Zijin, la gran minera china que pelea contra el Clan del Golfo por conseguir el oro colombiano
A los enfrentamientos con el narco se suman los problemas fiscales y medioambientales de la empresa, cuyas operaciones en Sudamérica siguen siendo polémicas.
12 agosto, 2023 02:47Los tentáculos de China se extienden por Sudamérica a través de empresas estatales. En el sector minero, las corporaciones públicas actúan de brazos ejecutores de la estrategia económica exterior de Pekín. Un nombre que ocupa los rotativos de países como Argentina y Colombia en los últimos años es Zijin. La multinacional, que ha traído empleo a comunidades remotas del continente, también deja a su paso destrozos medioambientales y graves casos de evasión de las normativas nacionales.
Por ahora, ningún gobierno se ha atrevido a denunciar los abusos de Zijin, que por otro lado constituye una fuente importante de empleo e inversiones en economías delicadas. En el caso de Colombia, el embajador chino en Bogotá, Lan Hu, extorsiona al Gobierno de Gustavo Petro en nombre de la empresa. Si no se posiciona de su lado, los chinos amenazan con suspender la actividad de Zijin en el país.
Pero en Buriticá, en el departamento de Antioquia, hay alguien que sí está dispuesto a arrebatar a la sociedad estatal china el control de grandes minas y yacimientos: el narco. Allí se encuentra desde 2020 la principal mina de oro china en Colombia y toda Sudamérica. El año pasado, la extracción fue de 247.000 onzas. Ahora, el complejo se está expandiendo para alcanzar una producción de 4.000 toneladas diarias en comparación con las 3.000 actuales y 9,1 toneladas en lugar de 7,8.
La irrupción de Zijin en esta región ha supuesto ya un promedio diario de 17 ataques con explosivos y una veintena de disparos, según denuncia la propia compañía al diario El Colombiano. Pero el mayor enemigo de la empresa china no es ninguna pandilla local, sino una de las mayores organizaciones criminales del hemisferio americano: el Clan del Golfo.
Con su aparato de minería ilegal, este cártel —en concreto su subestructura regional Edwin Román Velásquez Valle— ha declarado a Zijin una verdadera guerra subterránea. A 600 metros de profundidad, las balas de este enfrentamiento "no se escuchan en la superficie, y sólo se conoce su crudeza cuando salen los cuerpos heridos o sin vida", según un reportaje del periódico Semana.
Hoy, cerca de 700 miembros del Clan del Golfo luchan en el frente de batalla invisible de Buriticá. El pasado mes de mayo, la organización criminal consiguió ocupar un 60% de los túneles mediante un cilindro bomba. Este avance se saldó con la vida de dos personas y forzaron a Zijin a paralizar su actividad, según la Policia de Antioquia.
Un comunicado del gigante minero denunció entonces: "Más del 50 por ciento de nuestras labores subterráneas se encuentran invadidas por la minería ilegal. La situación ya, de por sí, es crítica. De no tomar acciones inmediatas y contundentes, acabará con este proyecto", advertía Zijin al Gobierno de Colombia.
La búsqueda de colaboración de las autoridades —sea a través de la negociación o por vía de la extorsión— es el modus operandi de la corporativa, que ya ha retomado su ambicioso negocio en Buriticá. En otros países, Zijin está consiguiendo expandir su imperio en detrimento del medioambiente... y la ley.
El año pasado, la empresa china se aventuró en el mercado argentino, y adquirió el salar de Tres Quebradas (Catamarca) y su lago de salmuera de una minera canadiense por 770 millones de dólares. La fase 1 estará en funcionamiento antes de finales de año, y un plan de inversión de 450 millones de dólares permitirá la extracción de un total de cuatro a seis toneladas anuales de carbonato de litio.
Este proyecto, por supuesto, también ilusiona a Buenos Aires, inmerso en una crisis económica y deseoso de arrebatarle a Chile el liderazgo en la industria dede baterías para coches eléctricos. China, la inversora favorita de Argentina y sus vecinas, ya le ha ganado la batalla a EEUU y Europa en Sudamérica. Y es que Pekín es especialmente generoso con los países donde se instala: a cambio de explotar el litio argentino, el gigante asiático ha prometido desarrollar la industria de downstream en el país americano.
Pero, más allá del impacto medioambiental, los efectos de la extracción de litio por parte de Zijin y su subcontratada, Liex, están enfadando a muchos argentinos. Los comerciantes locales han denunciado que "la empresa traía todos sus suministros y no compraba nada en la localidad, por lo que se autoconvocaron y lograron tener reuniones con representantes de la firma", informa el medio regional El Ancasti.
Además, según este diario de Catamarca, "una asamblea ambientalista denunció la clausura de la planta piloto por supuestos inconvenientes en la administración de químicos y en febrero de este año, también se enfrentaron con todo un barrio, cuando un camión que transportaba maquinaria dejó sin luz por cinco horas a Barrialitos".
Liex tampoco está respetando las reglas del juego en materia fiscal: la filial de Zijin está acusada de sobrefacturar importaciones en maquinarias para la explotación de litio de más de cinco millones de dólares. La situación ha llegado a tal punto que, tras sólo un año de operación, el ministro de Minería Marcelo Murúa envió una carta a la empresa en mayo pidiendo que la corporación cumpliera con los requisitos del Código Aduanero argentino.
En entrevista con la emisora El Esquiú, Murúa justificó su misiva por dos motivos: "Uno de ellos por la restricción externa que tiene el país con respecto de incorporar importaciones que no sean necesarias, menos aún si están hechas en valores que no corresponden. Y, por otro lado, evitar las importaciones defendiendo, mediante nuestras herramientas, que se contraten más proveedores locales o nacionales". Desde mayo, Argentina ha intensificado los controles a Zijin-Liex, y la empresa ha sido incluso denunciada por la Dirección General de Aduanas del país.