
Colectivos sociales y personalidades del mundo de la cultura presentan un manifiesto contra el rearme este miércoles frente al Congreso. Europa Press
El PSOE y Sánchez ya tienen su 'no a la guerra': "Sería más fácil con el PP en el Gobierno, pero hay que darle continuidad".
El movimiento da alas a Podemos, que ya ha enarbolado este discurso como principal argumento para marcar perfil propio a la izquierda del PSOE.
Más información: "No a la guerra": Bardem, Luis Tosar, Aitana Sánchez-Gijón y Rozalén firman un manifiesto contra el plan de rearme
El "no a la guerra", uno de los eslóganes fetiche durante años para el PSOE, ahora se ha vuelto en su contra.
Este miércoles, mientras el presidente, Pedro Sánchez, defendía en el Congreso de los Diputados el aumento del gasto en Defensa, un grupo de representantes del mundo de la cultura se manifestaba al otro lado de la Puerta de los leones para mostrarle su oposición.
El actor Juan Diego Botto fue el encargado de leer un manifiesto que ya ha recibido más de 800 firmas, entre individuos y organizaciones. Un primer acto, dicen sus convocantes, de los muchos que todavía se esperan.
Detrás del documento están los nombres de figuras del cine y el teatro como Carolina Yuste -quien leyó el texto junto a Juan Diego Botto-, Javier Bardem, Luis Tosar, Aitana Sánchez-Gijón, Alberto San Juan o Montxo Armendáriz.
También hay músicos como Rozalén o Marwan, académicos o periodistas. Pero los verdaderos impulsores de esta iniciativa son diferentes ONG de carácter pacifista, entre las que se encuentra el Centro Delàs de Estudios por la Paz, con sede en Barcelona.
Jordi Calvo es su coordinador y uno de quienes se encargaron personalmente de enviar el manifiesto a centenares de personalidades, políticos y asociaciones. "La respuesta ha sido muy buena y no será cosa de un día. Aún es pronto para ver cómo nos organizamos, pero esto tiene que crecer, vamos a darle continuidad. Cuantas más cosas, mejor", señala al teléfono.
El responsable del Centro Delàs insiste en que "el tema está en el ambiente y el acto había que hacerlo en el momento justo, mientras el presidente explicaba en el Congreso su plan". "Me consta que hay una campaña europea contra el rearme en ciernes, pero pensamos que en España puede coger más vuelo", opina.
Esta semana el último Eurobarómetro señalaba que los españoles somos los europeos menos preocupados por la seguridad y la defensa, ya que estos temas sólo están entre las prioridades de un 20% de los ciudadanos de nuestro país, por un 36% de la media europea. Por eso, Jordi Calvo indica que "en España existe una oposición significativa" al rearme.
Personalidades del mundo de la cultura, como la actriz Carolina Yuste y el director Juan Diego Botto, se concentran frente al Congreso para rechazar el rearme y la guerra en Europa: "¡No a la guerra!" https://t.co/li5u5ObvXq pic.twitter.com/5S8Xn5tEAc
— Europa Press (@europapress) March 26, 2025
La otra variable, según el coordinador del Centro Delàs, es que "existe una diversidad de opiniones en el entorno del Gobierno". "Y esto nos da la opción de introducir el debate y que tenga más relevancia", añade.
En las intervenciones parlamentarias de este miércoles el partido más hostil contra el aumento del gasto en Defensa fue Podemos. De hecho, su secretaria general, Ione Belarra, ha convertido en habitual llamar a Pedro Sánchez "señor de la guerra" y en la ronda de contactos en Moncloa acudió con una camiseta en la que se leía el famoso lema de 'no a la guerra'.
Sumar y otros partidos de la izquierda también se han opuesto a incrementar el gasto en armamento, pero los discursos de sus portavoces este miércoles fueron mucho más taimados. Belarra le espetó a Sánchez que seguir subiendo peldaños en esta escalada belicista aumenta "de manera exponencial" el riesgo de una "tercera guerra mundial".
El dilema del PSOE
El nuevo movimiento del 'no a la guerra' se declara "apartidista", aunque a la lectura del manifiesto acudieron diputados de Podemos, Sumar, Bildu o el BNG. Sin embargo, no ocultan que la paradoja de que el Partido Socialista sea quien ocupe la Moncloa limita su capacidad de llegar más lejos.
"Si el PP estuviera en el Gobierno la movilización sería más amplia", reconoce Jordi Calvo. Aún no tienen decidido si convocarán manifestaciones o si habrá otros actos de este tipo, pero las organizaciones convocantes prometen seguir ejerciendo de avanzadilla.
El manifiesto hace referencia de forma explícita a esas protestas contra la guerra de Irak, que en 2003 llevaron a las calles a más de un millón de personas por toda España.
"Forman parte de nuestra memoria colectiva reciente las multitudinarias manifestaciones en contra de la guerra de Irak impulsada de manera ilegal por el Gobierno de José María Aznar, el movimiento de rechazo a la permanencia de nuestro país en la OTAN -que llegó a movilizar más del 43% del voto emitido en aquel lejano referéndum- o el movimiento de lucha contra el servicio militar obligatorio hasta su eliminación en el año 2001", reza el texto.
Un párrafo que deja en evidencia la complicada relación del PSOE con el discurso antibelicista. Porque, si bien, en 2003 los socialistas alzaron las pancartas del 'no a la guerra', en los ochenta el PSOE se posicionó en contra de la OTAN, pero con la llegada de Felipe González al poder el partido cambió de postura y le tocó defender la permanencia en la Alianza Atlántica en el referéndum de 1986.
Ahora es el plan de rearme, impulsado desde Bruselas, que tiene como objetivo hacer frente a la amenaza rusa sin la ayuda de Estados Unidos lo que vuelve a contrariar a la izquierda española.
Baza para Podemos
"No, no nos resignamos a la guerra", sentencia el manifiesto, que asegura que la defensa de Ucrania no está orientada a proteger "los derechos humanos o a los más débiles", porque "de ser así, la actitud frente a Netanyahu sería la misma que frente a Putin".
"Esta Europa que calla o, peor aún, apoya a Israel en su genocidio en Gaza y Cisjordarnia e incluso persigue a quienes lo denuncian, necesita redefinir claramente cuáles son esos valores comunes cuya defensa se plantea como justificación para el rearme", prosigue.
El texto cuestiona que el dinero extra que se destine a Defensa no vaya a afectar al gasto social, como así defiende Pedro Sánchez. Y también lamenta que el plan de hasta 800.000 millones impulsado por la Comisión Europea "se va a realizar a través de un mecanismo de excepcionalidad que evitará el debate en los parlamentos y, en general, la información clara y detallada a la ciudadanía europea".
Desde Podemos ven con simpatía este movimiento, que enarbola un discurso que la formación morada ya ha adoptado como principal argumento para marcar perfil propio en el espacio a la izquierda del PSOE.