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Kim Yo-jong fue una niña feliz durante los años que estuvo alojada en un discreto apartamento en Berna junto a su hermano, Kim Jong-un. Allí estudió en la escuela pública suiza de Liebefeld-Steinhölzli como una niña más que asistía a clases de ballet cuando acababa la jornada escolar y vivió bajo el seudónimo de Pak Mi-hyang.
Nadie podía pensar entonces que su tímido hermano se convertiría en una de las grandes amenazas mundiales (y nucleares) y que ella sería su máximo apoyo.
Kim Yo Jong as a girl: this is the earliest photo we have of North Korean leader Kim Jong Un's sister, taken while she was at school in Switzerland. pic.twitter.com/LrDFgGBzdt
— Anna Fifield (@annafifield) February 8, 2018
Dicen que era la preferida del gran dictador norcoreano, Kim Jong-il. Que la llamaba "dulce Yo-jong" o "princesa Yo-jong" y que su hermano siempre tuvo predilección por ella. Sin embargo, los que ahora lidian con la mujer más influyente en el régimen de Pyongyang aseguran que sigue manteniendo la dulzura en el rostro, pero guarda toda la fuerza para disparar sus palabras y amenazas con una disciplina férrea. Lo último de su política de hierro se ha visto esta semana al oírla hablando de Corea del Sur, a la que ha amenazado con "aniquilarla" con "su fuerza nuclear" si atacan algún objetivo en tierra norcoreana.
La tierna relación entre el sangriento dictador y su hija la conoce bien el chef japonés Kenji Fujimoto, que trabajó durante años con la familia Kim hasta que pudo huir de Corea del Norte en el año 2001. La "princesa" contó en todo momento con la protección del dictador que la mantuvo en un perfil bajo, sin apariciones públicas ni desgaste hasta 2010, cuando se vio su rostro por primera vez en un congreso del Partido de los Trabajadores junto al gran líder. Fue una decisión calculada en un escenario único. Kim Jong-il quería que su "princesa" fuera presentada en sociedad y empezara a convertirse en reina.
Ya en 2002, el propio dictador norcoreano aseguró a interlocutores extranjeros que su pequeña estaba muy interesada en la política y que quería hacer carrera en su país, según el blog North Korea Leadership Watch.
A la muerte de su padre
Sin embargo, no fue hasta la muerte del gran dictador, en diciembre de 2011, cuando su rostro apareció en todos los medios internacionales, con el revuelo que supone ver noticias de un miembro nuevo de la familia Kim. Era la única mujer, en mitad del sepelio, llorando detrás del sucesor, Kim Jong-un.
El político y militar ruso Konstantin Pulikovsky, que visitó Corea del Norte en varias ocasiones por su cargo, aseguró un año después, en 2012, en una radio japonesa, que Kim Yo-jong había sido descrita entre los dirigentes como "ingeniosa y con buenas habilidades de liderazgo".
Su madre, la bailarina de origen japonés Ko Yong-hui, había fallecido siete años antes de un cáncer de mama, pero sólo las exequias de su padre sacaron a la joven Yo-jong de un anonimato público y político, para convertirla en la susurradora más influyente en las decisiones en Pyongyang. Dicen que en ese año, de 2010 a 2011, fue la persona que ayudó a su hermano a construir su imagen, -incluido su peinado-, como líder y como heredero, mostrando que un joven de 27 años era capaz de continuar con el régimen de su padre y de su abuelo.
Como todo lo que rodea a Corea del Norte, hay pocos datos registrados que se puedan dar por ciertos sin ninguna duda. Los servicios secretos internacionales ni siquiera se ponen de acuerdo sobre la fecha de su nacimiento. La base de datos de funcionarios norcoreanos del Ministerio de Unificación de Corea del Sur la menciona como nacida en 1988 en Pyongyang; pero según el Departamento del Tesoro de EEUU, la princesa habría nacido el 26 de septiembre de 1989. Por su parte, la inteligencia surcoreana asegura que fue dos años antes, en 1987. Así que, la hermanísima de Kim Jong-un tendría ahora entre 32 y 34 años.
Tiene entre 32 y 34 años. Los servicios secretos no se ponen de acuerdo ni siquiera sobre la fecha de su nacimiento
Los informes aseguran que volvió a Corea del Norte al mismo tiempo que su hermano, entre 2000 o 2001, para estudiar en la Universidad Kim Il-sung de Pyongyang. Aunque no se ha hecho público cuál fue su formación, todos dan por hecho que se preparó para el papel que su padre le tenía reservado dentro del régimen.
Algunos analistas la sitúan no sólo como la mano derecha de su hermano, y la mujer que más alto ha llegado a la cúpula norcoreana, sino también como la posible sucesora del propio Kim Jong-un, si este falleciera. De hecho, todo Occidente volvió su mirada hacia el rostro de la "dulce Yo-jong" en 2021, cuando se dispararon los rumores sobre la posible enfermedad del dictador tras una operación cardíaca.
Hasta ese año, nadie con nombre y apellidos que no fuera el mismo Kim Jong-un se había atrevido a firmar una declaración pública internacional en nombre de Corea del Norte. Sin embargo, desde esa fecha, Yo-jong firmó declaraciones oficiales contra EEUU y su petición de desnuclearización o, meses después, calificó el plan de Biden para la paz como "hipócrita" y esta pasada semana ha amenazado directamente al ministro de Defensa de Corea del Sur advirtiéndole de que si quieren guerra, la tendrán.
¿La sucesora?
Respecto a su liderazgo oficial, muchos destacan que la princesa cuenta con el requisito imprescindible de ser miembro del linaje de sangre del Monte Paektu, una montaña sagrada para las dos Coreas. Es decir, es descendiente directa del fundador de Corea del Norte, Kim Il Sung.
En 2013 la cúpula norcoreana se aseguró de que el país estuviera en manos de los Kim sí o sí al aprobar la cláusula número 2 en el artículo 10 de los "Diez principios editados para el Establecimiento de un Sistema Ideológico Monolítico" donde se establece que el partido y la revolución, es decir, el Gobierno y el país, deben estar "eternamente" en manos del linaje Paektu.
Sin embargo, para muchos, como para el profesor de la Universidad de Corea en Seúl Lim Jae-cheon, experto en la dinastía Kim, la princesa no podría llegar a ser reina porque "es una mujer" y la fuerte tradición confucionista del país, que relega a la mujer al papel de madre y esposa en una sociedad totalmente patriarcal, lo hace todavía más improbable.
Lo mismo piensa la excorresponsal de The Washington Post en Asia Anna Fifield, que ha publicado este año el libro El gran sucesor (Ed. Capitán Swing) sobre la figura de Kim Jong-un: "No creo que su hermana pueda tomar el poder, no solo porque es joven, sino porque es una mujer y eso crearía mucha confusión en Corea del Norte. Pienso que la vieja guardia no la aceptará, pero no hay nadie más", ha asegurado en varias entrevistas.
Entonces, si no es líder, ¿qué le queda ser a Yo-jong? "La máxima influencia", reconoce el profesor Lim. Y muchos analistas señalan justo el espejo en el que podría estar mirándose dentro de su familia para hacerse con una gran carrera en Corea del Norte: su tía Kim Kyong-hui, la hermana de su padre, que llegó a ser, en 2010, general del Ejército Popular al mismo tiempo que su propio sobrino, hoy el dictador Kim Jong-un.
Kyong-hui fue amiga, consejera y uno de los mayores apoyos de su hermano Kim Jong-il. Se convirtió en la segunda mujer en ser miembro de la Agencia Política, la organización central del partido; también ocupó un asiento en la Secretaría del Partido; en el Comité Central del Partido de los Trabajadores y en la dirección del Departamento de Industria Ligera. Fue diputada para la Asamblea Suprema del Pueblo y la figura principal de la Organización y el Departamento de Dirección del Partido del Trabajo de Corea.
Eso sí, nunca estuvo en las quinielas para suceder a su hermano Kim Jong-il ni siquiera cuando estaba enfermo o mayor. El cargo sólo osciló entre el propio Jong-un y sus hermanos: su hermanastro Kim Jong-nam, considerado el favorito durante muchos años pero que fue asesinado en 2017, en el aeropuerto de Kuala Lumpur, tras salir del país con un pasaporte falso; y Kim Jong-chui, también mayor que el dictador pero que se ha integrado en el anonimato de los Kim y ocupando cargos diversos en la administración del país.
Resucitada en un concierto
Kim Kyong-hui, la tía de Jong-un y Yo-jong, ha sido una de las mujeres que más han influido en el régimen de Pyongyang, pero también quien ha sufrido en sus carnes las intrigas y depuraciones. Su marido, Jang Song Thaek, fue ejecutado en 2013 acusado de corrupción y delitos con otras mujeres. Entonces se temió por la vida de Kyong-hui, pero su sobrino la perdonó y volvió a aparecer en actos públicos. Analistas surcoreanos aseguraban entonces que ya estaba separada de su esposo dos años antes de la purga y que eso la pudo salvar.
Pero a partir de ahí, nada fue igual para ella. Se dijo que la tía del dictador estaba enferma por alcoholismo. También se dijo que habría sufrido un infarto, que había sido operada de un tumor y estaba en estado vegetativo; que había sido envenenada por su sobrino y hasta que se habría suicidado tras la ejecución de su marido (su única hija se quitó la vida en París en 2006 por las presiones de la familia contra su novio francés y la orden de volver a Pyongyang).
Lo cierto es que tras años sin verse ni una sola fotografía de la influyente tía, el pasado enero de 2020, Kim Kyong-hui sorprendía a todos apareciendo en unas imágenes que los medios norcoreanos hicieron públicas por el concierto de año nuevo lunar. La tía aparecía sentada cerca de Kim Jong-un y junto a su hermana, la "dulce Yo-jong", con buen aspecto, vivita y coleando.
Corea del Sur y EEUU
Sin embargo, la carrera de Yo-jong parece todavía más prometedora que la de su tía paterna, lo que ha abierto ciertas esperanzas en quienes creen que una mujer podría hacerse con el poder en Corea del Norte antes de lo esperado.
La hermana pequeña del gran líder ocupa desde muy joven cargos en el Partido de los Trabajadores. En 2007, formó parte del cuadro juvenil de esta organización y a partir de ahí sus logros han sido lentos pero seguros. De hecho, 14 años después, el pasado 29 de septiembre de 2021, era elegida miembro de la Comisión de Asuntos Estatales, el máximo órgano de gobierno del país, lo que significa, de facto, que se ha convertido en la número dos al mando de Corea del Norte.
Según fuentes surcoreanas, la princesa incluso se habría sentado ya en el trono de la dinastía Kim al menos dos veces en su vida: en 2014, cuando su hermano presuntamente tuvo una crisis de gota, y la segunda, en abril de 2021, cuando los medios occidentales aseguraron que el líder norcoreano se habría sometido a una operación quirúrgica.
Nada se sabe oficialmente. Ni siquiera que ella haya ocupado el asiento de Kim Jong-un ni por un segundo. Pero lo que sí está constatado es que la sombra de Yo-Jong ha ido creciendo mucho y es tan alargada que ya se siente fuerte y capaz de hablar en nombre de todo el país.
El primer salto político importante de Yo-jong fue cuando asumió un puesto oficial en el Gobierno de Corea del Norte, en 2014, como vicedirectora de Departamento de Propaganda en el Comité Central del partido. Cargo en el que, curiosamente, reemplazó a su tía paterna, Kim Kyong-hui.
EEUU la condenó por "abuso de derechos humanos" y censura para ocultar conductas opresivas por las purgas
Este puesto la llevó a la lista negra de EEUU, que la condenó por "abuso de los derechos humanos" y censura para ocultar "las conductas inhumanas y opresivas" ante las purgas y desapariciones de altos dirigentes que se han denunciado fuera de Corea del Norte.
Los servicios secretos surcoreanos aseguran que es dada a "abusar de su poder" en los castigos a sus colaboradores y su hermano la apartó durante un tiempo de la escena pública (mínimamente, teniendo en cuenta el control de la información que ejerce Pyongyang) para rebajar la atención que se ponía sobre ella.
Sin embargo, su retirada no duró mucho y el gran cambio internacionalmente mediático se produjo en 2018 cuando viajó a Corea del Sur con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno que se celebraron ese año en la provincia de PyeongChang. La princesa se convirtió en la primera Kim en pisar suelo surcoreano desde el final de la guerra entre las dos Coreas, en 1953.
Su presencia se entendió como el más alto nivel de representación de Corea del Norte y la que desde entonces empezaron a llamar "la primera hermana" pudo sentarse justo detrás del exvicepresidente de EEUU, Mike Pence, que acudía en representación de su país, durante la ceremonia de apertura.
Muchos vieron una rendija de aperturismo para el régimen, pero sobre todo fue una constatación de lo que ya era una teoría formal en todos los mentideros políticos: que Kim Yo-jong tenía mucho que decir en la cúpula norcoreana y en las decisiones más duras de su propio hermano.
Por eso, no pasó desapercibido su papel en las reuniones históricas que el expresidente de EEUU, Donald Trump, mantuvo con su hermano Kim Jong-un en Singapur (2018), en Vietnam (2019) y en la frontera intercoreana (2019). En los tres encuentros, fue la dulce Yo-jong la que estuvo cerca del dictador de Corea del Norte, la que le llevaba los papeles, ejerciendo de vicepresidenta, y la que aparecía como la escudera de suave sonrisa y mano de hierro. Incluso algunas fuentes estadounidenses destacaron entonces cómo se la vio escondida entre los arbustos mientras Trump y Kim Jong-un paseaban durante una charla informal.
Mientras el dictador norcoreano sonreía, era Kim Yo-jong la que denunciaba las sanciones y presionaba a EEUU para que aliviara un poco la situación de su país ante los asesores de Trump. Y de hecho fue ella quien, meses después, en el año 2020, descartaba una nueva cumbre para seguir negociando "a menos que haya un cambio decisivo de Estados Unidos en la confrontación profunda entre los dos países".
Esta semana, ha sido la dulce hermana del dictador la que ha amenazado a Corea del Sur con un ataque nuclear si se atrevieran a ir contra Pyongyang. Kim Yo-jong ha afeado al Ministerio de Defensa surcoreano, Suh Wook, el "error irremediable" de hablar "de ataque preventivo", calificándoles de "enemigos".
Concretamente Suh aseguró públicamente que las Fuerzas Armadas de Seúl tenían capacidad para atacar "con precisión y rapidez" el punto de origen de los lanzamientos de misiles de Corea del Norte, así como sus puestos de mando, en cuanto hubiera indicios claros de una amenaza a Corea del Sur.
La respuesta de Yo-jong deja clara que, pese a los esfuerzos, la tensión en la zona entre ambas Coreas sigue estando presente y que los Kim no están dispuestos a parecer débiles en ningún momento y menos, la dulce hermana. "En caso de que Corea del Sur opte por la confrontación militar con nosotros, nuestra fuerza de combate nuclear tendrá que cumplir inevitablemente con su deber", ha sentenciado.
¿Casada y con un hijo?
Si bien poco se sabe del alcance real que pueden tener sus palabras, las informaciones sobre su vida privada son todavía más vagas. Algunos informes de la agencia de noticias surcoreana Yonhap aseguraron hace siete años que se había casado con el segundo hijo de uno de los miembros del Gobierno norcoreano más importante: Choe Ryong-hae. Choe es un político con mucho poder dentro del Partido de los Trabajadores y un colaborador clave de Kim Jong-un en la cúpula norcoreana.
Further to the Kim Yo Jong pregnancy rumors, look at how her jacket is sticking out under the button here pic.twitter.com/W7bWsNSeTi
— Anna Fifield (@annafifield) March 5, 2018
Además, en el año 2015, algunos reportes de inteligencia aseguraron que Yo-jong estaba embarazada y que habría tenido un niño. Se ha especulado con alguna fotografía en la que se le vería cierta barriguita, igual que una imagen con alianza suya sirvió para ratificar su estado civil. Pero nada está comprobado al 100%.
Eso sí, si en realidad la princesa ha emparentado con los Choe, tiene algún pasito más ganado si en algún momento quiere colocarse la corona de reina, puesto que su suegro sería parte de esa vieja guardia que tendría que verla con ojos de heredera, incluso siendo mujer.