PP y PSOE, de acuerdo en el ecuador de la campaña: el resultado es apretado y decidirá la última semana
El PSOE retoma la estrategia de anuncios y confía en movilizar a la izquierda. El PP cree que la sobreexposición de Sánchez les ha beneficiado.
20 mayo, 2023 02:56Terminada la primera semana de campaña electoral del 28-M, Pedro Sánchez se sacude la polémica sobre las listas de Bildu y retoma el camino que había planificado, el de las propuestas que se anuncian en mítines y se aprueban después en el Consejo de Ministros.
Haciendo casi como si nada hubiera pasado, con la idea de que el asunto no les ha dañado y que, en todo caso, el PP ha logrado movilizar al electorado de la izquierda con sus hipérboles.
El PP suma todo lo ocurrido y considera que la sobreexposición del presidente del Gobierno les beneficia. Esa estrategia ha hecho que la campaña electoral se "nacionalice". Es decir, que los asuntos de política nacional centren la agenda de campaña hasta convertir las elecciones autonómicas y municipales en un plebiscito sobre Sánchez. Justo lo que no querían los barones y candidatos socialistas.
[Sánchez se empeña en convertir el 28-M en un plebiscito personal contra la opinión de sus barones]
Para el equipo de Alberto Núñez Feijóo ese era el sentido del lema "derogar el sanchismo" y, según su análisis, la polémica sobre Bildu ha servido para poner en el centro la política de alianzas del PSOE.
Según el PP, la omnipresencia del líder del PSOE ha ayudado a situar dentro de ese sanchismo que cuestionan las encuestas a los barones y candidatos socialistas, identificándolos con los pactos con Bildu.
Además, según fuentes del PP, al haber logrado situar en el centro del debate los pactos de Sánchez, se quita hierro y hasta se legitiman los acuerdos que puedan cerrar los populares con Vox tras el 28 de mayo.
La polémica ha permitido también a Feijóo lanzar su propuesta retórica de oferta al PSOE para que no pacte con Bildu en Navarra y resucitar así la idea de que gobierne la lista más votada. Es una oferta retórica porque dan por hecho que los socialistas no la aceptarán, pero su negativa sirve de coartada para sortear el coste de posibles pactos con Vox.
De hecho, fuentes del PSOE coinciden en que el PP lo que busca es legitimar acuerdos con Vox que necesitará para poder gobernar en comunidades y ayuntamientos y, en su caso, en el Gobierno central si le dan los números.
En esa estrategia, el PP ha repartido los papeles entre Feijóo e Isabel Díaz Ayuso, para terminar de arañar votos de Vox, justo los que necesitan para gobernar con comodidad en Madrid y lograr sumar votos en el resto.
Moncloa explica, sin embargo, que ese "esfuerzo" de Sánchez en la campaña ha conseguido revertir una tendencia negativa del PSOE en el último año, que tuvo su peor momento a final de 2022.
Los socialistas recuerdan que han tenido que enfrentarse a enormes dificultades políticas después, como el fiasco de la ley del "sólo sí es sí" o el escándalo del Tito Berni, entre otros episodios.
Semana decisiva
Los equipos de campaña del PSOE y del PP coinciden en que sus estudios arrojan resultados muy apretados. Entre otras cosas porque algunos gobiernos municipales y autonómicos dependen de factores como la entrada de Podemos en ayuntamientos y asambleas superando el 5% de los votos, con carambolas como las de Madrid, que implican también a los restos de Ciudadanos en la capital.
También porque socialistas y populares aseguran que la última semana será decisiva por efectos de última hora como el del voto útil o la movilización de los electores.
Sobre el voto útil, ya ocurrió hace casi un año en Andalucía: en la última semana de campaña hubo un número notable de electores que pasaron a votar al PP tras asegurar en las encuestas que apoyarían a Vox. Por eso, Feijóo juega a presentarse ante ese electorado como la única opción que puede acabar con el sanchismo.
Y respecto a la movilización, el equipo de campaña del PSOE explica que los resultados en muchos lugares dependerán de si los electores de izquierdas dejan a un lado el posible malestar con las opciones políticas de izquierdas y deciden finalmente ir a votar. Por eso, creen que la presión del PP a propósito de ETA es un incentivo para votantes de izquierdas.
Al PSOE le va bien una campaña tensa, y normalmente sus mejores resultados tienen que ver con altas participaciones, frente a la derecha que ya está muy movilizada.
También coinciden los dos grandes partidos en destacar que Podemos, en sus distintas formas en comunidades y ayuntamientos, resiste por encima del 5%, y eso puede darle una posición privilegiada para decidir gobiernos progresistas, aunque sus resultados están en su mínimo histórico.
Los socialistas siguen aspirando a mantener el poder autonómico y municipal que ya tienen y, además, avanzar en lugares simbólicos como el Ayuntamiento de Barcelona, que tiene un significado político enorme para los socialistas de cara a los próximos años.