Israel lanzó tres misiles al convoy de WCK al sospechar que un agente de Hamás estaba infiltrado
El medio israelí Haaretz informa que, después del primer impacto de un misil, los pasajeros trataron de refugiarse en otros dos vehículos que también fueron atacados.
3 abril, 2024 02:39El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, admitió este martes que su Ejército mató de forma "no intencionada" a los siete trabajadores humanitarios de la ONG fundada por el chef español José Andrés que fallecieron en la madrugada del lunes en un ataque en la Franja de Gaza. El mandatario también calificó lo ocurrido de "trágico" e "involuntario" y aseguró que el incidente será investigado de forma exhaustiva.
Según informó el medio israelí Haaretz, el convoy fue atacado por la sospecha de que un agente armado de Hamás se había unido a los voluntarios extranjeros, aunque permaneció en el almacén desde donde empezaba el viaje. Citando a fuentes de seguridad conocedoras de los detalles, el diario indicó que los disparos fueron efectuados desde un vehículo aéreo no tripulado Hermes 450.
La decisión, señaló Haaretz, fue tomada por una unidad que vigilaba la ruta de transporte de ayuda después de que las tropas detectaran previamente la figura de una persona armada en un camión que entraba en una zona de almacenamiento de ayuda con los tres coches de WCK. El ataque se produjo después de que los tres vehículos abandonaran el almacén, dejando atrás al camión y a la figura armada.
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Después de que un misil alcanzara un primer coche, las personas que se encontraban en su interior evacuaron el vehículo y se refugiaron en los otros dos coches. Inmediatamente a la evacuación del primer coche, otro misil alcanzó a un segundo vehículo y, cuando el tercer coche acudía a socorrer a los heridos, impactó un tercer misil. Todos ellos tenían marcado claramente en el techo que pertenecían a la ONG World Central Kitchen.
Las siete personas que se encontraban en los vehículos murieron. Entre los trabajadores de la ONG fallecidos durante el ataque se encontraban ciudadanos de cinco nacionalidades diferentes: británica, polaca, australiana, palestina y un ciudadano con doble nacionalidad estadounidense-canadiense.
La organización fundada por José Andrés en 2010 tras el terremoto de Haití afirma que avisó al ejército israelí de sus movimientos y que su convoy fue atacado cuando salía de su almacén de Deir al-Balah tras descargar más de 100 toneladas de ayuda alimentaria humanitaria llevada a Gaza por mar.
"Esto no es sólo un ataque contra la WCK, es un ataque contra las organizaciones humanitarias que aparecen en las situaciones más terribles, en las que los alimentos se utilizan como arma de guerra", declaró Erin Gore, directora ejecutiva de World Central Kitchen. "Esto es imperdonable".
“Esto ocurre en la guerra”
El ejército israelí (FDI) expresó su “sincero pesar” y prometió iniciar una investigación independiente sobre el incidente, que suscitó una condena generalizada en todo el mundo y aumentó la presión para que se adoptaran medidas que aliviaran la grave crisis humanitaria en Gaza. "Esto ocurre en la guerra. Estamos llevando a cabo una investigación exhaustiva y estamos en contacto con los gobiernos. Haremos todo lo posible para evitar que se repita", afirmó Netanyahu.
Desde el inicio de la contienda tras el ataque terrorista de Hamás del 7 de octubre, Naciones Unidas y numerosos grupos humanitarios acusan a Israel de obstaculizar la distribución de la ayuda humanitaria en la Franja con trabas burocráticas y de no garantizar la seguridad de los convoyes de alimentos. El 29 de febrero, 100 personas murieron mientras esperaban una entrega de ayuda.
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Un informe publicado por Refugees International en marzo señaló que las tácticas de bloqueo han sido continuadas durante los combates y “Gaza se ha quedado sin acceso a suministros esenciales como alimentos, agua, combustible y artículos de primera necesidad para sus 2,2 millones de habitantes”. Según los cálculos de esta organización, de una media diaria de 500 camiones, tanto de ayuda como comerciales, que entraban en el enclave antes de la guerra, ahora las cifras oscilan entre 50 y 100 al día, “lo que supone una pérdida masiva de capacidad y ni de lejos se acerca a lo necesario para salvar vidas”.
Israel, sin embargo, niega frontalmente estas acusaciones y afirma que el problema se debe a la incapacidad de los grupos de ayuda internacional para hacerla llegar a quienes la necesitan. En respuesta a una petición de la Corte Internacional de Justicia para tomar medidas para garantizar el suministro de alimentos básicos en Gaza, varios funcionarios israelíes acusaron a Naciones Unidas y a otros organismos internacionales de “fracaso” por los problemas para hacer llegar la ayuda a la población hambrienta del enclave, afirmando que carecen de capacidad logística para realizar su trabajo.
Una condena generalizada
El ataque contra el convoy de WCK ha generado una condena generalizada en la sociedad internacional. El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, declaró que Washington ha instado a su aliado a llevar a cabo "una investigación rápida, exhaustiva e imparcial para comprender exactamente lo ocurrido". También solicitó la protección de todo los trabajadores humanitarios en la región.
"Estas personas son héroes, corren hacia el fuego, no huyen de él", señaló refiriéndose a los siete trabajadores de ONG. "No deberíamos tener una situación en la que personas que simplemente intentan ayudar a sus semejantes corran ellas mismas un grave riesgo. Nada puede justificar semejante tragedia".
El ministro de Asuntos Exteriores británico, David Cameron, indicó en la red social X que la muerte de los trabajadores humanitarios era "completamente inaceptable" y que Israel debía hacer "cambios importantes para garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios sobre el terreno".
Por su parte, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, solicitó este martes a Israel que "aclare las circunstancias del brutal ataque" en Gaza. "Expreso mi más profundo pesar por la muerte de los voluntarios de World Central Kitchen", declaró el mandatario en Amán tras visitar un campo de refugiados.