El año que acabará con la Covid, no con sus secuelas: 2022, nueva normalidad, nuevos problemas
Mientras son muchos los científicos que ven en ómicron el principio del fin de la pandemia, múltiples son los problemas que acechan en el panorama nacional e internacional a España y la UE en el año entrante.
1 enero, 2022 00:07Noticias relacionadas
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"2022 ha de ser el año en el que termine la pandemia de la Covid-19".
Se puede decir más alto, pero difícilmente más claro. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la Organización Mundial de la Salud, lo afirmó con tal rotundidad en la última rueda de prensa oficial del organismo en 2021 que confirió a sus palabras carácter de certeza cuando ómicron, en realidad, no sabemos si lo deja todo en poco más que un desiderátum.
Los datos recogidos y analizados en Sudáfrica y Reino Unido, donde la nueva variante golpeó primero, curiosamente llevaron a teorías aparentemente contradictorias entre sí. Mientras unos especialistas hablaban de una reagudización de la pandemia ante la capacidad de ómicron para reducir la inmunidad que proporcionan las vacunas -la incidencia acumulada en Madrid subió 600 puntos en cuatro días y a nivel nacional se disparó por encima de los 1.200 puntos por primera vez en toda la pandemia-, otros identificaban claramente la nueva variante como el puntito de luz al final del túnel.
Dicho de otra manera: hay quien ve en ómicron el primer paso hacia la normal convivencia del SARS-CoV-2 con la Humanidad como si de una gripe se tratara, pues esa es la evolución mediante la cual los patógenos aseguran su supervivencia: si el huésped muere, el virus también lo hace.
Así lo piensa Juan Antonio Sanz Salanova, especialista en Medicina Preventiva del Hospital de Laredo, en Cantabria: "Es la evolución normal de los virus: intentan ser más eficaces en la transmisión y con el tiempo las mutaciones suelen ser menos letales, porque al virus no le interesa matar al huésped. Una de las posibilidades es que estemos al inicio de una convivencia". Y esto sucede porque, según José María Eiros, catedrático de Microbiología de la Universidad de Valladolid y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, a cada momento se generan nuevos linajes del virus pero "sólo se documentan las mutaciones que le permiten vivir".
Margarita del Val, sin embargo, señaló ya en EL ESPAÑOL que "para saber para el futuro hasta qué punto estamos controlando la pandemia, podemos ahora analizar cómo pasamos el invierno tras una muy buena campaña de vacunación, una de las mejores de Europa". Porque la célebre viróloga del CSIC insiste en la necesidad de no obsesionarse con la tercera dosis de la vacuna -"Es mucho más importante la primera dosis que la tercera"- y sí de centrarse en las cosas que han demostrado su valía en los dos últimos años. "[Para ómicron] Hay que hacer lo mismo que para delta: las dos uves, vacunar y ventilar".
Queda en cualquier caso un factor clave para determinar el fin de la pandemia: el porcentaje de letalidad de la Covid. Mientras la llamada gripe española del siglo pasado rondó el 2%, el coronavirus en España ha llegado hasta el 1,7%, lo que señala la necesidad de que esa cifra baje considerablemente, incluso por debajo del 0,5% para poder considerar una convivencia real con el virus. Además, en palabras de Joan Carles March, profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública, "aún no controlamos totalmente lo que [la Covid] puede generar, no sabemos cómo nos puede afectar o no", a diferencia de, por ejemplo, la gripe, totalmente acotada a un espectro concreto de la población y con una estacionalidad muy definida.
Como recordó el director de la OMS, en 2021 se han producido más muertes por SARS-CoV-2 que en 2020, año del origen de la pandemia, y "la Covid continúa causando unos 50.000 fallecidos por semana". Pero para el Año Nuevo llegan nuevos aliados en la guerra contra la enfermedad. Serán los casos de Paxlovid, la revolucionaria píldora de Pfizer contra la Covid que ya tiene el visto bueno de la FDA estadounidense, Molnupiravir de Merck o Aplidin, la gran apuesta antiviral española de PharmaMar, que se encuentra en la fase final de ensayo clínico.
La ciencia como conductor del deseo absoluto de volver a una antigua normalidad que, inevitablemente, nos llevará a una nueva normalidad donde los problemas de España y del mundo no serán especialmente diferentes a los de la etapa prepandémica.
Elecciones y Justicia
En el panorama nacional, las elecciones del 13 de febrero en Castilla y León y el más que posible adelanto en Andalucía, presumiblemente, servirán a Pablo Casado para subirse a una ola ganadora de la mano Alfonso Fernández Mañueco y Juan Manuel Moreno Bonilla. Un golpe de efecto ante el enfrentamiento enquistado con Isabel Díaz Ayuso que necesitará resolver lo antes posible de cara a mostrar un liderazgo sólido y asentado entre los suyos para recuperar la cabecera (casi) perdida en las encuestas y llegar a 2023 con posibilidades reales de arrebatarle la Moncloa a Pedro Sánchez.
Por su parte, el hoy presidente del Gobierno seguirá ejerciendo de funambulista para que no se le caiga ninguno de los platos que giran sobre palillos cimbreantes al menor soplo de una tímida brisa. Las alianzas de sus propios socios en el tramo final del año para convalidar la reforma laboral pactada con los agentes sociales son el mejor ejemplo de lo sometido que vive a la 'alianza Frankenstein' que le llevó a Moncloa y, al mismo tiempo, de lo acostumbrado que está a salir triunfador de casi todos los bretes en que esos mismo socios le sitúan para exprimirle al máximo.
La reforma laboral y la reforma del sistema de pensiones serán dos de las principales piedras de toque de 2022. No tanto por el hecho de ponerlas en marcha, como por la lupa que Bruselas ha advertido que utilizará para revisarlas y cuyo contenido será clave para que el flujo de millones de la Unión Europea no cese y mantenga viva la llama de una recuperación que las previsiones auguran mucho menor de lo que el Gobierno ha estimado en sus Presupuestos. Sin embargo, quizás donde más problemas vaya a encontrar el Gobierno de coalición sea en el Poder Judicial.
Tras negociar con el Partido Popular la renovación del Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas o el Defensor del Pueblo, el Consejo General del Poder Judicial es el próximo pacto al que PP y PSOE se ven abocados si no quieren que el sistema judicial colapse a lo largo de los próximos meses. Desde el Tribunal Supremo ya avisan: la situación será "insostenible" e implicará que "se dictarán mil sentencias menos al año" puesto que a finales de 2021 existen 11 plazas sin cubrir que ascederán a 16 plazas por las jubilaciones previstas en 2022. Es decir, que faltarán un 20,25% de los jueces del Supremo.
Ejército europeo e inmigración
Josep Borrell, Alto Representante de la UE para la Política Exterior, dijo precisamente en los últimos días del año que la Covid había impedido a Bruselas actuar más decididamente sobre dos cuestiones capitales a largo plazo: la inmigración y la creación de una fuerza militar continental. Cuestiones ambas capitales en la política internacional de Pedro Sánchez y claves no sólo en las tensas relaciones de España con Marruecos de los últimos tiempos sino en todo el borde exterior de la Unión Europea.
"Los cambios geopolíticos", explicaba Borrell, "se han intensificado y las políticas de poder desafían repetidamente a la UE y sus valores". Por ello, la UE debe "responder con toda la determinación posible".
Las palabras del exministro español de Exteriores, en realidad, agrupan muchos de los problemas que marcarán la agenda internacional de 2022. Empezando por la debilidad de Joe Biden y sus Estados Unidos, seguido de las líneas rojas que Vladimir Putin trata de imponer a los países de la OTAN tanto con su amenaza de invasión sobre Ucrania como con la permisividad que ha tenido (y tiene) con su socio bielorruso y la tolerancia a la inmigranción ilegal en la frontera polaca... y terminando, por supuesto, con la expansión silenciosa de China, cada vez con más tentáculos económicos, financieros y estratégicos fuera de sus fronteras, por mucho que sólo mire para dentro de sí misma.
Pero no sólo eso. La amenaza del integrismo a nivel mundial promete ser una preocupación creciente, especialmente en el Afganistán retomado por los talibanes y en el Sahel, con la misión internacional comandada por Francia en franca retirada mientras los mercenarios de Vladimir Putin cada vez se dejan ver más. Y de forma inevitable e interconectada con todo lo anterior, la crisis energética exige ser abordada con todas las herramientas políticas posibles, dentro del marco geopolítico y de la necesidad de avanzar en la agenda 2030 y de los Objetivos de Desarrollo Sostenible para garantizar la salud del planeta.