas de oro del banco de España.
Sin embargo, ningún proyecto ha terminado de fraguar. Exploraciones Mineras del Cantábrico es quien tiene ahora los derechos de explotación y su proyecto está en la fase de trámite ambiental. Esperan rescatar en torno a 32.000 kilos de oro de los fondos de Salave. Esto equivaldría, aproximadamente, con un valor del oro de 50.000 euros, a 1.600 millones de euros. El precio fluctuará, pero la empresa estima que ganarán en torno al 10% si consigue explotar la mina.
Se estima en 140 millones de euros el beneficio para la empresa que lo explote. Todo dependerá de cuánto valga el oro cuando se extraiga. El coste también será elevado, aún a riesgo de que el precio del oro baje: 355 millones de euros en un principio, destinados 108,7 de ellos a la explotación y 94,7 a la planta. Luego, habrá más
José Manuel Domínguez, director general de EMC, distribuye los costes en tres ámbitos: personal (35%), servicios y energías (37%) y tratamiento externo (28%).
"Más de 150 millones van dirigidos a la remuneración del personal propio con salarios medios de más de 35.000 euros anuales", apunta. Este es el gran argumento a favor de la mina en Tapia: estos recursos irán destinados a financiar un capital humano de "más de 150 personas, que en gran parte serán de la zona o se localizarán en ella".
Además, estiman desde Exploraciones Mineras del Cantábrico que se crearán entre 800 y 1.000 puestos de trabajo indirectos en la zona. La explotación durará 16 años. La pregunta que se hacen en la localidad es clara: ¿y luego? ¿Qué impacto medioambiental tendrán esas dos décadas en el futuro de un pueblo que pierde habitantes cada año, donde la ganadería, la agricultura, la industria papelera y el turismo de verano son los motores económicos?
El proyecto
Hasta el momento, los proyectos que se han presentado para su explotación han recibido informes desfavorables. Desde 1960, han realizado exploraciones en este lugar las siguientes compañías: Exminsa, Northgate, Río Tinto, Gold Fields, Anglo, Oromet, Newmont, Lyndex, Río Narcea, Astur y EMC.
Fue Río Narcea la que presentó el primer proyecto minero. Sin embargo, lo rechazó Vicente Álvarez Areces por incumplir el Plan de Ordenación del Litoral Asturiano por ser una propuesta a cielo abierto.
Exploraciones Mineras del Cantábrico tiene los derechos desde 2018 y ha renovado el proyecto. Se llevará a cabo de la manera "más sostenible posible", dicen voces de la empresa.
La zona tiene permisos como explotación minera. Sin embargo, el PGOU aprobado por el Ayuntamiento a posteriori no lo contempla actualmente. Eso sí, permite una modificación puntual del suelo si hay una declaración de impacto ambiental positiva. Modificarlo será el último paso de una empresa que antes debe conseguir el visto bueno de la Comisión para Asuntos Medio Ambientales del Principado de Asturias.
Este organismo, a su vez, basará su decisión en los informes de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. Los informes de anteriores proyectos fueron desfavorables, pero la empresa confía ahora en su nuevo proyecto para poder seguir adelante. "O lo aprueban esta vez o tendrán que revocar los permisos de explotación minera e indemnizar a la empresa. No hay forma más limpia de hacerlo, el riesgo cero no se puede garantizar en nadaa", apuntan quienes conocen el proyecto.
Datos del proyecto.
Pérdidas y ganancias. Qué duda cabe que la apuesta por este proyecto es grande. El precio del oro aumenta en los últimos tiempos y tiene visos de seguir al alza. Sin embargo, ¿qué ocurre si baja? Ninguna apuesta tiene riesgo cero.
Fue en 2018 cuando Exploraciones Mineras del Cantábrico compró los derechos de explotación del yacimiento de Salave.
Los gastos de funcionamiento totales son 355 millones de euros. 108,7 irán destinados a la explotación. 94,7 millones de euros irán destinados a la creación de una planta.
El proyecto trata de hacer una explotación minera subterránea, a unos 30 metros de profundidad en adelante, en el lugar donde se encuentran las antiguas minas romanas de Salave. Esto impediría, según el papel, que se causara daño alguno al medioambiente en el lugar. Ninguna apuesta tiene riesgo cero.
Hasta el lugar se accedería desde el otro lado de la carretera, con unas excavaciones a la profundidad mencionada. Por ahí entrarían los camiones que sacarían la tierra necesaria.
Según José Manuel Domínguez, el 25% del beneficio neto de la actividad irá destinado a impuestos: "100 millones de euros". Este montante se alcanzaría durante los 15 años de operación y restauración.
La inversión prevista para el primer año y medio de construcción de la infraestructura es de 103 millones de euros. Luego, la mina será explotada durante 13 años. Los dos últimos años de actividad se utilizarán para rellenar el hueco.
Los expertos aseguran a EL ESPAÑOL que es imposible la caída del terreno. "Es como en Madrid, que debajo está el metro", apuntan.
El pueblo
Tapia de Casariego es un pueblo pequeño. Aquí se conocen todos. No pertenece a la España Vaciada, pero sufre una sangría poblacional desde hace décadas. Apenas 3.671 personas residían en el lugar en 2022, según los datos del INE. Para hacernos una idea de la población adulta e infantil con la que cuenta el lugar, en las últimas elecciones municipales tenían derecho a voto 3.178 personas.
Cuando uno pasea por las calles de Tapia puede ver que el pueblo no es de los que menos vida tiene en España. "Eso es porque has venido en junio", dice una vecina. "El resto del año no hay nada aquí, y menos para los niños pequeños. Tienes que irte a los pueblos de al lado".
En esta época del año, Tapia tiene mucha luz y color. Los días más largos, el sol no se pone hasta pasadas las 22 horas, algo a lo que no acostumbran todos. Los acantilados, sus playas y el paseo marítimo dejan un paisaje de postal que muchos turistas valoran.
Sin embargo, los vecinos más críticos se quejan de que aquí el turismo no existe. "Aquí lo que hay son veraneantes. ¿Cuántos hoteles hay abiertos y cuántos están cerrados? Sólo hay dos, donde tú te alojas y otro", explica.
En un paseo por aquí se pueden ver varios negocios hoteleros y hosteleros vacíos. La situación, no obstante, no es que sea trágica para el empleo en la zona. Muchos trabajan en la papelera del pueblo de al lado. Otros lo hacen en poblaciones cercanas. "Pero si trabajas en otro sitio, tienes que llevar a tus hijos a las extraescolares a otro sitio, tienes que ir al zapatero a otro sitio... Te acabas yendo al otro sitio", dice la misma vecina.
Desde que el sector privado se interesó por este proyecto minero, los vecinos viven en una especie de 'guerra'. El yacimiento aurífero de Salave es el centro de una cuerda de la que tiran los Oro No y los Oro sí. Solo un ejemplo, a la entrada de los yacimientos de Salave hay dos casas: en una están a favor de la mina, en la otra un grafiti expone: Oro No.
En las últimas elecciones municipales, el oro jugó un papel fundamental, dicen los promina. De ahí que los resultados fueran favorables al PP, que no se mojó y simplemente apuntó que respetaría la opinión de quienes debían hablar sobre el proyecto.
El PSOE perdió la partida. Según los promina, porque basó su campaña en el Oro no. Según quienes no quieren la mina, por "otras cuestiones que no vienen al caso". El Partido Popular logró 7 concejales, por los 4 del PSOE.
Lo cierto es que el pueblo reflejó un sentir similar a la hora de votar en las autonómicas y las municipales. Y es que si uno pregunta en el pueblo, no saca nada en claro. Los favorables a la mina dicen que son mayoría. Los que no quieren la mina dicen lo mismo.
[Resultado de las elecciones municipales y autonómicas: Tapia de Casariego]
El problema del agua.
El bombeo de las aguas subterráneas. La Confederación Hidrográfica del Cantábrico ha emitido informes desfavorables de anteriores proyectos. Explicaron que habría "un riesgo de impacto sobre la calidad del dominio público hidráulico debido a la importante extracción de recursos acuáticos subterráneos, que supone la desecación de la zona para explotación minera hasta el nivel de -299 metros de profundidad sobre el nivel del mar, frente a un nivel actual de mas de 30 metros sobre el mar".
Quienes trabajan en el proyecto apuntan en una visita a la zona que el problema del agua no es tal con el nuevo proyecto. Ellos creen que ahora el agua se puede bombear sin temor. Los ríos cercanos no tendrían caudal para acoger todo el agua subterránea extraída. De ahí que ahora la empresa haya creado un sistema para enviar todo el agua bombeada al mar, lo que implicará otros problemas.
En contra
El primero en pronunciarse contra el proyecto es Fructuoso Pontigo, de la Coordinadora de Ecologistas de Asturias. Señala que la mina es "un pufo". Va contra el argumento principal para la explotación de la mina: genera riqueza. "No lo hace", dice Fructuoso. Sin una hipoteca eterna y la zona no tiene necesidad, porque aquí hay casi pleno empleo".
Otro de los argumentos que refuta es que no se vaya a contaminar. "Antes querían lanzar el agua a los ríos y ahora al mar. Todavía va a ser peor. Es un disparate. Sabemos de sobra cómo es esto".
En el pueblo los hay a favor y en contra. Son pocos los que hablan a favor. Daniel Cando, presidente de Oro No, asociación de vecinos creada en 2005, apunta que en el pueblo la mayoría está contra la mina. "No estamos subvencionados por nadie. Hay otra asociación que están subvencionados. Nos fastidia bastante que nos pongan en el mismo status. Somos serios y esta gente no". No dice el nombre.
Cando apunta que con la explotación de la mina se pierde el sendero E-9, que pasa por encima de los lagos heredados de la época romana. Además, apunta que ya hay problemas con la empresa.
"Hace más de un año, con la excusa de eliminar especies invasoras, dijeron que iban a limpiar la zona y cortaron todo. Fue una especie de puñetazo en la mesa. Hace una semana pusieron una multa a la empresa subcontratada de 300 euros", señala Cando.
Exploraciones Mineras del Cantábrico lo niega. Asegura que la poda fue correcta, pero que la multa no se reclamó por no entrar en polémicas mayores. La subcontratación se realizó a una empresa de la zona que no quería verse envuelta en más publicidad de este tipo, ni que se le relacionara con la mina.
¿Cuáles son los argumentos por los que se oponen los vecinos? "Nos oponemos por muchos motivos", comienza a explicar Cando. "Uno de ellos es el recurrido argumento del empleo. Se crearía muy poco empleo. Unos 14 empleos y todo lo demás son subcontratas".
Asimismo, piensa Cando que los trabajos serán durante la "construcción de la mina y luego todo será automatizado. Esta mina tiene una vida útil de 10 o 12 años. A cambio de unos cuantos empleos, ponemos en riesgo el trabajo de quienes se dedican al turismo, de los pescadores y de los ganaderos".
Apunta Cando que "no hay ninguna minería de oro que sea sostenible". Incluso, "hay otros factores adicionales". El Principado de Asturias, una vez que se implantan, dejará de controlarles. Ya os decimos que no pasará nada. El proyecto lo soporta todo".
Un ejemplo al que miran todos es a Belmonte. Allí la minería de oro está instaurada y cada uno se queda con lo que quiere. Cando, por ejemplo, ensalza: "Acumulan cientos de sanciones".
La lucha de Cando y Oro No tiene varias patas. Lo lleva con resignación y trata de conseguir la concienciación social. Los argumentos contrarios que expone no los apunta él, "pagamos a una ingeniería para que lo analizase. Digerimos esa info y se la dimos a la gente".
La otra pata de lucha es la legal. Les ayudan a reclamar todo lo que se hace mal. Están convencidos de que el proyecto minero "no cumple con la normativa". Por último, apunta, la mediática y social, donde tienen que ayudarse de las redes sociales.
No cree que la mina no tenga impacto. "Eso sería carísimo y ellos pretenden ganar dinero", afirma Cando, que recuerda que para conseguir el oro "hay que mover toneladas de tierra".
Y es que aquí no hay pepitas de oro. Para obtener el oro habrá que realizar un concentrado a través del que se obtendría el mineral más puro. "Hay mucha química y productos nocivos en el proceso", apunta. Además, piensa que una vez entran estas empresas, luego "ampliarán".
Ejemplo: Belmonte
IDOA (Asociación por la Reindustrialización del Occidente de Asturias) es la asociación promina de oro en Tapia de Casariego. Su presidenta y portavoz, Mada Gómez, asegura que en el pueblo hay más promina que antimina de oro. "El pueblo necesita la mina y los empleos. No tenemos ni actividades extraescolares para los niños, quedan pocas cofradías de pescadores, la ganadería también desciende y todos los años perdemos población", apunta.
La mina de oro, para ella, es la única esperanza de reindustrializar el pueblo y devolverle un poco de vida. Gómez explica que no ve inconveniente a que se instale la mina.
De hecho, su asociación ha realizado esta misma semana un vídeo en Belmonte, donde hablando con los vecinos cuentan las bondades de la mina de oro que se explota allí.
En Salave, el proyecto aún tiene muchos procesos administrativos por delante. El objetivo es que los trabajos comiencen en 2026 y 2027.