El presidente, Pedro Sánchez, tras intervenir este lunes en el acto 'HispanIA 2040'.

El presidente, Pedro Sánchez, tras intervenir este lunes en el acto 'HispanIA 2040'. Europa Press

Política

Sánchez felicita a Trump como aliado mientras se presenta como ariete contra el 'trumpismo' en la UE

El presidente español pide "rebelarse" ante las "amenazas a la democracia" y viaja a Davos, donde se presenta como "alternativa" a la extrema derecha.

Más información: Sánchez llama a "rebelarse" contra la 'tecnocasta' que "usa su poder para controlar el debate público" en alusión a Elon Musk.

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Dos imágenes a varios grados bajo cero: una, ya en pasado, en Washington, donde Donald Trump juró este lunes el cargo como presidente de Estados Unidos anticipando un nuevo terremoto en el orden internacional; y otra, a futuro, en Davos (Suiza), donde este martes aterriza Pedro Sánchez para tratar de ofrecer una imagen contrapuesta. 

Entre las dos escenas hay menos de 24 horas y dos universos paralelos. En el primero, el del Capitolio, están presentes todos los líderes de la derecha soberanista y los magnates de la industria tecnológica que apoyan a Trump.

Mientras que en el segundo, el de las montañas nevadas de Suiza, reinan el poder político y empresarial ante los que Sánchez siempre se ha sentido cómodo. 

Tradicionalmente, el Foro de Davos ha sido un lugar para el diálogo en el que caben los grandes asuntos globales: desarrollo, desigualdad, cambio climático, cooperación, tecnología… Un espacio de pensamiento para las élites que determinan la economía del planeta. 

El problema para Sánchez es que cada vez más esas élites -tanto la política como la económica- han dejado de secundar esa agenda, alineada con los objetivos de la ONU, o directamente se han pasado al otro bando. En la toma de posesión de Trump estaban algunos de los CEO de las compañías más poderosas del planeta, asentadas en Silicon Valley, que apuestan por la desregulación.

Por eso, el presidente español lleva días hablando -sin citarle- de Elon Musk, del resto de gurús de la industria tecnológica que han arrimado el ascua a Trump y de todo lo que representan.

La última ocasión fue este mismo lunes, en un acto sobre inteligencia artificial, en el que el jefe del Ejecutivo habló de una "tecnocasta" que usa "su poder omnímodo sobre las redes sociales para controlar el debate público y, por tanto, la acción gubernamental, nada más y nada menos, que de todo Occidente". 

Ante esto, Sánchez pide "rebelarnos y plantear alternativas". "Europa debe plantar cara a esta amenaza y defender la democracia", zanjó. 

El Gobierno es consciente de que debe manejar esta situación con sumo cuidado, ya que al fin y al cabo Estados Unidos es -y seguirá siendo- un socio fundamental en la política exterior española. Horas después de esas palabras, el presidente español felicitó a su homólogo estadounidense. 

"Enhorabuena a Donald Trump por su investidura como el 47 presidente de Estados Unidos. Esperamos trabajar con la nueva Administración de los Estados Unidos para fortalecer la relación estratégica entre nuestros países y abordar desafíos globales comunes", escribió Sánchez en X.

También fueron reveladoras las palabras del ministro de Exteriores, José Manuel Albares, este lunes en una entrevista en Onda Cero. Dijo que "no hay inconveniente en tener la mejor posible" y que es "muy consciente de que Estados Unidos es el aliado natural de Europa". 

Pero, a continuación, matizó: "Vamos a defender nuestra democracia frente a quien sea, se llame como se llame". Y de nuevo en esa intencionada elipsis se podía adivinar un nombre, en este caso el de Donald Trump. 

Aislado en la UE

Sánchez, por tanto, se presenta como alternativa ante Trump y el 'trumpismo' a este lado del Atlántico. El otro gran problema al que se enfrenta es que cuando llama a Europa a "plantar cara y defender la democracia", también entre los políticos está cada vez más solo. 

De los grandes países de la UE, tan sólo comparte familia política con el canciller alemán Olaf Scholf, que en cuestión de semanas pasará a la historia, ante la previsible victoria de los democristianos de la CDU en las elecciones del próximo 23 de febrero. Unos comicios en los que la extrema derecha de la AfD, también patrocinada por Elon Musk, avanza en las encuestas. 

En Francia, Emmanuel Macron sí que se suma a Sánchez en la crítica contra la "internacional reaccionaria", como la han calificado ambos mandatarios. Aunque la posición del presidente francés, con la popularidad por los suelos y cuestionado por todos los flancos después de que la extrema derecha le tumbara un gobierno 90 días después de nombrarlo, tampoco es la más fuerte. 

En Italia, la rival mediterránea, gobierna la ultraconservadora Giorgia Meloni, única líder de la UE en la investidura de Trump. De modo que a Sánchez sólo le queda acercarse a los líderes de las instituciones europeas, con quienes comparte ideas como la defensa medioambiental o la lucha contra la desinformación, aunque difiere en otros muchos aspectos como la política migratoria. 

Curiosamente, la mejor aliada del presidente español en la UE podría ser la presidenta de la Comisión, Ursula Von der Leyen, perteneciente al Partido Popular Europeo.

Simbolismo contra Trump

Todas estas cuestiones con las que Sánchez pretende presentarse como un adalid de la democracia liberal, ante las veleidades de Trump, son las que remarcará a partir de este martes en el Foro Económico Mundial de Davos. 

Los ejes de sus intervenciones serán la apuesta por el multilateralismo y la alerta sobre la degradación de las democracias ante el auge de la extrema derecha, apuntan desde Moncloa. También en este foro el presidente insistirá en presumir de gestión económica, como suele hacer en casa y más aún cuando sale al exterior. 

Este tipo de eventos suponen un respiro para el presidente, ante las polémicas internas y las cuestiones judiciales que afectan al Ejecutivo. En Davos se rodeará de otros líderes y tendrá dos encuentros bilaterales llenos de simbolismo. 

El primero de ellos, con el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, en un contexto en el que Trump ha reiterado su amenaza de tomar el control del Canal de Panamá durante su discurso de investidura. De nuevo en el imaginario, Sánchez contra Trump, aunque el protagonista del cara a cara sea el presidente panameño. 

La segunda de estas citas será con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ante el que Sánchez tratará de subrayar el compromiso de su Gobierno y la UE en una guerra que Trump ha prometido acabar "en un día".

El presidente estadounidense acaba de inaugurar su segundo mandato al frente de la Casa Blanca. Desde la distancia y con la diplomacia de por medio, Pedro Sánchez ya tiene otro rival con el que confrontar.