Vestigios antiguos en el interior de la ciudadela de Rosas.

Vestigios antiguos en el interior de la ciudadela de Rosas. Generalitat de Cataluña

Historia

Los misterios de la desconocida colonia griega de la Península Ibérica que acuñó moneda propia

Rhode, en el golfo de Rosas, alcanzó su momento de mayor esplendor entre finales del siglo IV y principios del III a.C. Su origen es difuso.

19 julio, 2024 09:14

Sobre el actual cerro de Santa María, en un entorno de marismas del golfo de Rosas, los navegantes y comerciantes foceos levantaron en el primer cuarto del siglo IV a.C. un nuevo asentamiento que contaba con un puerto estratégico protegido de los vientos. Bautizado como Rhode y ubicado en un territorio controlado desde hacía tiempo por Emporion, se trata de una de las colonias griegas menos conocidas del Mediterráneo occidental, consolidada según los investigadores como un establecimiento comercial que hizo de punto intermedio entre Massalia (Marsella) y la población íbera de la región.

El momento de mayor esplendor de la colonia se registró entre finales del siglo IV y principios del III d.C. Las diversas campañas de excavación efectuadas en el yacimiento han identificado la construcción de un gran edificio que dominaba la colina de Santa María, probablemente un templo debido al carácter religioso de las estructuras posteriores. Ya en época medieval, en el siglo XI, se levantó un monasterio con una villa a sus pies; mientras que en el XVI el complejo se transformó en una imponente fortificación abaluartada, la fortaleza de Rosas, declarada monumento nacional en 1961. Los restos arqueológicos, para entonces, ya habían sido muy dañados por los bombardeos que sufrió el baluarte durante los sitios de 1794-1795 y 1808.

El crecimiento urbanístico de Rhode en este momento de la Antigüedad se manifiesta en el llamado "barrio helenístico", un ensanche erigido al este del Rec Fondo, uno de los dos torrentes que rodeaban la colonia, y que dobló su superficie. Los trabajos arqueológicos han revelado una disposición ortogonal de la trama con una singularidad: una clara diferencia entre las manzanas de ambos lados de la calle principal, tal vez construidas en dos fases diferentes. Las parcelas del sector A son más grandes, como una casa que contaba con un espacio de vivienda, un patio porticado con un pozo y una zona destinada a funciones de tienda o taller.

Dracma de Rhode de mediados del siglo III a.C.

Dracma de Rhode de mediados del siglo III a.C. MNAC

Otras evidencias que confirman que el apogeo de la colonia griega se registró en esta época son la producción de una cerámica propia de vajilla de barniz negro destinada a la exportación —además de por los fragmentos se conoce por dos hornos del barrio helenístico, uno de los cuales conservaba una abundante cantidad de material de utillaje— y la acuñación de monedas de plata. La dracma de Rhode aparece en el periodo comprendido entre 330 y 300 a.C. y se caracterizó por presentar en el anverso una cabeza femenina de la ninfa Arethusa acompañada la leyenda "Rodeton" y en el anverso una rosa vista desde abajo, con el tallo cortado y cuatro pétalos con cuatro sépalos.

En un artículo publicado en la revista Desperta Ferro Arqueología & Historia dedicado a la Iberia griega, David Vivó Codina, profesor titular de Arqueología e Historia del Arte Antiguo en la Universidad de Girona, explica que la construcción de ese ensanche genera varias dudas difíciles de resolver respecto a la supuesta independencia o no de la colonia. "La primera posibilidad plantea que el gran crecimiento de la colonia y la creación de una moneda propia responden a una independencia efectiva de la metrópoli massaliota, que perdería interés en el territorio, y que el aporte poblacional sería principalmente indígena, ya que coincidiría con el abandono del oppidum íbero de Perelada", expone el arqueólogo. La otra posibilidad es que el asentamiento creciese por la llegada de nuevos colonos griegos, sin tener en cuenta su estatus con respecto a Massalia.

"En realidad, creemos que Rhode no puede entenderse sin su vecina Emporion. La propia fundación de la colonia parece indicar un intento de recuperar o influir en un territorio dominado por esta última, y es en este contexto donde quizás la creación de un origen mítico recogido en las fuentes, las monedas que de alguna manera —y puntualmente imitan— las acuñaciones de Rodas o incluso la utilización de un pie dórico (rodio) en la planificación de su ensanche, muy diferente al de tipo ático-jonio característico del mundo foceo, no parecen pretender otra cosa que intentar crear una identidad tutelada por Massalia a su condicionado vecino Emporion", analiza Vivó Codina.

El final de la colonia, ya en decadencia, se registró en el año 195 a.C. tras el desembarco del cónsul romano Catón durante la revuelta indígena en apoyo de Cartago, como relató Tito Livio: "De allí [el puerto del Pirineo] se fueron a Rhode y expulsaron al destacamento de hispanos que guardaban el castillo. Desde Rosas, a favor del viento llegaron a Emporion".