Pocos son los españoles informados sobre las obligaciones dictadas por la Unión Europea para cumplir con las nuevas directivas sobre la gestión de residuos plásticos. Cada vez separamos más y mejor los residuos, pero la recuperación de botellas de plástico está por debajo del objetivo establecido en la Ley de residuos.
La realidad que refleja el último informe publicado por MITECO (Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico) se aleja mucho de las expectativas del objetivo propuesto: "Tan solo el 41,3% de las botellas de plástico desechables se recogió de manera separada para su reciclaje en 2023".
El problema no es solo ambiental, económico y social, sino comunitario y de obligado cumplimiento. La Directiva 2019/904 de la Unión Europea estableció para nuestro país unas cifras de recogida separada de botellas del 77% en 2025 y del 90% en 2029, cifras imposibles de alcanzar al ritmo actual.
Asimismo, la Ley 7/2022 de residuos y suelos contaminados para una economía circular incluye un objetivo de recuperación del 70% de las botellas de plástico de un solo uso puestas en el mercado en el 2023 y del 85% en el 2027.
Ante este desfase, España tiene que prepararse para una auténtica revolución en su sistema de reciclaje de envases, lo que plantea un sinfín de retos que habrán de afrontar tanto instituciones, como empresas y particulares. La pregunta es si estamos preparados.
España, al no haber alcanzado el objetivo de recuperación del 70% de botellas desechables de plástico en 2023, debe implementar el SDDR (Sistema de Depósito, Devolución y Retorno), respondiendo a la obligación de la Ley de residuos para alcanzar los objetivos marcados por la Unión Europea.
El nuevo sistema, que busca incrementar las tasas de recuperación y reciclaje, transformaría de forma integral la gestión de envases. Este sistema serviría para recoger por separado las botellas de bebidas de plástico de un solo uso de hasta tres litros de capacidad, incluidos sus tapas y tapones, para su reciclado. Para garantizar la viabilidad técnica y económica del sistema, se incluiría además la recuperación de envases metálicos y briks.
Asimismo, el sistema de retorno de envases obligaría a los ciudadanos a pagar un depósito de 10 céntimos por envase, como mínimo, en concepto de fianza al comprar una bebida envasada, que recuperaría si devuelve el envase en condiciones adecuadas.
Con estas medidas, la implantación del SDDR supondría grandes cambios en la gestión actual. Si bien, si no se adapta a las condiciones socioculturales y de distribución de la población y el comercio en España, corre el riesgo de no funcionar adecuadamente.
El nuevo sistema implicaría implantar entre 12.146 y 28.264 máquinas para la devolución automática de los envases, que se calculan a un coste medio de unos 10.000 euros cada una, lo que supondría desembolsar más de 282 millones de euros solo en máquinas automáticas.
Los comercios minoristas deberán recoger estos envases manualmente, dedicando tiempo y espacio en sus propios establecimientos. Y los ciudadanos verán incrementada su cesta de la compra, pudiendo después recuperar el depósito previamente pagado.
Atendiendo a todos los escenarios contemplados, la implantación del nuevo sistema, según el estudio de viabilidad del MITECO, supondría unos costes anuales totales superiores a los ingresos. De hecho, en el escenario más favorable, los costes supondrían el doble de los ingresos.
Los importes a cubrir se estiman entre 440 millones y 618 millones de euros al año. Y el coste de implantación del sistema lo tendrían que sufragar los productores, quienes deberían aportar al sistema la financiación necesaria para garantizar su funcionamiento y la adecuada gestión de los residuos.
No hay duda de que este sistema es costoso, pero es un sistema que debería ayudar a cumplir los objetivos de recuperación de botellas de plástico desechables y otros envases de bebida. Contribuiría a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, equivalentes a 0,5 millones de toneladas de CO₂, y reduciría los residuos abandonados debido al incentivo económico que supone su devolución.
A nivel europeo, el SDDR ya está implantado en otros países europeos como Alemania, donde funciona de manera complementaria a su sistema tradicional de contendores ubicados en la vía pública, logrando tasas de recuperación de envases de más del 90%. Y es que, los envases de los que no se ocupa el SDDR deberán seguir depositándose en los contenedores de la calle.
¿Será posible integrar este nuevo sistema en España?
***Javier Clemente Fortuna es responsable de Todos somos Reciclaje.