El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, y la embajadora china inauguran una biblioteca financiada por Pekín.

El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, y la embajadora china inauguran una biblioteca financiada por Pekín. Reuters

América

La fiebre del oro blanco: el litio de Sudamérica cae en manos de China tras un tira y afloja con EEUU

Pekín se ha impuesto sobre Washington en Bolivia, Argentina y Chile; países que guardan el 54% de las reservas mundiales del 'nuevo oro blanco'.

26 mayo, 2023 03:03

Una diplomacia laxa y generosidad en el comercio. Esa es la fórmula con la que China se ha hecho con la confianza de líderes americanos, de El Salvador a Argentina, para explotar al fin los recursos energéticos y materiales de la mayor parte del continente. La mayor ambición de Pekín: el 'triángulo del litio', la región andina que concentra el 54% de las reservas mundiales de este metal, que por su importancia en la elaboración de baterías de vehículos eléctricos es ahora apodado 'el nuevo oro blanco'.

En el 'triángulo del litio' se intersecan Bolivia, Argentina y Chile. En este enclave de Sudamérica se ha librado una batalla "por conseguir los minerales necesarios para la transición energética", dijo Benjamin Gedan, del Wilson Center, en una entrevista con BBC Mundo. El Servicio Geológico estadounidense estima que Bolivia es el país con mayores reservas de litio —21 millones de toneladas—. Le siguen los 20 millones de Argentina, y Chile queda cuarto con 11 millones.

Después de un pulso comercial y diplomático con Estados Unidos, Xi Jinping ha plantado la bandera china en los tres países. Las razones de esta victoria son varias: China está dispuesta a desembolsar más dinero en sus contratos, se ofrece a aliviar la deuda de los Estados con los que negocia, y obvia las condiciones climáticas que tanto preocupan a EEUU. En palabras del Financial Times, "la oferta de comercio e inversión de Pekín" son más atractivas "que las buenas intenciones de Washington".

Vista aérea de la planta de litio Rockwood, en el salar de Atacama.

Vista aérea de la planta de litio Rockwood, en el salar de Atacama. Reuters

La campaña en Latinoamérica ya ha granjeado a China acuerdos de libre comercio con Perú, Chile, Costa Rica y, a partir de este mes, Ecuador; en un momento en el que EEUU ha amenazado a varios países del continente con rescindir tales acuerdos. La ventaja del gigante asiático sobre Occidente se manifiesta también en la inclusión de 21 países centro y sudamericanos en su estrategia de desarrollo y comercio global Belt and Road Initiative, que ya ha destinado más de 136.000 millones de dólares a la construcción de infraestructuras en la región.

Entre los países dentro de esta iniciativa ni siquiera está Brasil, la gran potencia regional, que desde la toma de posesión de Luiz Inácio Lula da Silva a principios de año se ha afianzado como una gran aliada. El presidente ha demostrado su entusiasmo por intensificar las relaciones políticas y económicas con Xi Jinping en reiteradas ocasiones. Lula incluso visitó Pekín, donde firmó una veintena de acuerdos comerciales con un valor de 10.000 millones de dólares, y visitó centro de I+D de Huawei, una tecnológica gravemente sancionada por EEUU. Más tarde, dijo: "Nadie prohibirá a Brasil mejorar sus relaciones con China".

Un ejecutivo de Minera Salar Blanco expone delante de una pantalla que lee ¡El litio es ahora!.

Un ejecutivo de Minera Salar Blanco expone delante de una pantalla que lee "¡El litio es ahora!". Reuters

En contraste con estos prometedores planes de futuro, son tiempos de vacas flacas para las relaciones comerciales entre Latinoamérica y EEUU. Washington tiene acuerdos de libre comercio vigentes con 12 países del continente, pero "la falta de un marco común ha provocado dificultades para integrar las cadenas de valor regionales", observa el Financial Times. La preocupación norteamericana y europea por las cualidades políticas de los Estados con los que se negocia, el medio ambiente y los derechos humanos ha frustrado iniciativas como la Global Gateway, con la que la UE sólo ha asignado 3.500 millones de dólares a América Latina.

La puja china por el litio sudamericano ya ha cristalizado en algunos acuerdos. En Chile, donde Gabriel Boric ha nacionalizado la industria con la ambición de "ser el mayor productor mundial", la empresa Tianqui Lithium cuenta desde 2018 con el 24% de la Sociedad Química y Minera estatal.

Las zonas de procesamiento de la mina de litio de Soquimich, en el salar de Atacama.

Las zonas de procesamiento de la mina de litio de Soquimich, en el salar de Atacama. Reuters

La misma compañía obtuvo la licitación para exportar "80.000 toneladas de litio en territorio chileno durante siete años a la empresa BYD. Un acuerdo cuya oferta ascendió a los 6 millones de dólares", dice El Economista. En Bolivia, la tecnológica Contemporary Amperex ha acordado con la empresa estatal de litio "para colaborar en minería, refinación, procesamiento y venta de las reservas de litio del país", afirma el medio.

Es más complejo el caso de Argentina, que ha cerrado el primer trimestre de 2024 con superávit en la balanza comercial energética: su mayor producción de gas y petróleo favoreció una ventaja de las exportaciones sobre las importaciones de combustible. Argentina sigue decantándose por un modelo híbrido de cooperación, y mantiene acuerdos con empresas tanto americanas como chinas. Las dos grandes productoras del país, Livent Corp y Allkem Ltd, suministran exclusivamente a EEUU, y Buenos Aires está buscando un acuerdo de libre comercio con Washington para ahorrarse impuestos.

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A pesar de ello, la china Ganfeng Lithium Co, que ya se abastece de litio argentino, ha anunciado que en junio empezará a comercializar más de 40.000 toneladas anuales del carbonato del metal. Pekín ha mostrado su interés en ayudar a Argentina a desarrollar una industria de procesamiento de litio.

Además, esta semana la empresa Fuyang Mingjin New Energy Development ha comprado a una compañía australiana un proyecto de cobre y oro en la provincia de Salta. A esto se suma la inversión de la empresa Tibet Summit Resources, que anunció a finales del año pasado una inversión de 2.200 millones de dólares en proyectos de explotación de litio en el país.

Dos participantes conversan una feria minera en Santiago de Chile, el pasado 26 de abril.

Dos participantes conversan una feria minera en Santiago de Chile, el pasado 26 de abril. Reuters

Los intercambios económicos entre China y Latinoamérica se intensifican en un momento en el que las relaciones entre Pekín y Occidente también están de capa caída. El primer trimestre de 2023, el volumen de contenedores que salen del puerto de Shanghái con destino a Europa y Norteamérica bajó un 6,4%. La desvinculación de Australia, hasta ahora uno de los mayores exportadores de litio, también ha sido crucial: en un intento de romper su dependencia de China, Canberra está poniendo freno a los intercambios energéticos con Pekín.

El país está tratando de compensar este enfriamiento con nuevos acercamientos con Turquía, Rusia, sus vecinos de la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN) y, sobre todo, África. La incursión de China durante los últimos años se ha materializado en extracciones colosales de petróleo, cobre, zinc y demás minerales a cambio de importantes concesiones de préstamos. Tanto actores africanos como internacionales han denunciado la asimetría de estas relaciones y de la hegemonía china en el continente.