El contexto mundial ha cambiado drásticamente en los últimos años. Vivimos en una sociedad interconectada, en constante movimiento y cada vez más concienciada con la importancia de preservar nuestro planeta, de ser más sostenibles y eficientes para cuidar nuestro medioambiente y proteger el ecosistema.
Por ello, los líderes globales han proyectado los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que definen la Agenda 2030 marcada por Naciones Unidas para comprometer a todos los actores de la sociedad: las personas, los gobiernos, las asociaciones y el tejido empresarial mundial.
Desde entonces, las compañías han demostrado su compromiso implantando planes de sostenibilidad y responsabilidad social corporativa, acelerando distintas acciones con un objetivo común: abordar las desigualdades y los problemas ambientales a los que nos enfrentamos.
En esta línea el sector financiero ha demostrado en los últimos años su firme apuesta por la sostenibilidad y el consumo responsable. Son muchos los actores financieros que están adoptando criterios de inversión de impacto social y medioambiental, contribuyendo positivamente a la sociedad y avanzando hacia un futuro sostenible en línea con los ODS.
Los profesionales del sector reconocen la importancia de alinear sus carteras de inversión con valores y objetivos sostenibles y cada vez tienen más en cuenta factores como la sostenibilidad ambiental, los derechos humanos, el buen gobierno corporativo y la igualdad de género al tomar decisiones financieras dentro de sus estrategias de inversión.
Existen diferentes mecanismos financieros que contribuyen al futuro económico sostenible y uno de ellos es la financiación a plazos responsable, que se ha alzado como una herramienta esencial que permite a las personas acceder a oportunidades sin poner en riesgo su estabilidad financiera. Además, la financiación aplazada puede contribuir a alcanzar distintos ODS.
En concreto, la financiación aplazada permite a las personas que puedan administrar sus finanzas de manera efectiva y acceder a oportunidades que pueden estar fuera de su alcance, contribuyendo así a reducir las desigualdades, en línea con el ODS 10.
Por otro lado, la financiación responsable estimula el crecimiento económico y fomenta la inversión en bienes y servicios, lo que a su vez genera empleo, tal y como se específica en el ODS 8, que promueve el progreso económico a través de la generación de empleo decente y la mejora de los estándares de vida de la sociedad.
Siguiendo el ODS 4 que busca ofrecer una educación de calidad más accesible, las empresas del sector proveen a los usuarios de educación financiera para que puedan evaluar su capacidad de pago y tomar decisiones informadas sobre sus finanzas
La educación financiera también está ligada al ODS 12, que promueve el consumo responsable, ya que el pago aplazado responsable analiza la situación particular de cada consumidor, tratando de evitar financiaciones que no se puedan afrontar.
La financiación ayuda en el pago de tratamientos y servicios médicos, lo que garantiza un mejor acceso a la atención médica y a la vez promociona la salud entre los ciudadanos, en línea con el ODS 3 que garantiza una vida sana y el bienestar.
Además, la tecnología juega un papel esencial para el pago aplazado responsable, facilitando el acceso a la gestión financiera y mejorando la transparencia al proporcionar información detallada del préstamo y sus condiciones. Este tipo de empresas, llevan la innovación en su ADN y siempre trabajan en el desarrollo de nuevos productos, nuevas aplicaciones para los usuarios, siguiendo el ODS 9 que fomenta la innovación.
La financiación responsable es un paso hacia un futuro económico más igualitario y sostenible para todos y tiene un papel importante en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas y en la mejora de la calidad de vida de las personas.
A pesar de los pasos tan significativos que ha llevado a cabo el sector financiero en los últimos años en materia de financiación responsable, todavía queda camino por recorrer. Las regulaciones internacionales son clave para fomentar este tipo de financiación y los gobiernos tienen un papel importante tanto en la promoción de la financiación sostenible y responsable como en la concienciación de la sociedad en esta materia.
En resumen, la financiación responsable contribuye significativamente a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible que ayudan a construir una sociedad mejor. Debemos invertir en un futuro sostenible y alinear nuestras decisiones financieras con los ODS para mejorar la calidad de vida de las personas, fortalecer las comunidades y lograr un mundo más justo para las generaciones de hoy y de mañana.
***Guillermo Arnaiz es Head of ESG de Pepper España.