Pere Aragonés y Pedro Sánchez en una reunión en Moncloa en julio de 2022

Pere Aragonés y Pedro Sánchez en una reunión en Moncloa en julio de 2022 Europa Press

Política REFERÉNDUM

Pedro Sánchez acepta el "mediador" para negociar con ERC y Junts si no es un ente internacional

"Si hay mediador, es que hay negociación; y si hay negociación es que no hay unilateralidad". Fuentes del Gobierno asumen "un hombre bueno" que haga "gestiones de buena voluntad" para discutir sobre el referéndum.

16 octubre, 2023 03:59

En enero de 2020, el PSOE y Esquerra Republicana de Catalunya firmaron un documento para el acuerdo por el que los independentistas entregaban sus 13 votos favorables en la investidura de Pedro Sánchez. Aquel pacto recogía la necesidad de un "mediador" o "relator" entre las partes.

La exigencia de que un "facilitador" extranjero se inmiscuyera en la todavía no nata Mesa de Diálogo generó tanta polémica, incluso en el seno del PSOE, que hubo de ser desechada. Pero eso ya ha cambiado, según ha podido confirmar a este diario en fuentes del Gobierno: "Si hay mediador, es que hay negociación; y si hay negociación es que no hay unilateralidad".

Sánchez ya acepta que haya una tercera parte en sus negociaciones con el independentismo, "ahora que Junts se ha plegado" a negociar, "siempre que ésta no sea un ente internacional". 

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Esto descartaría las principales opciones que plantea el "informe académico" de nueve expertos que este lunes estudiará el Govern en una reunión extraordinaria. Este documento, al que ha tenido acceso EL ESPAÑOL y que fue encargado por Pere Aragonès, plantea que sean la Unión Europea, el Consejo de Europa o las mismas Naciones Unidas quienes nombren un "mediador" para "ayudar a resolver el conflicto político".

El texto al que ha tenido acceso este periódico, de 64 páginas, también cita la posibilidad de que la mediación no la ejerza una "entidad supraestatal", sino "personas concretas cuyo prestigio, independencia e imparcialidad pueda ser reconocido por las distintas partes en conflicto".

Y los expertos lo argumentan del siguiente modo: "La mediación para la resolución de conflictos de todo tipo está cada vez más presente. Quizás los conflictos territoriales no deberían quedar excluidos de esta tendencia al alza".

Para el Gobierno es necesario, pues, acogerse a la segunda opción, la de que el mediador no sea internacional.

De hecho, un portavoz oficial de ERC confirma a este diario que el partido de Oriol Junqueras lo da por bueno, aunque fuentes de Junts no lo dejan tan claro. La facción más cercana a Carles Puigdemont exige como "innegociable" que la mediación sea externa; sin embargo, otra facción de Junts aceptaría un mediador no internacional, "siempre que no sea de parte, como Rodríguez Zapatero".

El expresidente ha estado trabajando como interlocutor entre las partes en estas primeras fases de la negociación, mientras los focos mediáticos estaban en la investidura fallida de Alberto Núñez Feijóo. Y Sánchez ya le había encargado no sólo participar en una "campaña pedagógica" para explicar las ventajas de la amnistía, sino seguir "mediando" en los contactos con el independentismo, que lo reconoce como "persona de prestigio". 

Antecedentes

Hace ahora casi cuatro años, los republicanos reclamaban la presencia de ese "mediador" que garantizara la "buena fe" y "facilitara" la recuperación de la confianza. Porque sólo mes y medio antes, el líder socialista había prometido que los condenados por el procés cumplirían "sus penas íntegras", que recuperaría el delito de referéndum ilegal, y que traería al prófugo Puigdemont desde Waterloo para que fuera juzgado en España.

Ahora, el expresident fugado comparte la reclamación con el partido de Junqueras, en una estrategia conjunta. Junts quiere utilizar la llave de la Moncloa que le han facilitado los resultados electorales del 23-J para lograr que su líder pueda regresar a España "a Catalunya", corrigen las fuentes consultadas libre de toda culpa y persecución judicial.

Por un lado, este lunes, el Govern se reúne de manera extraordinaria para aprobar la exigencia de un referéndum, a partir del citado "informe académico" elaborado por nueve profesores universitarios, constituidos en el denominado Consell Acadèmic per a l’Acord de Claredat.

El documento reclama, en consonancia con las posiciones de ERC, que haya "un mediador" en la negociación entre el Estado y "la entidad subestatal", es decir, el Govern de Cataluña.

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Y por otro lado, el pasado viernes, Míriam Nogueras cerró la ronda de contactos organizada por Pedro Sánchez para empezar a buscar votos para su investidura, tras recibir el encargo del Rey. La portavoz de Junts puso el peso en lo mismo: hace falta un "mediador" para recuperar "la confianza perdida entre las partes" en los últimos años.

De hecho, la mano derecha de Puigdemont se limitó a entregar al líder socialista una transcripción traducida al castellano de la conferencia de su jefe, en Bruselas el pasado 5 de septiembre, subrayando, precisamente, esos párrafos.

Cambio en Moncloa

La posición ahora en Moncloa ha cambiado por dos motivos. Uno, conveniencia; y dos, convencimiento. Es decir, que por un lado, Sánchez ha asumido que ésta es una condición innegociable del independentismo. Y que por otro, tener ahora a Puigdemont sentado en la mesa de negociación significa "una renuncia expresa a la unilateralidad" por parte del prófugo, un elemento clave que agitará el PSOE para poder vender al electorado sus propios "cambios de opinión".

Pero ninguno de los dos partidos indepes está de acuerdo con esa conclusión. Junqueras, preguntado expresamente por este diario, sostiene que "no renunciamos a ningún instrumento que consideremos democrático". Y Puigdemont, este mismo sábado, lo dejaba así de claro: "Mantenemos la legitimidad del 1 de octubre y no hemos renunciado ni renunciaremos a la unilateralidad como recurso legítimo para hacer valer nuestros derechos".

La Mesa de Diálogo ya incluía en sus estatutos que cualquier acuerdo político que se alcanzara entre el Gobierno y el Govern deberá ser "refrendado por la ciudadanía de Cataluña en una votación". Sin embargo, el PSOE admite que pasar a esa fase en la que Junts y ERC dirán que eso es "negociar el referéndum de autodeterminación" es un precio altísimo a cambio de seguir en Moncloa.

"El mediador es aceptable, pero depende", aclara una fuente muy cercana al presidente en funciones. "Si es internacional, la respuesta es no. Pero si es un hombre bueno, o una mujer buena, ¿por qué no? Si esa figura se utiliza hasta para los contratos de alquiler...".

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Es decir, que Moncloa asume esta cesión y admite que la pérdida de confianza se puede superar "con gestiones de buena voluntad de alguien que ayude" a la negociación. Y sobre todo, que "una negociación no da resultados inmediatos", lo que significa que Puigdemont "ya acepta no cobrar por adelantado", como exigía de inicio.

"Lo de las lenguas en el Congreso se podía hacer sin problema, dependía sólo de nosotros", reconoce esta fuente. "Pero una cosa como la amnistía, acabará en el Tribunal Constitucional al final... o incluso al principio".

En ERC, por su parte —y a falta de la posición que adopte este lunes el Govern respecto al informe de sus nueve expertos—, celebran la recuperada "unidad de acción" del independentismo "para que los 14 votos en Madrid remen en la misma dirección". Según fuentes oficiales de Esquerra, "al final, Junts no está haciendo otra cosa que un viraje de 180 grados en su estrategia para abrazar la nuestra".

Un portavoz del partido liderado por Junqueras se jacta de haber atraído a Puigdemont al punto al que ellos ya llegaron hace cinco años. "En realidad, no hay tanta distancia estratégica, pese a sus esfuerzos para decir que hacen cosas diferentes de las que Esquerra lleva años haciendo", apunta un portavoz oficial de los republicanos: "La clave es negociar para avanzar".