"Tras el aviso de Egipto, el Mossad infravaloró la amenaza": agentes del CNI analizan la crisis

El ataque de los terroristas de Hamás en Israel fue una ofensiva sin precedentes que se produjo por tierra, mar y aire. En cuestión de horas, centenares de hombres armados atravesaron la valla que separa la Franja de Gaza del sur de Israel y abrieron fuego contra todo militar o civil que se les puso por delante, en una operación que ha dejado 1.300 muertos y 3.400 heridos del bando israelí.

Una auténtica matanza que ha despertado una guerra, en la que Jerusalén ya ha respondido bombardeando Gaza a gran escala y dejando otro reguero de más de 1.000 víctimas y 5.000 heridos.

Desde ese día, el señor Corpas no deja de darle vueltas a lo ocurrido en un fin de semana terrible. Esos dos días permanecerán en la memoria de todos, como el 11-S de Israel. Corpas es agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), trabajó durante un tiempo en Israel y conoce perfectamente cómo funciona el país y los entresijos del enquistado conflicto.

[Netanyahu reúne por primera vez a su gabinete de emergencia y promete "destruir a Hamás"]

También conoce cómo funcionan las tripas de la seguridad de uno de los estados más protegidos del mundo. Dice a EL ESPAÑOL, bajo ese nombre en clave con el que acepta una entrevista protegiendo su identidad, que las imágenes que se han visto son "terribles", superan lo que nunca imaginaba que llegaría a ver. 

Corpas conoce el terreno a la perfección. Habla estos días con algunas de las fuentes con las que trabó amistad allí, y tiene una conclusión clara: "El que está pagando el pato, otra vez, son los palestinos, que se han puesto en manos del islamismo radical".

Por eso intuye hasta dónde va a llegar la reacción de las tropas de Netanyahu. "No se conformarán con Gaza. En Líbano hay que limpiar algunas posiciones en los altos de Golán. Un ataque a Irán dependerá del ok del tío Sam, que ya les está ayudando".

El agente lamenta que tanto entonces, cuando recorrió aquel país de Oriente Próximo, como ahora, los palestinos son los que pagan siempre las consecuencias. Al igual que los ciudadanos israelíes asesinados en masa de forma indiscriminada por los terroristas. "Son los que pagan. En esta ocasión, han sido perfectamente humillados. Los palestinos son víctimas de sus líderes políticos". 

El golpe de Hamás

¿Cómo ha logrado Hamás suscitar tanto apoyo? La organización radical terrorista islámica se ha hecho en los últimos años con el poder tanto en Cisjordania como en Gaza, arrinconando al partido que tradicionalmente ha representado la causa palestina. "Sus dirigentes tienen mayor formación que el equipo de la Autoridad Nacional Palestina (ANP)", señala el mando de la inteligencia estatal. "Cuentan con un plan de gobierno más serio, en cuanto a educación, y sobre todo una extensa red de atención médica y ayudas sociales. Eso sí, sus postulados religiosos son mucho más radicales que los de la ANP".  

Antes del atentado, el gobierno de Israel trataba de superar la mayor crisis política de los últimos 15 años. Su ciudadanía llevaba meses saliendo a protestar en masa a la calle por la reforma judicial que iba a restar independencia a los jueces. El punto más polémico de la reforma era la voluntad del Gobierno de controlar la comisión que nombra a los magistrados.

[El Mossad, en entredicho: los israelíes se preguntan por qué inteligencia no previno el ataque]

Asistentes al festival huyendo de los terroristas. Twitter

"Durante mi estancia allí conocí al pueblo palestino, que es un pueblo respetable", recuerda Corpas, quien apunta una de las claves del conflicto: "Separar el radicalismo del pueblo es el verdadero problema. La solución pasa por intentar formar de una vez el Estado palestino y hacerlo en acuerdo con Israel", insiste.

"Sería viable con un liderazgo fuerte", reflexiona. "Un liderazgo capaz de crear y mantener la unidad del pueblo, con reconocimiento de igualdad de derechos, y un plan de desarrollo rápido y eficaz, que permita comprobar sus beneficios. Los países árabes en su mayoría lo aprobarían, de hecho, Israel y los más importantes de la zona ya tenían distintos acuerdos en marcha".

Un tanque israelí toma posición cerca de la frontera de Israel con la Franja de Gaza. Amir Cohen Reuters

Hay muchas teorías sobre lo que realmente ocurrió en la matanza de la mañana del 7 de octubre, mientras los israelíes celebraban la fiesta del Sucot. Una semana después de que Hamás perpetrase la mayor masacre de la historia contra el pueblo de Israel, todavía sobrevuela en el ambiente la gran pregunta que nadie consigue responder: cómo es posible que el Mossad, uno de los mejores servicios de inteligencia del planeta, fuera incapaz de detectar los preparativos del ataque.

La frontera de la Franja de Gaza es una infraestructura en la que Israel se ha gastado miles de millones de dólares en los últimos años. Pero, a la hora de la verdad, esa gran protección pareció desvanecerse en el aire. 

El error del Mossad

Hace unos días, una información de Associated Press aseguraba que el servicio de inteligencia de Egipto llamó 10 días antes a Netanyahu para alertarle de que "algo inusual, una terrible operación" se estaba gestando en Gaza.

El agente al que entrevista EL ESPAÑOL, tras días de conversaciones con otros compañeros y fuentes en el terreno, señala al respecto: "Una posibilidad es que la información no fuera lo suficientemente convincente. Lógico, si Hamás llevaba tiempo jugando al despiste, una información poco definida no basta; sí puede servir para destituir o hacer dimitir a las correspondientes cabezas de turco de la inteligencia israelí por el fallo posterior".

Los gazatíes conocen el esplendor de la tecnología militar de Israel, y por eso la operación, una sangrienta estrategia diseñada durante dos años, se desarrolló de un modo completamente analógico, sin teléfonos móviles, ni ordenadores, ni otros dispositivos que pudieran delatarles. De este modo, si sus planes eran descubiertos, a Israel le resultaría más difícil una valoración correcta de la amenaza.

El ataque de Hamás comenzó con la destrucción del sistema See-Shooter israelí, que controla la zona principal del terreno por la que los terroristas de Hamás rompieron el vallado de la Franja de Gaza. Con uno de los 35 drones que utilizaron esa mañana, inutilizaron una torre dotada de radares, sensores y RCWS (armas por control remoto).

Una casa en Beeri profanada con graffitis en árabe, cedida por Itzik. EE

Al mismo tiempo, el grupo terrorista comenzó a lanzar muy densas andanadas de cohetes hacia el sur y el centro de Israel, buscando saturar las defensas del Iron Dome, la llamada Cúpula de Hierro. Una de las fuentes del agente del CNI sobre el terreno lo recuerda a la perfección: "Eran las 6:30 de la mañana, en ese momento miré el reloj al escuchar las explosiones y las sirenas".

Los misiles eran la maniobra de distracción. Inmediatamente, comenzaron a destruir sectores de la valla fronteriza y del Paso Fronterizo de Erez con explosivos, bulldozer y excavadoras, e iniciaron un rápido ataque a la ciudad fronteriza de Sderot con comandos montados en pick-ups.

Fue así como empezó la cacería. Los terroristas de Hamás iban avanzando casa por casa, y ejecutando a familias que apenas recién despertadas se encontraban con terroristas forzando las puertas de sus casas. En un festival de música cerca de la frontera liquidaron a más de 260 jóvenes civiles de distintas nacionalidades.

Paralelamente, varios comandos se infiltraron en ocho puestos militares esparcidos por toda la frontera. Los pocos soldados que no estaban de permiso por las fiestas fueron también sorprendidos, mayoritariamente durmiendo. Y en esa situación acabaron con sus vidas.

Mientras, durante otro de sus ataques, los terroristas destruyeron los sistemas de comunicaciones de la División Territorial de Gaza, una sección de la Fuerza de Defensa de Israel (IDF). Los mandos militares israelíes de la región perdieron así el acceso a las comunicaciones y a las decenas de cámaras remotas instaladas en la zona, de modo que pasó un largo y valioso tiempo en que nadie sabía lo que estaba sucediendo.

La confusión y la lentitud en reaccionar desde los puestos militares cercanos contrastó con la rapidez con la que llegaron las patrullas policiales a varios de los puntos de infiltración. Por eso, al inicio de la operación de Hamás murieron 30 policías israelíes y decenas de ellos fueron heridos, tras caer en emboscadas de células terroristas que ya los estaban esperando a lo largo de la ruta que corre paralela a la frontera.

Aviso "infravalorado"

La posible existencia de ese aviso de que algo horrible acechaba al pueblo de Israel ha sido interpretada en algunos círculos con la hipótesis de que el Mossad lo ignorase convenientemente, y dejase hacer a los gazatíes, para luego, tras el golpe, poder unificar nuevamente a un país dividido por las discutidas reformas judiciales de su líder. 

Corpas cree que, aunque Netanyahu lo niegue, pudo existir ese aviso de lo que estaba por venir: "Los servicios israelíes no han sido sorprendidos, pues fueron informados por los egipcios, y ni los creyeron ni dejaron de creer, les dejaron hacer para poder responder como están respondiendo ahora. Un indicio no basta, pero los servicios de inteligencia no pueden obviarlo sin comprobarlo, y al tiempo tomar medidas preventivas y decretar nivel básico de alerta en caso de que sea necesario".

"El fallo real del Mossad no fue tanto desestimar la noticia de la ofensiva de Hamás como infravalorar la envergadura del ataque. Me atrevo a aventurar que si la evidencia del aviso de los egipcios toma fuerza, y se da como segura, habrá dimisiones en Mossad", recuerda el agente.

Puede que Israel estuviera informada de que algo sucedería. Pero a lo que no parece que pudieran adelantarse es al tamaño del operativo que se les iba a poner por delante. El mayor error fue sin duda subestimar la magnitud de la ofensiva que los terroristas de Hamás preparaban desde dos años atrás.